LA MAESTRIA DEL AMOR

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INTRODUCCIÓN

Este libro fue elaborado por el autor Miguel Ruiz, el cual a través de este nos muestra la verdadera forma del amor y las diferentes perspectivas en la que podemos demostrarlo, las cuales se vuelven completamente diferente desde que nacemos hasta que empezamos a crecer y nos volvemos adultos puesto que desde que somos niños se nos educa con este tipo de cultura del amor en la que la hipocresía se vuelve cada vez más frecuente entre las relaciones humanas, un veneno emocional con el cual cargamos toda la vida hasta que se empieza a propagar por toda la sociedad, ese veneno que se puede definir como MIEDO que nos ha causado un sinfín de heridas que tratamos siempre de esconder y que no hemos podido sanar, sin embargo,  cada vez pueden volverse más y más grandes hasta que nos lleven a perder el rumbo de nuestra vida y eso nos lleva a querer controlar la de otras, haciendo de nuestra vida y la de otros un total infierno.

Sin embargo, a pesar de que podamos pensar que hemos perdido el control sobre nosotros mismos, aún estamos a tiempo de convertirnos en unos maestros en el amor, sanando todas nuestras heridas y viendo las cosas con una perspectiva diferente, creyendo en la perfección de las cosas y, sobre todo, de nosotros mismos.

DESARROLLO

El maestro

Este libro empieza con una pequeña reflexión sobre un maestro que predicaba sobre el amor, el cual tenía un sequito que se reunía solo para escucharlo, entre ellos había un hombre el dual lo invitó a su hogar y sin darse cuenta dio de comer, de beber e incluso arropó a su maestro, el cual se presentó en su hogar de diferentes formas, enseñándole que él vive en el interior de todos; para mí fue realmente grato entender y reflexionar sobre las muestras de generosidad y bondad que debemos mostrar a todas las personas que nos rodean y así alimentar nuestro interior.

Capítulo 1.- La mente herida

Nos enseña además que todos somos maestros que creamos nuestra propia realidad, todo en lo que creemos es lo que somos, hemos practicado toda nuestra vida para ser quien somos y nos hemos vuelto maestros, maestros en la mentira, en el engaño, la tristeza, el enojo y en todo lo que somos, ya que hemos vivido y practicado tanto desde que empezamos a tener uso de razón es por ello que para llegar a ser un maestro en el amor, también debemos de practicar, practicar tanto hasta que nos volvamos unos expertos, sin embargo, lo que me resulta realmente triste es que todos seamos maestros en el miedo, ese miedo que siempre nos paraliza y nos impide ser como realmente somos, tal vez por el rechazo que nos podría ocasionar en la sociedad, ese es el verdadero miedo que nos paraliza y nos hace actuar de manera determinada, no podemos ser quien verdaderamente somos porque alguien puede juzgarnos y no encajaremos en los estándares que alguien por algún motivo ya ha establecido, nos da miedo ser heridos y como dice el autor simplemente pasamos a un estado de negación y creamos las mentiras, nos mentimos a nosotros mismos para poder ser aceptados y nos volvemos unos maestros en ser quienes no somos solo para ser aceptados, y lo peor de ello es que todos los seres humanos tienen estas heridas emocionales que parece una enfermedad altamente contagiosa que los adultos les contagian a los niños y va creciendo cada vez más.

Capítulo 2.- La pérdida de la inocencia

También nos habla de cómo el ser humano pierde su inocencia al jugar un juego de adultos, en el cual percibimos de nuestro alrededor y tratamos de imitar lo que vemos, es ahí cuando se pierde la libertad, la felicidad y la tendencia a amar, ya que de pequeños al ser quien somos no nos da miedo ser juzgados, no nos importan las opiniones, pero es nuestro alrededor el que nos hace cambiar y nos hace perder la inocencia y actuar de manera determinada ante cada situación por las experiencias y las heridas emocionales que ya nos han causado, nos hacen crecer con resentimiento y después ya no podemos perdonar, un llamado veneno emocional es lo que propaga el ser humano con tanta fuerza y hace que toda su realidad se convierta en un infierno del cual ya no se puede escapar, buscamos la perfección y sin embargo al no obtenerla no podemos perdonarnos a nosotros mismos por no serlo, empezamos a rechazarnos y a crear esta brecha en lo que somos y lo que queremos ser y entre más grande sea esta brecha más grande es el resentimiento que sentimos y el rechazo que nos tenemos y por ello es que necesitamos del maltrato de otros para castigarnos a nosotros mismos.

Capítulo 3.- El hombre que no creía en el amor

El hombre que no creía en el amor me pareció una historia en la que creo que todos debemos reflexionar y cambiar esta perspectiva en la que siempre hemos vivido, en la cual dejamos nuestra felicidad en manos de otra persona, en la cual responsabilizamos a alguien más de nosotros mismos, es un error en el que todos caemos y hasta que lo comprendemos podemos dejar de fracasar.

Capítulo 4.- El camino del amor, el camino del miedo

Algo más que realmente me parece increíble es la vida de sueños que todos vamos creando, como el autor lo llama a este sueño compartido que tenemos con diferentes personas que nos hace relacionarnos unos con otros, estas relaciones que se forman de soñadores, que a la vez estos sueños son formados por emociones en la cual podemos seguir dos caminos tan distintos el del miedo, en el cual todo lo hacemos por obligación y está lleno de expectativas falsas y entre más resistencia pongamos más heridas nos creamos, el cual no respeta nada, evita la responsabilidad, es rudo, crea la autocompasión, está lleno de condiciones, etc., y por otro lado, el camino del amor, en el cual todo lo hacemos porque queremos hacerlos, por el placer y la felicidad que nos causa hacerlo, crea respeto, compasión, es responsable, amable, incondicional, etc.

Debemos aprender a seguir el camino del amor y no seguir las reglas que nos ha impuesto el camino del miedo, ya que este nos lleva al fracaso, una, otra y otra vez.

Capítulo 5.- La relación perfecta

Las relaciones que se forman entre un hombre y una mujer siempre me han parecido bastante complejas, siempre tenemos grandes expectativas de lo que queremos para nosotros y sin embargo a mi parecer nunca estamos con quien realmente queremos, es más, incluso me atrevería a decir que estamos con personas totalmente diferentes a lo que esperamos, con las que obviamente nunca podríamos adaptarnos ya que siempre estaremos comparando entre lo que queremos y lo que tenemos y es justamente de lo que nos habla el maestro Miguel Ruiz, ya que las relaciones perfectas deben estar basadas en la aceptación a nosotros mismos y a nuestra pareja, la cual debemos respetar y no controlar, dejar de decidir por los otros y solamente centrarnos en la mitad que nos corresponde, dejar de esparcir y contagiar a nuestra pareja con todo el veneno emocional que cargamos, ya que, a fin de cuentas ambos deberían tener un objetivo para que puedan ir en el mismo sentido y compartir la felicidad, el amor y el respeto que emana cada uno y dejar a un lado la basura, sanar nuestras heridas pero trabajar solo en lo que nos corresponde para poder servir a nuestra pareja.

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