Frida Kahlo
gersoncruces26 de Noviembre de 2013
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Frida Kahlo
Magdalena Carmen Frida Kahlo Calderón, más conocida como Frida Kahlo mexicana y esposa del reconocido muralista Diego Rivera. La verdad no importa mucho conocer su excéntrica vida privada al igual que el general de los grandes artistas, no importa mucho que haya sido, comunista, bisexual y tuvieran muchos amantes con su marido, o sus aproximadamente 32 operaciones quirúrgicas producto de sus enfermedades y accidente. Sin embargo, no cabe duda que sus miles de acontecimientos y su vida excéntrica la inspiraron a realizar sus llamativas obras y haber quedado por supuesto en la historia del arte latinoamericano. Ella decía haber nacido en el 1910, pues prefería imaginar que nació con la revolución. Era hija de Wilhem Kahlo, inmigrante judío de origen húngaro alemán, y de Matilde Calderón González, mestiza católica mexicana, quien era hija de Isabel González y Antonio Calderón, fotógrafo de origen indio. El padre de Frida, quien ya usaba el nombre de Guillermo, aprendió de su suegro la técnica de la fotografía logrando trabajar como fotógrafo con el gobierno del entonces presidente Porfirio Díaz. Técnica que más tarde llegaría a ser parte del estilo de pintura de Frida.
Las enfermedades y la evidente limitación motriz producto de pasárselo en cama, así como las constantes operaciones quirúrgicas y tratamientos médicos hicieron que Frida se desarrollara de modo diferente y con frecuencia se viera impedida de participar con otros niños en su infancia. Varios de los cuadros que luego pintara en su vida adulta reflejan la temática de la soledad de su infancia.
Producto de su accidente una varilla de metal le atravesó el área abdominal ella confiesa que en esa oportunidad perdió la virginidad. “Vaya manera de perder la virginidad”.
Un ejemplo que se cita con frecuencia es la obra de 1938 Cuatro habitantes de Ciudad de México, un óleo sobre metal de 32,4 x 47,6 que muestra una pequeña niña sentada sobre una superficie en altura y ataviada con indumentaria de Tehuana. Se Aprecia una niña abandonada, triste y desolada.
Otras obras que se puede apreciar el mensaje similar aludiendo a su infancia son
“Niña con máscara de muerte” o “Ella juega sola”.
La particular vida de Frida Kahlo fue una apasionada y larga lucha entre el dolor y las ansias de vivir. Ella venció sus padecimientos y limitaciones físicas, para convertir de sus obras en las más grandes y representativas de México.
Sus cejas unidas, ojos de mirada profunda, carnosos labios y leve bigote, aparecen en 55 autorretratos, del total de sus 143 obras. Su propia vida era el punto focal de su obra. No existe un sólo cuadro en el que no refleje de alguna manera su propio sentir y sufrimiento expresado de manera simbólica.
Una de sus frases favoritas era:
"Yo pinto autorretratos porque estoy tanto tiempo sola, porque yo soy la persona a quien conozco mejor".
Frida Kahlo ocupa actualmente un lugar que la sitúa entre los más grandes pintores del mundo. Su pintura impresiona, obsesiona y atrae por su intensidad y fuerza expresiva. Sus obras han alcanzado en subastas de arte, los más elevados precios que haya alcanzado nunca un pintor latinoamericano, incluyendo por supuesto a Diego Rivera su marido y amante.
Sus obras transmiten una gran carga emocional. Podemos leer en ellos la detallada biografía de ésta mujer increíble e inigualable, sus cuadros son más que expresiones personales de sufrimiento físico y espiritual, pues también forman parte de la identidad del pueblo mexicano. A su pintura no se le puede llamar bella o atrayente, sin embargo conmueve y impresiona profundamente, hay en sus cuadros algo que va más allá de la pintura y del arte, algo indescriptible y bastante misterioso.
En la escuela, Frida jugaba a hacer bromas Diego Rivera quien pintaba su mural "Creación" en el Anfiteatro Bolívar. Frida estaba un tanto obsesionada con él, le robaba el almuerzo cuando Diego estaba trabajando y él llegó a saberlo. Ellos aún no se habían conocido, los sueños juveniles de Frida no prosperaron en ese tiempo.
El tiempo producto del accidente y además convaleciente en su casa, brindó a Kahlo la ocasión de estudiar intensamente su reflejo en el espejo. Este autoanálisis tuvo lugar en una situación en que ella, habiendo sobrevivido al accidente, empezaba a descubrirse, a experimentar a sí misma y su entorno en una forma nueva y más consciente. Antes del accidente, Frida había recibido clases de dibujo. En 1926, comienza a pintar porque se aburre de permanecer tanto tiempo en casa. Esta actividad se convirtió en su profesión de toda la vida.
