Imaginario social, discurso y texto

Imaginario social, discurso y texto

                                                       Dorao Paris Florencia

El siguiente texto tiene por temática principal el desarrollo de los conceptos de discurso, texto e imaginario social y su relación con las ciencias. Se basará en los escritos de Norma Desinano (Discurso y texto, PROCAP, cartilla N°5), Ester Díaz (¿Qué es el imaginario social?, 1996) y Helena Calsamiglia y Amparo Tusón Valls (El análisis del discurso, 2007). El objetivo principal del texto es, a partir de cada autor, establecer definiciones de los conceptos arriba expuestos, comparar las distintas nociones y establecer afinidades entre unos y otros, resaltar las coincidencias y diferencias de conceptualizaciones, en caso de que existan.

Al hablar de imaginario social nos estamos refiriendo a esas normas, reglas, leyes no escritas, preestablecidas en la sociedad que se encargan de definir y guiar la conducta de cada sujeto perteneciente al grupo; es el efecto de una compleja red de relaciones entre discursos y prácticas sociales (Ester Díaz, 1996). Este imaginario resulta de una coincidencia de valores de las personas y puede manifestar en lo simbólico, como la lengua, y en acciones concretas, es decir mediante prácticas sociales; es un conjunto de ideas que logran efectos en la realidad, es decir que se materializan y se mantienen vivos en la imaginación individual. Suelen ser confundidos con estereotipos, ya que a su vez señalan tendencias y, paralelamente, reflejan situaciones conflictivas. El imaginario social también cumple un papel fundamental en la ida de cada individuo, ya que guía su accionar y lo ayuda a definirse como sujeto dentro de una sociedad para reconocer su rol dentro de la misma.

Aunque el imaginario social se determina a partir de valores y discursos individuales de las personas, este también ayuda a definir y se define a partir de un discurso social o configuraciones discursivas, es decir, las representaciones lingüísticas a través de las cuales las sociedades “dicen” sus saberes, sus creencias, su forma de pensar, su sentir.^[1] Este discurso puede ser interpretado de distintas formas por personas de un mismo ámbito, es decir, que pueden estar de acuerdo o en desacuerdo a pesar de vivir en el mismo contexto social. A partir de un discurso social es que se definen los discursos individuales o personales; las  opiniones, saberes, creencias y sentimientos que un sujeto individual configura a partir de una creencia general (discurso social). El sujeto social es quien crea, configura y reproduce el discurso social; el sujeto individual, es decir, cada miembro del sujeto social es quien constituye su propio discurso personal a partir de la interpretación que tenga del discurso social.

Calsamiglia y Tusón Valls hablan de un “uso lingüístico conceptualizado” del discurso haciendo referencia a las formas lingüísticas y la manera en que ponen en funcionamiento para construir formas de comunicación y de representación del mundo real o imaginario, es así como intentan explicar que la forma del discurso siempre va a depender del contexto en que se formule y las personas de la comunicación (emisores y receptores). Ambos autores coinciden en que el texto es texto no solo cuando se encuentra escrito, sino también en forma oral y que llega a su condición de texto cuando además de haber quien lo formuló, existe quién lo lea o lo escuche.

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