LOS TRES MOSQUETEROS (Capítulo 1-11)
Enviado por simon1210 • 25 de Septiembre de 2019 • Resumen • 1.432 Palabras (6 Páginas) • 1.647 Visitas
LOS TRES MOSQUETEROS (Capítulo 1-11)
La historia se ubica en Paris en el año de 1625. El joven y valiente D'Artagnan parte de su hogar para ir hacia Paris y hacerse un mosquetero.
Su padre se despide de èl entregándole lo que tenía de dinero, un caballo bastante particular de color naranja y una carta dirigida al Sr “Treville”, uno de los hombres más importantes en el reino y más específicamente entre los mosqueteros
Su madre se despide más emotivamente, le entrega una receta de un bálsamo que curaría cualquier herida de batalla que no fuera en el corazón.
Finalmente el padre le da varios consejos y le entrega su propia espada. El mismo día el joven se puso en camino, provisto de los tres presentes paternos.
Al llegar a una hostería en Meung tuvo su primer encuentro desafortunado ya que un desconocido se burlaba de su caballo, esto resultó en un enfrentamiento en el cuál D'Artagnan salió herido. Mientras era curado por el dueño de la hostería, el desconocido atacante al verse intimidado por saber que el joven era el protegido de Trèville se dispone a robarle la carta que le había dado su padre.
Dos días después, al marcharse hacia Parìs, se da cuenta de su pérdida pero esto no lo hace renunciar y continua su viaje en donde se decide a vender a su caballo para poder pagarse un lugar donde pasar la noche mientras encuentra a Tréville.
Trèville era el capitán de los mosqueteros, tenía ese cargo debido a su gran fidelidad, rapidez e inteligencia, Luis XIII confiaba totalmente en él y le tenía mucho aprecio ya que sabía que era capaz entregar su vida con tal de protegerlo.
El capitán de los mosqueteros era admirado, temido y amado. El patio del palacio, parecía a un campamento, de cincuenta a sesenta mosqueteros, estos se paseaban sin cesar armados en plan de guerra y dispuestos a todo. Una mañana D'Artagnan llega en busca de Trèville, allí encontró a toda la gente que protegía y estaba servicio del Rey, pidió audiencia con un sirviente para hablar con Trèville. Conoce a Phortos y Aramis, y Athos, los tres mosqueteros.
En la entrevista, D´Artagnan expresa el deseo de pertenecer a su ejército, de ser un mosquetero, pero Tréville le explica que no puede entregarle ese puesto tan fácilmente sin antes tener experiencia. Para ayudarlo propone recomendarlo a la Academia Real en donde aprendería el manejo del caballo, esgrima y danza; esta acción le pareció demasiado fría e informal a D'Artagnan; y en ese momento se lamentó mucho por no tener la carta que le había dado su padre porque seguramente esto habría cambiado mucho las cosas. El joven le cuenta al capitán el hecho ocurrido en Meung y la forma en que le robaron la carta, incluso le describió al ladrón que, al parecer, era un conocido del señor Trèville.
Cuándo finalmente el capitán le iba a entregar la carta, D'Artagnan salió casi de un salto de su despacho diciendo que esta vez no se le escaparía el ladrón. El capitán queda totalmente desconcertado.
D'Artagnan corría furiosamente tras el ladrón que robo su carta; en el camino tuvo tres contratiempos con los mosqueteros que provocan que éstos, lo reten a un duelo: el primero fue con Athos, que por ir tan rápido lo golpeó fuertemente. Luego, al salir del palacio se enredó con la preciada banda que utilizaba Porthos para sujetar las armas, éste se sintió ofendido por el joven quien se burló de la banda por no tener la calidad que aparentaba. Por último, ve a Aramis junto a tres guardias conversando y pensó en reparar el error que había cometido con sus compañeros; intentó ser cordial levantando un pañuelo que el mosquetero tenía bajo el pie pero esta vez volvió a disgustarlo ya que dejó en evidencia a Aramis ante los guardias, haciéndolos pensar que tenía algún amorío con la dueña de ese pañuelo.
Como D´Artagnan no conocía a nadie en París, fue sin testigos al primer duelo. Se sorprendió al ver que Athos había llevado como testigos a Porthos y Aramis, con los cuáles tenía un duelo en horas posteriores. Cuando estaban chocando sus espadas para comenzar, se presentó la cuadrilla de Jussac de la guardia del cardenal y se dispusieron a pelear.
Los
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