El Pensamiento
Enviado por marlinmirena • 21 de Septiembre de 2014 • 1.251 Palabras (6 Páginas) • 160 Visitas
El pensamiento
El pensamiento, como hecho característico y diferencial del ser humano, no se puede definir en unas pocas palabras.
El pensamiento es una actividad ligada a la inteligencia; un proceso de múltiples aplicaciones que puede plasmarse en aspectos eminentemente prácticos, pero también adecuarse a otros planteamientos de tipo más abstracto.
En el sentido práctico nos resulta útil para anticiparnos a las consecuencias que dimanan de una determinada conducta, permitiéndonos elegir entre un modo de actuación u otro. Y por lo que se refiere a la variante abstracta, que quizá es lo que más nos distingue de cualquier otra forma de vida conocida, el pensamiento nos permite tomar conciencia de nuestra propia realidad, de nuestro yo, del sentido de la vida y de todo lo que estas cuestiones comportan de trascendente, aspectos todos ellos, que conforman la esencia peculiar y distintiva del ser humano.
Origen y evolución del pensamiento
Es incuestionable que la capacidad humana para reflexionar sobre cualquier aspecto de la vida al que tengamos que hacer frente y, en consecuencia, encontrar la resolución más adecuada de los problemas, es uno de los rasgos distintivos que sitúan al hombre en una posición inalcanzable para cualquier otro ser vivo. La pregunta del millón, o las preguntas, mejor dicho, son ¿cuándo sucedió tal cosa? ¿En qué momento? ¿Y por qué ocurrió? Para muchos la respuesta, como veremos más adelante, no ofrece ninguna duda: Dios. Sin embargo, para otros, la respuesta tiene que hallarse en algún punto del proceso evolutivo de la raza humana. Se trata de una controversia –la evolucionista y la creacionista– que se desató tras los postulados de Charles Darwin al publicar su obra “El origen de las especies” y, sobre todo, en 1871 “El origen del hombre”.
La biología se convirtió en el campo de batalla para que la ciencia y la religión defendieran sus posturas, a veces, de forma encarnizada. La idea de que el hombre desciende del mono era algo inasumible para buena parte de la sociedad de finales del siglo XIX, sin embargo, la antropología ha demostrado que esa es nuestra realidad y no otra, por más que algunos sectores sigan aferrados a creencias inamovibles.
Es una evidencia que tanto animales como plantas se adaptan al medio o, en caso contrario, son eliminados. Se trata de un proceso conocido como la selección natural. Lo que hizo del ser humano una especie única, fue su capacidad de superar este aspecto biológico, logrando, en un proceso más o menos largo, adaptar la naturaleza a sus propias necesidades, invirtiendo el orden natural al que se hallaban adscritos el resto de los seres vivos.
Pensar porque pensamos
Es evidente que la facultad de pensar nos ha convertido en lo que somos. Aunque pueda coexistir en nuestra naturaleza una parte instintiva, refleja u otros comportamientos que nos acerquen a otras especies animales, sin duda, el atributo del pensamiento es lo que nos distingue y nos hace únicos. Como decía Buda: “Todo lo que somos es el resultado de lo que hemos pensado; está fundado en nuestros pensamientos y está hecho de nuestros pensamientos”.
El pensamiento, por otra parte, actúa como modulador; es decir, la capacidad de reflexionar se convierte en un acto mediante el cual podemos tomar la decisión de actuar o de manifestar aquello que nos parece más conveniente en cada caso. Pero no siempre sucede así, de ahí que, tal como decía Jacinto Benavente con cierta ironía: “Cuando no se piensa lo que se dice es cuando se dice lo que se piensa”.
La capacidad de pensar y de reflexionar sobre todo cuanto nos rodea es lo que nos ha permitido categorizar nuestro entorno. De este modo adquirimos conciencia sobre la bondad o la maldad, de lo que es oportuno o inoportuno, de lo trascendente
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