Para sorpresa de todos y de su médico, Frida recuperó el entusiasmo, la habilidad de caminar y a socializar nuevamente, y es que ella no vivía para pintar, pintaba para vivir. Fue la pintura lo que la sostuvo en sus largas horas de lucha y dolor y también, lo que le facilitó entrada en la escena artística de México, donde encontró de nuevo a Diego Rivera.
Fue su propia modelo, porque tantos días de postración vividos por su precaria salud la obligaron a mirarse en una soledad constante, aguda y lenta. Al verse rota y quebrada salía de sí, abandonaba su cuerpo y con la ayuda del espejo se observaba. Pintó innumerables autorretratos por ese deseo de bucear hondo en ese cuerpo maltrecho, lleno de dolor. Íngrima en su habitación, durante horas y horas, decidió realizarse en esas limitaciones y logró dejar una obra pictórica sumamente original: su imagen indescifrable.
Ella llevó cuatro pequeñas pinturas a Diego quien estaba subido en un andamio pintando en el Ministerio de Educación Pública. A él le impresionaron sus obras y le dio ánimos. Diego Rivera fue el primero en reconocer la importancia de Frida Kahlo en la historia del arte, sentía la más grande admiración por ella.
Por medio de un amigo, Frida se introdujo en un grupo de artistas comunistas entre los que se encontraba el cubano José Antonio Mella, Tina Modota y los muralistas Diego Rivera, David Alfaro Sequeiros y José Clemente Orozco. Al poco tiempo Diego y ella estaban muy enamorados, o eso era lo que se decían y
el 21 de agosto de 1929 se casan Frida Kahlo y Diego Rivera. El era 21 años mayor que ella y muy famoso tanto por su filosofía como por sus murales.
Tras la alegría y la esperanza de un embarazo, sufría el tormento de un aborto, hasta terminar con sus ilusiones y esperanzas de maternidad. Para calmar el dolor recurría al alcohol y al cigarrillo, a pesar de que nada de esto podía ayudarle. Lo que la mantenía a través del constante dolor era su espíritu indomable, era valiente y osada. Le gustaba beber tequila y cantar alegres canciones en las alocadas fiestas que ofrecía en su casa.
La tumultuosa vida de Frida no encontraba sosiego al lado de Diego, este es el material del cual su vida, sus pinturas y sus películas se han hecho. Sufría a menudo por causa de las infidelidades de su famoso e inconstante marido. En una ocasión, Diego le juró a Frida que siempre le seria leal mas nunca que demostraría fidelidad hacia ella.
Fue amante del artista catalán José Bartoli exiliado de la guerra civil española, durante cuatro años, de 1942 a 1946. Vivió un apasionado romance con el guapo Bartoli. Pintó especialmente como obsequió para él su famoso "Autorretrato en miniatura", el retrato más pequeño que pintó Frida y que alcanzó la suma de $225,000 hace algunos años en una subasta realizada por Sotheby’s, en la cual también fueron incluidas algunas de sus cartas de amor. A pesar del gran entusiasmo amoroso, Frida no abandonó, por Bartoli a Diego porque lo amaba profundamente, más que a nadie en el mundo.
Diego vivía en constantes aventuras con otras mujeres, pero su amor por ella estaba por encima de todas sus aventuras. El apoyaba totalmente el arte de Frida y era el más grande promotor de su obra.
Por sugerencias de Diego, Frida comenzó a usar el traje tradicional mexicano que consiste en vestidos largos y muy coloridos, usaba además joyas antiguas y exóticas para destacar sus rasgos indígenas. En su casa de Coyoacán creó un mundo maravilloso con objetos de arte folclórico que incluía en sus pinturas. Sus cuadros tienen los ricos colores y combinaciones expresivas de las tradiciones indígenas y de la cultura folclórica mexicana.
En el 1939 exhibe sus pinturas en la Galería Julien Levy de Nueva York. Un periodista le pregunta si se considera surrealista o no, a lo que ella responde
"creían que soy surrealista, pero no lo soy. Nunca pinté mis sueños, pinté mi propia realidad".
Usaba la metáfora y era tal vez ingenua en su pintura, ingenua y a esto atribuía Breton el hecho de que fuera Surreal, pero André lo describe diferente , incluso hizo un ensayo sobre la pintura de Kahlo.
“Dictado del pensamiento, en ausencia de todo control ejercido por la razón y fuera de toda preocupación estética o moral"
Sin este medio, en mi opinión, Frida hubiera terminado por quitarse la propia y complicada vida, fue su desahogo su mayor confidente, la pintura y la escritura o concretamente sus poemas.
Quien más que los lienzos para escucharla y no juzgarla, ellos jamás se cansarían de escuchar sus desgracias y eran el mejor consejo para conllevar las mismas.
Las obras de Frida en lo particular me parece sin tapujos, sin modales o alguna modificación para el agrado de la gente, no le preocupaba que pensará su público, sus obras eran para ella misma y cuando le pedían que pintara algo en específico, rara era la
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