El libro “Como una novela” de Daniel Pennac

El libro “Como una  novela” de Daniel Pennac  nos ayuda a reflexionar  sobre la lectura en la vida real y la escuela,  este libro se divide en cuatro partes; Nacimiento del  alquimista, Hay que leer (el dogma), Dar a leer y El cómo se leer  (o los derechos imprescriptibles del lector).

Comienza mostrándonos cómo es que desde pequeños estamos rodeados de historias, y son nuestros padres quienes nos abren las puertas a un mundo totalmente diferente al que conocemos  al leernos ya sea por las noches antes de dormir o cenar, gracias a esto tomamos el gusto por la lectura y diariamente reclamamos a nuestros padres la historia del día, al principio esto es re confortable para los padres, pues han logrado que su hijo se interese por la lectura pero con el tiempo vamos agotando su paciencia y se vuelve un problema el saber quién leerá hoy optando por que otras personas nos lean ya sean primos, tíos y/o abuelos, éste problema no debe de serlo por que si desde pequeños vemos que nuestros padres ven la lectura como una obligación esto repercutirá en nosotros.

Al entrar a la escuela y empaparnos de la sabiduría de poder descifrar los textos los padres se alejan de nosotros, dejándonos solos con un libro infantil para que seamos nosotros mismos los que nos adentremos en la historia, confiando que es la escuela  la que continuará inculcándonos el amor por la lectura. Pero es la escuela  la gran destructora de lectores que romperá con esos lazos de amor al momento de obligarnos la lectura exigirnos comentarios, reportes, síntesis, etc. Mostrándonos la lectura como un dogma y olvidándose de que cuando se lee es  por placer.

Al llegar a la adolescencia se creará un gran abismo entre la lectura y nosotros, ayudado por la televisión, el cine, los videojuegos e  internet  que ya “nos da todo masticado” (y no es necesario descubrir por nosotros mismos lo que se avecina en la historia) y las condiciones  que nos dan los padres , claramente Pennac nos muestra un ejemplo de un joven cuyos padres le dicen “terminas el libro o no hay televisión” poniendo al libro como un castigo y la televisión como un premio, esto nos afecta y nos hace olvidar lo placentero que es la lectura y llegar al grado de aborrecer los libros.

“El hay que leer es una petición para los oídos de los adolescentes por brillantes que sean nuestras argumentaciones será sólo una petición” y no despertara en ellos el interés ni siquiera la cosquilla por saber de qué trata el texto. Para que los alumnos no pierdan el gusto por la lectura y al contrario se interesen más por ella Pennac nos da la sugerencia de que en lugar de exigir la lectura, el profesor decida compartir con sus alumnos su propia dicha de leer,  nos muestra el ejemplo del profesor Perros y como el despertó poco a poco el amor por la literatura a sus alumnos, leyéndoles todas las clases una parte del libro El perfume, se ve como sus alumnos al principio lo creen loco pues ese libro estaba muy grueso y no lo terminarían en todo el año, pero al comenzar la lectura los fue envolviendo hasta despertar su interés por terminar ellos mismos de leer el libro. Esta es una muy buena sugerencia que todos los maestros deberían de tomar en cuenta en lugar de exigirles que lean, el adentrarlos de la mano a la lectura y mostrarles lo maravillosa que es, hará que muy pronto y sin darse cuenta estarán terminando un libro.

Como ultimo apartado Pennac nos muestra los 10 derechos del lector y que en muchas ocasiones los maestros los que prohíben a los alumnos que pretenden iniciar en la lectura estos derechos son:

El derecho a no leer, pero no se refiere al dejar de leer siempre, sino que podemos regalarnos periodos sin leer por el hecho de no querer leer.

El derecho a saltarse las paginas; Pennac nos dice que una de las razones por las que dejamos de leer un libro es por que desde un principio no nos envuelve su historia y es por eso que tenemos el derecho a saltar aquellos apartados que no nos llamen la atención.

...