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El Anatomista


Enviado por   •  22 de Abril de 2013  •  1.665 Palabras (7 Páginas)  •  447 Visitas

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L ANATOMISTA DE FEDERICO ANDAHAZI (ESCRITOR ARGENTINO)

Historia de un descubrimiento y la crónica de una tragedia en el hallazgo del Amor Veneris o Placer de Venus pareciera dejarnos como legado Mateo Colón, en el libro El Anatomista, uno de los cautivantes personaje de la obra y autor de uno de los “descubrimientos escondidos en los misterios femeninos” ,él de cuarenta y dos años, que había estudiado farmacia y cirugía, que usaba el pincel como un bisturí para hacer sus “mapas anatómicos” había emprendido una investigación de Re Anatómica en l558, él que experimentaba con cadáveres de animales y cuerpos femeninos vivos y muertos para precisar sus conocimientos, estaba cerca de la condena y la horca. Los cargos que se le imputaban: herejía, perjurio, blasfemia, brujería y satanismo, además su hallazgo estaba destinado al silencio y a no ser público por considerárselo un atentado y peligro para el conocimiento mundano, cosa que no ocurrió como se verá en el desarrollo de la trama…

Tenemos a Inés de Torremolinos con su papel de hija mayor no bienvenida para su padre, con su femenina primogenitud, beneficiada con el abolengo y linaje pero con la desgracia de ser mujer, su padre “maldecía el vientre de su esposa que había sido incapaz de dar un varón de su sangre que al menos pudiera traer un dote”. Ella, fue entregada al matrimonio a los trece años al pariente de su progenitor. No hubo gala, ni seducción, ni amorosas cartas, ella “llevaba una cristiana castidad marital”, despojada de pasión y usaba el marido como si no tuviera, no sentía la menor atracción hacia el marido y en rigor hacia ningún hombre, al morir su marido se volcó a dios y a la crianza de sus hijas y encerrada en el monasterio que hizo construir. Viuda y beata todo su “espíritu se volcó a la compasión, a la misericordia, a la caridad y sobre todas las cosas y a Dios… no necesitaba de otro amor que el de ÉL, no se veía privada de consuelo de un hombre, no añoraba placeres” hasta que un día el sufrimiento, la enfermedad, la cercanía con la muerte, y la falta de consuelo en el Todopoderoso aumentó su tormento… “Un hombre se interpuso entre su diáfana vida y la gloria eterna”, sus días de camino a la santidad acabaron, Mateo Colón que no tenía idea de lo que iba a ocurrir, acude a la cura de la agónica mujer, y ella va a ser el eslabón, precisando, el cuerpo donde hizo su hallazgo, su descubrimiento: su dulce América, “la sede del amor y el supremo placer de las mujeres, a ella le deberá gratitud por el haber podido revelar la obra divina en lo que al amor femenino se refiere”…

Y Mona Sofía hija del infortunio robada a los dos meses de nacida a su madre, vendida y comprada por las matronas y patrones de prostíbulos, esos fueron sus padres putativos, dormía y crecía en “la escuela de los burdeles”. Lloraba y comía como devorando la vida que le quitaban a cambio de otra. Con sus grito mostraba su inconformidad, que “era su primer e inocente signo de peligrosa rebeldía…su espíritu se tornó ingobernable, áspero y peligroso”, en su formación que recibía, el objeto inmediato era la “interdicción del amor y el placer para evitar el enamoramiento”, ella, se declaró exenta de toda culpa y complicidad en los pecados de Eva”, a los 13 años fue su iniciación como funcionaria pública, a los catorce años anunció su libertad, no la pidió, la dijo como una sentencia , “exijo que me otorgueís lo que me corresponde: mí cuerpo.

Ellas dos, Inés de Torremolino y Mona Sofía van a ser los extremos del campo de la anatomía donde el investigador gozará y sufrirá su suerte de destinatario de amor veneris correspondido y no correspondido, serán término y fin de la teoría inconsistente, refutable,”de lo que no deja huella ni testimonio”, dos mujeres iNnombradas en los folios del anatomista, que hicieron de vector en una ruta imaginaria del hacedor del placer efímero en la curva donde se deshace el verbo del placer y del dolor hasta el último día de la muerte. La primera, fuente de la revelación “más increíble”: el Amor Veneris y la segunda, era la tierra que él se había jurado, como un destino ineluctable, ella era la causa de su vida y nada en el mundo podía impedir que le entregara definitivamente su corazón”, este era un amor fracasado en el que anhelaba un lugar en su corazón, el que se sentía que tenía la llave que abría las puertas de la voluntad de la mujer que quisiera para sí, y aquella mujer era Mona Sofía, solamente ella, a la que veía en su imaginación perdidamente enamorada de él y convertida en la más leal de las mujeres y en la más fiel esposa.

Es así, que en el trayecto de la casualidad esta dos mujeres sin

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