Horacio Cerutti Guldberg
Enviado por chiki_88 • 13 de Agosto de 2013 • 956 Palabras (4 Páginas) • 417 Visitas
IDENTIDAD Y DEPENDENCIA CULTURALES
Horacio Cerutti Guldberg
I. NIVELES Y ALCANCES DE ESTA REFLEXIÓN
Un tratamiento filosóficamente adecuado de los conceptos de «identidad» y «dependencia»
exigiría retomar con todo detalle los debates suscitados en otras disciplinas sobre conceptos
correlacionados como «nación» «soberanía», «etnia», «clase», «minorías», «movimientos
sociales», «estado», «cultura». Esto supondría un diálogo interdisciplinario con la
antropología, la psicología social, la sociología, la politología, la historia, la economía
política, etc. El quehacer filosófico retoma a posteriori los resultados de las disciplinas
científicas, en este caso de las ciencias sociales, para generalizar a partir de ellos, revisar o
resaltar sus supuestos, examinar sus argumentaciones, formular interrogantes más incisivos,
etc. Un tratamiento de tales características rebasa ampliamente las posibilidades del
presente trabajo. Sin embargo, no se trata de renunciar a la pretensión de conservar parte de
los presupuestos de ese modo de proceder. Por ello en lo que sigue se intentará una
modalidad intermedia. Sin abandonar esta concepción de la filosofía, parece factible
efectuar algunas observaciones en un alto nivel de generalidad, sobre la base implícita de
ciertos desarrollos de algunas ciencias particulares, a modo de aproximación crítica y
provisional —quizá en buena medida hipotética— a un tenla como el propuesto, cuya
complejidad es insoslayable. Buena parte de las dificultades que presenta el tema de la
identidad tiene que ver con el referente de esta noción. No todo a lo que alude la noción es
fáctico, sino que forma parte de esa difusa realidad imaginaria o dimensión imaginaria de la
realidad. No por imaginaria menos operativa y eficiente en el entramado de la práctica
social. Por lo demás, es un imaginario compartido colectivamente y mucha de su fuerza y
eficacia opera ti va deriva de su aceptación acrítica y preconsciente.
La preocupación por la identidad constituye uno de los leitmotiv del pensamiento
latinoamericano, aun antes de que se pueda hablar propiamente de Latinoamericano. ¿Qué
somos?, ¿quiénes somos?, ¿cuál es el papel que nos corresponde en las historia?, ¿qué
elementos distinguen a nuestra cultura?, ¿hasta qué punto nos equiparamos con otras zonas
culturales?, ¿quién decide sobre nuestro presente y futuro?, son algunas de las preguntas
que en estas u otras formulaciones se vienen reiterando por generaciones. Las respuestas
aparecen siempre limitadas, insuficientes; frustrantes en no pocas ocasiones. En los días
que corren estas preguntas han dejado de ser patrimonio exclusivo de la región o
preocupaciones de zonas marginales del mundo, para entronizarse como interrogantes que
angustian a la humanidad. Quizá no sería aventurado afirmar que por vías insospechadas la
reflexión latinoamericanista se ha universalizado... Pero, no conviene apresurar
conclusiones. Es menester caracterizar, así sea brevemente, la situación actual en la que LI
temática que nos ocupa adquiere nuevos matices. La llamada «globalización» co-existe con
virulentos reclamos nacionalistas v demandas de reconocimientos étnicos. Afloran
sensibilidades colectivas y/o comunitarias que, en el límite, remiten a! individuo, a su
subjetividad, a sus escasas posibilidades de identificación, confianza, reafirmación de su
personalidad y respeto a sus derechos más elementales. Ese vaivén de lo individual a lo
colectivo se articula con los borrosos límites de lo público y lo privado
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