LOS ORIGENES DEL ANIMISMO INFANTIL NECESIDAD MORAL Y DETERMINISMO FISICO
xavi65114 de Mayo de 2014
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LOS ORIGENES DEL ANIMISMO INFANTIL. NESESIDAD MORAL Y DETERMINISMO FISICO
En el texto de Jean Piaget da a conocer cómo es que se origina el animismo infantil a través de tres cuestiones importantes:
1. Determinar cómo se manifiesta (espontáneamente) el animismo en el niño.
2. El análisis de la creencia sistemática y espontánea de los niños de que el sol y la luna lo siguen, es decir, que están dotados de movimientos y voluntad propia.
3. Por último, verificar si es el determinismo físico o es la necesidad moral, lo que conduce el niño a las leyes de la naturaleza.
Es así que, por medio de los estudios que Piaget y sus colaboradores han recopilado a través del método clínico es como este va mostrando y demostrando como se da y que es el animismo infantil, es decir, el darle vida a las cosas que tienen movimiento pero que no están vivas o el darle conciencia y voluntad a éstas y a los animales. También explica las tres etapas por las que atraviesa el niño en la creencia de que el sol y luna lo siguen y deja en claro como es el paso de una etapa a otra.
Precisar en qué forma se presentan las manifestaciones espontáneas del animismo en el niño. En el tercer lugar, habrá que examinar que especie de necesidad (necesidad moral o determinismo físico) concede el niño a los movimientos regulares, a las leyes de la naturaleza.
Comencemos algunos recuerdos de adultos. Son particularmente importantes los recuerdos de sordomudos por que nos enseñan que otra tonalidad afectiva puede adquirir el animismo en niños que no han recibidos ninguna traza de educación religiosa.
Las preguntas de los niños denotan muy frecuentemente una actitud animista, y que en general, el espectáculo del movimiento es el que lleve al niño a plantear estas preguntas animistas, para el niño preguntador, la vida era asimilada al movimiento.
Las preguntas de los niños del los 5-6-7 años se refieren también con mucha frecuencia a la muerte, y a este propósito, son testimonios de una investigación sobre la definición de la vida.
En cuanto a los niños más pequeños su animismo es mucho más implícito e informulable. No se preguntan ni si las cosas saben lo que hacen, ni que está vivo ni que está muerto, por que el animismo no ha sido puesto en duda en ningún punto en particular, se limitan en hablar de las cosas en lenguaje humano, a presentarles voluntad y deseo, actividad consiente.
El único medio para adquirir informes es la observación atenta sobre el comportamiento del niño como sobre sus palabras. El mejor procedimiento, cuando una expresión verbal parece animista, consiente en todas es en ver, por la comparación con expresiones diversas del mismo niño, cual es el empleo exacto que el niño hace de esta expresión.
Pero la constancia de este estilo prueba por lo menos, cómo los pequeños cuidan poco de diferenciar las cosas de los seres vivos. Toda cosa en movimiento es descrita en términos de conciencia.
Hallarnos dos periodos en el animismo espontáneo de los niños, el primero, que se extiende hasta los 4-5 años, se caracteriza por un animismo integral e implícito: toda cosa puede ser momentáneamente asiento de una intención o de una actividad consiste a riesgo de las resistencias de los choques que golpean el espíritu del niño desde los 4-6 años.
Las preguntas se plantean a su sujeto y señalan por esto que este animismo implícito esta en parte en vías de desaparición y, por consecuencia, en parte en vías de sistematización intelectual. En este momento se hace posible preguntar al niño y dar comienzo las etapas cuya sucesión hemos estudiado.
El animismo de que dan testimonio las preguntas y las expresiones de los niños
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