El Diablo De Los Numeros

da una idea del ingenio humano.

Comenzando con conocimientos sencillos se puede llegar a comprender cosas más complicadas, y cada vez más complejas, es decir, debemos aprender a caminar para aprender a correr después de poder caminar sin ningún problema. No podemos empezar de lo más difícil a lo más fácil, debemos comenzar de lo más fácil a lo más difícil. Podremos interpretar esto también como la teoría del embudo, es decir, comenzando de cosas muy generales hasta terminar con cosas muy especializadas.

Otra gran maravilla de las matemáticas es que en base a unos conocimientos muy generales podemos obtener conocimientos derivados de los anteriores. Por ejemplo: está en el libro el planteamiento del triángulo de Pascal, el cual no ayuda a resolver binomios elevados desde la cero hasta la n potencia; y de él, se pueden obtener los números primos y algunas determinantes de los números. Como el determinante de 4, que es 24 (4!=24).

Esto se puede concluir en pocas palabras, que lo sencillo es apenas el inicio de lo más interesante de todo lo que podemos desglosar.

Ahora, no sólo las matemáticas tienen esta fabulosa propiedad, prácticamente todas las demás ciencias se apoyan es estas experiencias, sean ciencias naturales, ciencias sociales, entre otras. Además, las matemáticas nos enseñan a razonar las diferentes problemáticas que el ser humano experimenta tanto en sociedad como en soledad.

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