INFORMARSE CUESTA

Ramonet, I. (2006) Informarse cuesta. Le Monde Diplomatique. Disponible en: http://www.rodelu.net/ramonet/ra,onet135.html Fecha de consulta: 15 de Marzo de 2009

Ignacio Ramonet es especialista en geopolítica y estrategia internacional, doctor en semiología y en historia de la cultura en la Escuela de Altos Estudios de Ciencia Sociales de París, y profesor de teoría de la comunicación audiovisual en la universidad Denis - Diderot de París. Además escribió otras obras, como La golosina visual (2000), La tiranía de la comunicación (1986), Las guerras del siglo XXI(2002) e Irak, historia de un desastre (2005).

El artículo de opinión periodística a analizar “Informarse cuesta” fue escrito en España en el año 2006 y publicado en la revista, de difusión masiva, Le Monde Diplomatique en un contexto en el cual, el mundo se encontraba atravesado por la aparición de nuevas tecnologías que revolucionaron las formas de comunicación, produciendo un simplismo en la prensa y una búsqueda independiente de los ciudadanos para informarse.

Dirigido a los lectores de la revista, Ramonet, desde el marco de la Comunicación Social y con la intención de contribuir al campo de la misma rama, plantea el interrogante de por qué la prensa escrita está en crisis y afirma que se debe al descenso de difusión y a una grave pérdida de identidad y personalidad. De esta manera, el autor intenta convencernos sobre su postura.

Nosotros coincidimos con el planteo que realiza el especialista en geopolítica, que no esta lejos de la realidad, ya que se observa un predominio del consumo audiovisual por sobre el escrito para informarse, y hace un análisis exacto de los conceptos básicos que hacen al periodismo y que deben ser tenidos en cuenta.

Para comenzar a argumentar su postura, Ramonet plantea que estos conceptos básicos han sufrido cambios y desarrolla cada uno de ellos. En primer lugar se refiere al concepto mismo de información donde antes informar era hacerlo de manera precisa y verificada teniendo en cuenta los parámetros contextuales de los hechos, mientras que ahora solo es una “emblematización reductora” debido a la influencia televisiva que, a través de imágenes, pretende que los acontecimientos sean entendidos por sí solos.

En segundo lugar, hace hincapié en el concepto de actualidad, donde es la televisión la que construye la realidad mediante la elección de acontemientos contados a través de imágenes, que toman más relevancia que aquello que permanece invisible, como son las palabras o los textos.

En tercer lugar, nombra al concepto de tiempo de la información, donde la instantaneidad televisiva hace que la prensa diaria se torne vieja en cuestión de horas y ésta tenga que dirigirse a los telespectadores.

El último concepto que desarrolla es el de la veracidad, el cual sólo con repetir lo que los medios televisivos informan, es suficiente para contar los hechos sin necesidad de corroborar dicha información.

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