El Hombre Mas Rico De Babilonia

EL HOMBRE MAS RICO DE BABILONIA

Este libro trata del éxito personal que procede de nuestro esfuerzo y de nuestro buen hacer. Una buena preparación es la clave del éxito, pues nuestros actos no pueden ser mejores que nuestros pensamientos. Una serie de reglas tan antiguas como el mundo contienen el secreto del éxito y de la prosperidad. En este libro, que se lee como una novela, aprenderá estos secretos.

El hombre más rico de Babilonia ofrece un plan financiero que le colocará en el camino de la riqueza. Aprenderá a ganar el dinero que necesita, a conservarlo y a hacerlo fructificar.

El libro tratara de cómo en la actualidad se puede amasar una gran fortuna siguiendo siete sencillo pasos.

El dinero abundará para los que comprendan las simples reglas de la adquisición de bienes:

1. Comience a llenar su bolsa.

2. Controle sus gastos.

3. Haga dar frutos a su dinero.

4. Impida que sus tesoros se pierdan.

5. Haga que su propiedad sea una inversión rentable.

6. Asegúrese ingresos para el futuro.

7. Aumente su habilidad en la adquisición de bienes.

1. El hombre que deseaba oro

Bansir, el fabricante de carros de la ciudad de Babilonia, se sentía muy desanimado. No tenía dinero, su esposa no tenía lo indispensable, la faltaba para comer, Bansir es una persona que se la pasaba pensando en la riqueza y que haría para tener oro un día se encontró a su amigo Kobi y al platicar se dan cuenta que los dos tienen los mismos sueños

y las mismas carencias de riqueza. Llegan a la conclusión que si no hacen algo sus hijos tendrán la misma suerte, mala suerte por ser pobres. Deciden que buscaran a sus amigos de infancia e irán a visitar a su amigo Bansir el hombre más rico de Babilonia.

2. El hombre más rico de Babilonia.

En la antigua Babilonia vivía un hombre muy rico que se llamaba Arkad. Su inmensa fortuna lo hacía admirado en todo el mundo. También era conocido por ser caritativo daba generosamente a los pobres. Era espléndido con su familia. Gastaba mucho en disfrutar de la vida. Pero su fortuna se acrecentaba cada año más de lo que podía gastar.

Un día recibió la visita de amigos de la infancia para cuestionarlo sobre cómo era que su suerte fuese tan diferente, si tenían los mismos orígenes, querían saber cuál era su secreto que hizo para amasar cuantiosa fortuna.

Arkad les contó que en su juventud él decidió que sería una persona que tendría riqueza para disfrutar de los lujos de la vida. Sin embargo a pesar de sus sueños el tuvo un trabajo de oficinista, copiando documentos y el tiempo pasa, era casado y con hijos y no tenía dinero, vivía modestamente.

Un día su vida cambio cuando conoció a Algamish, fue a su trabajo y pidió unos documentos urgentes, una copia de la novena ley en tablillas de arcilla, se pasó semanas dedicadas a copiar dicha ley y el día que las fue a recoger aun no las tenía. Algamish le ofreció darle unas monedas

Extras para que le terminara el trabajo para el día siguiente pero Arkad le pidió “Algamish, sois un hombre rico. Decidme cómo puedo hacerme rico y trabajaré toda la noche escribiendo en las tablillas para que cuando el sol se levante la ley esté ya grabada”.

Él le sonrió y respondió: “eres un joven astuto, acepto el trato”.

Algamish le dijo su secreto:

“Encontré el camino de la riqueza cuando decidí que una parte de todo lo que ganaba me tenía que pertenecer. Lo mismo será verdad para ti.”

Después continuó mirándome y su mirada me atravesó; giro no añadió nada más. “¿Eso es todo?”, pregunté. “¡Fue suficiente para convertir en prestamista de oro a un pastor!”

Arkad no creía que él pudiera hacer lo mismo, sin embargo Algamish le explico que tenía que guardar el 10 % de lo que ganaba y así poner a trabajar ese dinero.

Arkad ahorro mucho, sin embargo en su primer año fracaso ya que le dio sus ahorros al ladrillero para que comprara joyas. Algamish le explico que si quería comprar jpyas fuera con un joyero.

Arkad volvió a intentarlo, su esfuerzo se vió favorecido por Algamish quie regreso años después y al ver la tenasidad de Algamish lo compenso haciéndolo su socio.

Arkad les dio su secreto pero antes les dio el siguiente consejo indispensable para lograr reunir una fortuna: “pongan en práctica los sabios principios de Algamish; y decíos: una parte de todo lo que gano me revierte y la he de conservar. Decíoslo cuando os levantéis, decíoslo al mediodía, decíoslo por la tarde, decíoslo cada hora de cada día. Repetidlo hasta que estas palabras resalten como letras de fuego en el cielo.”

“La riqueza, como el árbol, nace de una semilla. La primera moneda que ahorres será la semilla que hará crecer el árbol de tu riqueza. Cuanto antes plantes tu semilla, antes crecerá el árbol. Cuanto más fielmente riegues y abones tu árbol, antes te refrescarás, satisfecho, bajo su sombra.”

“La Fortuna Caprichosa” es una diosa malvada que no favorece siempre a las mismas personas. A1 contrario, lleva a la ruina a casi todos los hombres sobre los que ha hecho llover oro sin que hicieran esfuerzo alguno. Hace actuar de manera desordenada a los derrochadores irreflexivos que gastan todo lo que ganan, dejándoles tan sólo apetitos y deseos tan grandes que no puedan saciarlos. En cambio, otros de a los que favorece se vuelven avaros y atesoran sus bienes por miedo a gastar los que tienen, pues saben que no son capaces de reponerlos. Además, siempre temen ser asaltados por los ladrones y se condenan a vivir una vida vacía, solos y miserables. Probablemente existen otros que pueden usar el oro que han ganado sin esfuerzo, hacerlo rendir y continuar siendo hombres felices y ciudadanos satisfechos.

“Una parte de lo que ganáis revierte en vosotros, conservadla”

3. Las siete maneras de llenar una bolsa vacía

Cuando el buen rey Sargón regresó a Babilonia después de vencer a los elamitas,

sus enemigos, se encontró ante una situación grave; el canciller real le explicó las razones de ello. Después de ser prósperos y ricos, ahora la gente era pobre, no tenían para comprar la pobreza era genera, y la riqueza se había acumulado en unas cuantas personas. El rey Sargón quiso saber cuál era la causa de esa mala distribución de riquezas y decidió interrogar al hombre más rico y saber como fue que acumuló su riqueza. El hombre más rico era Arkad.

El rey mando llamar a Arkad y le preguntó sobre su origen, y al saber que el era pobre le dijo que le diera

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