El Libro del desasosiego de Fernando Pessoa como novela
Enviado por Alejandro Chirino • 21 de Enero de 2020 • Ensayo • 2.869 Palabras (12 Páginas) • 282 Visitas
Alejandro Chirino Castillo
Dra. Aurora Piñeiro
Sem. Teoría de la Novela
1 Diciembre 2015
La novela desasosegada:
El Libro del desasosiego de Fernando Pessoa como novela
El Libro del desasosiego es quizá uno de los textos modernistas más problemáticos en cuanto a su concepción. Fernando Pessoa (1888-1935) comenzó a escribir lo que después sería su Libro “a los veinte años, y veintisiete años después, cuando Pessoa murió, seguía inconcluso” (Bréchon 520). Pessoa, sin duda, tenía planeada una eventual publicación del Libro como parte de sus Obras completas en cuatro tomos, como demuestra una carta del 28 de julio de 1932 a su amigo escritor Gaspar Simões. El segundo volumen de su lista lo ocupa lo que podemos suponer sería una versión revisada, ordenada y acabada del Libro del desasosiego (Pessoa 568). Sin embargo, al final Pessoa desecha el orden que él mismo propuso (Bréchon 542). Y aunque hubiera mantenido su plan de publicar el Libro en sus obras completas, su prematura muerte a la edad de 47 años impidió que concluyera su obra en prosa más grande y su proyecto de compilar sus escritos.
El Libro del desasosiego tal y como lo conocemos hoy en día es una aproximación, o, más bien, una especulación sobre la intención autoral de Pessoa y cómo pudo haber organizado su libro: "Strictly speaking, The Book of Disquiet did not exist until scholars gathered together its possible contents […], put them in some kind of order […], and published it as a book.” (Zenith 47-48). Dejando a un lado los problemas de autoría que esto sugiere (¿el Libro lo escribieron los editores o Pessoa?), su naturaleza misma como un libro inacabado e inacabable lo convierten en un eterno “work in progress” (Bréchon 522). El crítico y el lector deben leer y analizar el texto en su fragmentación, sin especular el “verdadero” resultado final de algo que nunca lo tendrá. No obstante, la misma condición del Libro da pie a una serie de preguntas sobre a qué género literario pertenece. ¿Es el Libro del desasosiego un conjunto de notas y entradas dispersas de un diario, o una narrativa coherente y concisa? ¿Es un poema en prosa dividido en secciones o “cantos”, o una novela autobiográfica dividida en capítulos? Los sellos editoriales y los lectores no especializados contestarían que el Libro es sin lugar a dudas o una obra “indefinible” o definitivamente “una novela”. Y a pesar de que, en cierto sentido, ambas respuesta serían correctas, el “qué” es irrelevante si no lo acompaña el “porqué”. Por ello, en este ensayo pretendo analizar las marcas textuales y diegéticas del Libro del desasosiego que llevan su lectura como novela.
Ya que definir qué es una novela es una tarea titánica (y, probablemente, también sisífica) debido a su extrema elasticidad como género literario, por cuestiones de espacio y practicidad enlistaré ciertos aspectos generales que ocurren con frecuencia en los textos considerados como novelas para llegar a una definición provisional, y así concluir si el Libro cumple con estas características.[1] Se puede establecer que la novela es un género literario mayor, generalmente escrito en prosa, que presenta una narrativa usualmente ficcional. Tiene personajes (por lo menos uno) que exponen y pueden cambiar su psicología conforme avanza la trama que puede consistir de un inicio, un desarrollo y una conclusión. La trama se concentra en al menos un personaje principal que sirve como eje narrativo, pues la narración y la acción diegética giran en torno a él. Así mismo, un narrador, elemento que distingue la novela de la poesía y del drama, guía la diégesis mediante las descripciones y la enunciación de los eventos en la obra. La voz autorial consolida la narrativa a partir de la coherencia de estilo implementada en los personajes y el narrador. Como género literario, la novela también puede tener uno o más subgéneros, los cuales surgen de un tipo de personaje (Künstlerroman), de estructura narrativa (novela detectivesca), de estructura formal (novela epistolar) o incluso por los temas que trata (novela de tesis). Estas características son, en general, las que permiten al lector reconocer una novela como tal. El Libro del desasosiego, como lo tenemos ahora, cumple con algunas de estos elementos, pero no con otros, como se verá más adelante. Esta ambivalencia genérica se debe, en parte, al problema de la autoría del Libro.
Para hablar de la constitución genérica del Libro del desasosiego, primero habría que hablar de su “autor”, omitiendo las aseveraciones previas sobre las implicaciones del trabajo editorial en la publicación del texto y la búsqueda de una casi inasible intención autoral. Fernando Pessoa escribió la gran mayoría de su obra usando “heterónimos”, personalidades con su propia individualidad y estilo, y cuyo valor literario y artístico, no supeditado al de Pessoa, “depende únicamente de sus propios textos” (Cilleruelo 36). Al Fernando Pessoa “real”, autor él mismo cuya identidad es el hombre de carne y hueso que vivió en Lisboa llamado “Fernando Pessoa”, se le conoce como “ortónimo”. Sus heterónimos más famosos son los poetas Álvaro de Campos, Ricardo Reis y Alberto Caeiro. Pero el heterónimo que nos importa en este análisis es Bernardo Soares, tenedor de libros que trabaja en la Rua dos Douradores en la ciudad de Lisboa.
Robert Bréchon, en su biografía de Pessoa, relata que el Libro del desasosiego, en su forma primitiva, era “una recopilación de ensayos y textos poéticos en prosa firmados por Pessoa ortónimo” cuya autoría, conforme evolucionaba el texto en la mente de éste, fue atribuido al heterónimo Vicente Guedes, para después ser de Bernardo Soares (522). Empero, Pessoa ortónimo no consideraba a Soares como un heterónimo en su totalidad como sí lo fueron de Campos, Caeiro y Reis, sino como un “semi-heterónimo”: “He’s a semi-heteronym because his personality, although not my own, doesn’t differ from my own but is a mere mutilation of it” (Pessoa, citado en Muldoon 49).[2] La diferencia entre Soares y Pessoa ortónimo y los demás heterónimos es que Soares no es ni una extensión ni tampoco una parte de la personalidad de su ortónimo: es la ausencia de personalidad.
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