Guillermo Hudson ALLÁ LEJOS Y HACE TIEMPO

Guillermo Hudson

ALLÁ LEJOS Y HACE TIEMPO

yo lo mio

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El libro en líneas generales me aburrió.

Lo encontré tan exacerbadamente descriptivo que me resultó inmensamente tedioso leerlo, y a eso se sumaba que gran parte de sus descripciones era sobre la apariencia de vecinos o forasteros, describiendo meticulosamente sus fisonomías, vestimentas, andar, tonalidades de voz, a las mujeres y esposas de los mismos también al detalle, para que después no pase nada interesante, simplemente la descripción por sí misma.

Todo esto me conducía a distraerme de la lectura con gran facilidad y no poder involucrarme en ella, a pesar que en uno de los primeros capítulos el autor nos invita a hacer una viaje imaginario con él. Pero salvo unos pocos capítulos no pude empatizar con las historias contadas.

Entiendo que para un chico pequeño, las pequeñas anécdotas pueden dejar una marca muy fuerte. Y este chico era peculiar, ya que prefería la soledad para contemplar la naturaleza que lo rodeaba a juntarse con sus hermanos u otros chicos para jugar.

También es claro que cuando escribe estos relatos, estando muy enfermo y alejado de la tierra en que suceden los hechos está reviviendo su infancia en Argentina con gran intensidad.

Cosas que me interesaron:

En uno de los primeros capítulos, el niño todavía muy chiquito, se encuentra con la muerte del perro de la casa, animal muy querido. Esto lo lleva a reflexionar sobre la muerte (cuestión a la que volvería años más tarde) y a tratar el tema con su madre, que le responde desde las creencias religiosas. Esas reflexiones sobre la muerte, cosa que para él era algo nuevo, se refuerza por la muerte prematura de una vecina jovencita y muy querida en la zona, a la que él no tuvo la fuerza para darle el último adiós.

Este capítulo, el III me resultó especialmente interesante, como trata de resolver, sin conseguirlo, el misterio de lo inevitable.

Me gustó y sorprendió también la mentalidad tan moderna de sus padres (ingleses) en cuestiones de crianza de los chicos y cierto grado de conciencia y respeto por el entorno. Por ejemplo cuando despiden al primer maestro que habían contratado porque éste en un ataque de ira les infringió un castigo físico a los niños, cosa que para los padres era intolerable ya que ellos no consideraban la violencia como modo de educar a sus hijos. Estamos hablando de los años 1841 a 1857 Argentina, época en que hasta en Inglaterra era común el castigo físico en las aulas hasta bien entrado el siglo XX.

Con respecto a los animales, el padre de Guillermo Hudson no era de matar a no ser para comer, pero ni por deporte.

Otra cosa que me gustó es que los capítulos comienzan con una serie de palabras que adelantan de forma casi fotográfica de que tratará el mismo, algo parecido al un Story Board que se hace para filmar películas.

Mencionando los incendios de verano, dados por la gran cantidad de cardales secos sobresaltó la manera de como los lugareños intentaban un cortafuegos. Matando y luego arrastrando un grupo de ovejas con la esperanza de que el fuego no se extendiese más. Muy salvaje para mi gusto, pero tal vez la única forma de hacerlo en esas circunstancias.

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