El nombre del viento.

Titulo: El nombre del viento.

Autor: Patrick Rothfuss

Saga: Crónicas de un asesino de reyes

Páginas: 880

Editorial: DeBolsillo

Ubicada en tierra de nadie, encontraremos una posada, pertenece a un hombre lleno de misterio, que promete contar su virgen historia, historia que solamente el conoce y de la cuál ya se han formado rumores, conjeturas, mitos y leyendas, cuentos de taberna. Prisionero de la misma por la cual todos dan por muerto, Kvothe: músico, mendigo, ladrón, estudiante, mago, héroe y asesino. Es hora de revelar la historia sobre sí mismo, y para iniciar, nada como el principio: una infancia llena de espectáculos y de recorrer los caminos, años de indigencia en una gran ciudad, la llegada a la Universidad donde le esperan todas las respuestas a todas sus preguntas.

Vale. Haré esto sencillo, el libro llama la atención, hermosa síntesis, hermosa vista, y un peso agradable, letra pequeña que invita a no dejar de leer su casi millar de páginas, que aún en las partes “más” lentas de la historia es casi imposible soltarlo, expectativas estratosféricas. Una facilidad impresionante para releer justo después de terminarlo por primera vez, sin dejar de lado el asombroso sabor de una historia como debe de ser, que te vuelve a dejar disfrutar todos sus secretos y giros inesperados.

El nombre del viento presenta un protagonista curioso, en varios sentidos, una innata curiosidad del personaje, así como curiosa su forma de ser y de ver el mundo, curioso que le tome tres días contar la historia de su vida, y que en el primero haya material para 880 páginas, vida bien vivida eh! Joven posadero al frente de la taberna Roca de Guía, acompañado por su amigo Bast, dan comienzo a las páginas más difíciles del libro, algo así como ese primer capítulo de la saga de Harry Potter, y que como aquellas, superadas estas también desembocan en un mundo lleno de magia, amistades y de vida, cosas buenas y malas incluidas.

Kvothe, uno de los mejores personajes que se hayan escrito, carácter definido y voluble, caprichoso y serio, audaz pero inocente (por ahora) y demasiado inteligente para su propio bien, aprendió un idioma en un día (eso dicen), intrépido pero con una suerte que el demonio no envidiaría, atractivo, de fácil y variada conversación y un músico de primera. Su mayor virtud sería esa enorme y asombrosa capacidad para meterse en problemas, clásica en un buen protagonista, saltar del sartén para meterse en el fuego.

Acompañado de infinidad de personajes secundarios, cada uno con su propia historia, problemas y habilidades, muchos y variados nombres, que sorpresivamente no logran conseguir que el lector se pierda entre el mar de personajes.

La novela si bien inicia con un paso lento, iniciando Kvothe su narración la pone a paso largo, que conforme avanza sus hazañas alcanzan el galope tendido, para encontrarse un río a medio camino y hay que alentar la historia para no perder el aliento (y las horas de sueño). Plagada de hermosos y algún que otro doloroso recuerdo, el libro nos hace reír, llorar, cantar, recitar, alegrarnos y enojarnos.

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