En la Argentina la formación de profesores actualmente tiene una perspectiva aún más desafiante de la que ya teníamos hace años en nuestro país,
Enviado por aramay • 26 de Septiembre de 2016 • Informe • 2.102 Palabras (9 Páginas) • 277 Visitas
En la Argentina la formación de profesores actualmente tiene una perspectiva aún más desafiante de la que ya teníamos hace años en nuestro país, preocupados por el fracaso en el aprendizaje de los jóvenes, la rigidización de las formas de enseñar, la obsolescencia de algunos contenidos y la pérdida de sentido de la educación para docentes y estudiantes.
Si realizamos una construcción histórica sobre los diferentes enfoques que atravesaron la educación encontramos en el origen al enfoque tradicional, el cual se instaló desde los orígenes de la formación del magisterio y se desarrolló junto con la conformación del sistema escolar. Se basaba en un campo de aplicación de conocimiento, metas y técnicas para enseñar. Buscaba formar a los estudiantes a partir de la aplicación de diferentes métodos con acompañamiento de docentes en el aula. Los conocimientos en la formación eran los básicos para enseñar relativos a la compresión de los mismos y de acuerdo al desarrollo teórico de la época.
Con dicho enfoque se formaron maestros que consiguieron alfabetizar e incluir a casi todos los alumnos del país, el maestro gozaba de reconocimiento social y el alumno permanecía pasivo. (Davini, 1995)
Philip Jackson considera que se ha naturalizado este formato tradicional en la sociedad, donde la función principal era integrar las diferentes poblaciones que arribaban a nuestro país, acarreando sus diferentes culturas. Por esta razón era necesario crear un sentimiento de pertenencia a partir de la identidad nacional para unificar los diversos orígenes sociales, culturales y situaciones económicas. Buscando el objetivo de formar ciudadanos aptos para la vida política y económica del país.
¿Quién es la encargada de llevar a cabo esta tarea? .La encargada es la educación, la escuela recibió el mandato de homogeneizar a la población y colaborar en la creación de un sentimiento nacional a partir de la educación de generaciones más jóvenes. (Jackson,)
La autora Edith Litwin también realiza un pequeño aporte de como surgen los docentes en este formato tradicional, nombrando a los inmigrantes del principio de siglo pasado que se radicaron en centros rurales y enseñaron a las jóvenes generaciones a leer y a escribir la lengua que ellos recientemente habían adquirido, comprendiendo el valor de la socialización en la lengua para la radicación en nuestro país. (Litwin,)
Al pasar los años se fue perdiendo el énfasis en los métodos como campo de aplicación, y se comienza a tomar como importante la transmisión de disciplinas. La tradición académica, se distingue de la
anterior tradición normalizadora-disciplinadora en dos cuestiones básicas, primero lo esencial en la formación y acción de los docentes es que conozcan sólidamente la materia que enseñan, y segundo su formación pedagógica es débil, superficial e innecesaria, e incluso obstaculizaría la formación de los docentes.
O sea, la tradición académica, como producto de la racionalidad positivista en la que se funda, continúa sosteniendo una desvalorización del conocimiento pedagógico y la creencia en la neutralidad de la ciencia.
La década del 1960’ trajo la instauración de una nueva tradición, que es la que ha producido el mayor número de reformas en el sistema educativo y, por lo tanto, en la formación de los docentes, colocando a la escuela al servicio del “despegue” económico.
Esta tradición se acuñó al amparo de la ideología desarrollista, la cual postula la necesidad de llegar a la sociedad industrial “moderna”, superando el estado del subdesarrollo propio de las sociedades “tradicionales” o sea, la educación se vincula de forma explícita a la economía.
Se trataba, entonces, de tecnificar la enseñanza sobre la base de esta racionalidad, con economía de esfuerzos y eficiencia en el proceso y los productos, dentro del contexto histórico de expansión de esta tradición, se verifica el pasaje al nivel
superior-terciario de la formación de maestros para la escolaridad básica, con el propósito de “profesionalizar” sus estudios, dentro de una lógica mecanicista.
Las políticas de perfeccionamiento docente se centraron en bajar a la escuela “paquetes” o documentos instrucciones preparados por especialistas, que los docentes debían ejecutar.
La autora Litwin hace referencia a este enfoque denominándola como la década del planeamiento donde la profesión docente era centralmente la de un buen planificador.
Podemos decir que durante la expansión de la tradición eficientista se consolidó definitivamente la separación entre concepto y ejecución de la enseñanza, por un lado, y el sistema de control burocrático sobre la escuela, por otro lado, ya que si bien las tradiciones anteriores nos caracterizaron por otorgar al docente gran autonomía, fue durante la hegemonía de esta tradición cuando el docente fue perdiendo el control de las decisiones de enseñanza.
A partir de los años 70 y 80 se abandona el énfasis en la planeación por la reflexión a posteriori de la clase. Así nace el enfoque crítico en la educación.
Este enfoque es llamado por Jakson(…) como el enfoque de la diversidad en educación, este enfoque supone un nuevo modo de mirar a las escuelas, sus actores y procesos de enseñanza-aprendizaje a la luz de valores democráticos, es decir que todos están en igualdad de condiciones, libres de expresar sus ideas. Los docentes deben tener una mentalidad de crecimiento y ver en los alumnos un mundo de posibilidades, este enfoque se basa en trabajar en aulas heterogéneas, donde es necesario reconocer diversidad de estilos de aprendizajes, tipos de inteligencia y la existencia de diferencias entre las personas en sus experiencias anteriores.
Las tradiciones en formación docente en la Argentina son productos históricos que constituyen imágenes sociales que permanecen en la práctica y se renuevan periódicamente en discursos y acciones de la política educativa.
Davini considera que “en pedagogía y en didáctica, y por ende en los enfoques de la práctica docente, estamos ya habituados a que las distintas posiciones se presenten de manera radical y excluyente.
A lo largo del tiempo se asumen posiciones tomadas como verdades absolutas y contrarias a las anteriores a esto la autora llama modas pedagógicas”. (p.14).
Desde la visión del autor Jakson un enfoque educativo es un modo de mirar un modelo educativo, desde un marco teórico, ideológico y metodológico, que permite comprenderlo, y a partir de allí diseñar estrategias para abordarlo.(Jakson,…,p.24).
Desde nuestra perspectiva debemos reflexionar sobre cada uno de los enfoques rescatando los puntos positivos para mejorar la práctica docente, logrando así la integración que plantea Davini. Ella apunta a reflexionar críticamente sobre el impacto, los aportes y los límites que han dejado estas perspectivas en nosotros para la formación de las prácticas docentes. Teniendo en cuenta que cada una de ellas responde a distintos proyectos sociales, luchas políticas y grupos de interés, sin embargo, más allá de su aparente oposición en la práctica, se fusionan y responden a matrices compartidas.
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