La Hora De La Estrella
Enviado por sadasgard • 21 de Octubre de 2012 • 2.535 Palabras (11 Páginas) • 789 Visitas
LA HORA DE LA ESTRELLA
La discreta trascendencia de la sencillez
En La Hora de la Estrella, de Clarice Lispector, Rodrigo narra la vida de Macabea, una mecanógrafa sin gracia e insignificante, pero cuya historia a pesar de la sencillez que posee, logra su génesis a través de una resistencia dolorosa para el narrador, pues la anuncia como un hecho inminente, una historia condenada a la existencia, aunque por sí misma parezca no tener alguna plausible razón de ser o de lograr la trascendencia a través de la escritura. En este sentido, las descripciones de Rodrigo pasan por trechos muy densos, dan la impresión de ser arrancadas de su propia vida, se resisten a avanzar y se distraen en el extravío de otros caminos, por lo que en ocasiones parecen perderse en la divagación.
De alguna manera, se puede decir que la protagonista y todo lo que rodea su existencia antes de ocurrir, coexiste de manera latente y abstracta en Rodrigo, como él lo señala: si la historia no existe pasará a existir, y es que la vida de Macabea parece ocurrir en el momento de la narración “como que estoy escribiendo en el momento mismo de ser leído” (Pág. 14.). En otras palabras, Macabea es y las cosas en torno a ella suceden, a medida que el narrador escribe y le da forma real a la historia a partir de retazos de su vida, los cuales resultan tan complejos que no le es fácil conseguir el tejido adecuado.
Antes de aparecer Macabea, el narrador se inmerge en una disertación alrededor de la historia, entre otras cosas, se cuestiona el orden que seguirá para describir los sucesos que la conforman, así como la veracidad de la misma; no obstante, deja claro que ésta será verdadera aunque sea inventada. Señala también que es una historia hecha con dolor, engendrada en la ausencia de felicidad; y es que Macabea es una mujer sumamente infeliz, aunque no sea consciente de ello, porque más que poseer dicha condición es un personaje ignorante, incapaz de advertir la carencia y la simplicidad de su vida.
El narrador no promete una gran historia, advierte a sus lectores que debido a su sencillez no pueden esperar mucho de ella, él “tratará de sacar oro del carbón” (pág. 18), asimismo confiesa, antes del hecho narrado, desconocer cuál será el curso que seguirá y el destino que le corresponde al mismo. Tanta incertidumbre sobre la historia la sustenta Rodrigo aclarando que no la ha inventado, sino que ella ha forzado en él su existencia. Así, Macabea resulta ser la representación de un dolor profundo albergado en el narrador, un sentimiento que se resiste a tomar forma de realidad; quizá por ello, la chica sólo puede salir de Rodrigo, sin la menor piedad, a través de la figura de un ser fabricado con las tristes características que éste elige para describirla.
En este sentido, y luego de un complicado parto narrativo, Macabea es dada a luz en un pueblo ubicado en el noreste de Brasil, Rodrigo nos cuenta que ella pierde a sus padres siendo muy pequeña, motivo por el cual su protección queda en manos de una tía, el único pariente vivo que tiene, pero quien la reprime de muchas cosas y, a su vez, la obliga a otras que de alguna manera determinan la personalidad de la muchacha. Juntas, se trasladan a Río de Janeiro, una ciudad no diseñada para Macabea, un lugar hecho contra ella, según el autor; de ahí que habría sido preferible que nunca hubiera salido del pueblo norestino. Más adelante, luego del fallecimiento de su tía, la joven se traslada a la calle Arce en donde comparte un cuarto con cuatro chicas más, y que paga con el sueldo que recibe como mecanógrafa, un oficio que cumple con tan poco éxito como talento.
Macabea es desde el principio y continuará siendo hasta el final, una virgen introvertida, un individuo inerme, reducido a sí mismo con poca conciencia de la condición de su presente, que aunque logra evocar en su pensamiento recuerdos del pasado, no deja algún espacio destinado para la proyección de su futuro. La apariencia de esta joven resulta tan despojada de encanto, que no sólo nadie le dirige su mirada, sino que ella misma no es capaz hacerlo desnuda, frente al espejo. Es un personaje cuyo sexo ni siquiera parece haberle concedido la categoría del género femenino y menos dotado de las mínimas características por las que pueda llegar a ser amada.
La vida de Macabea transcurre en un escenario con las nimiedades que menos podrían interesarle a una persona con su curiosidad puesta en la vida de los demás; no obstante, logran trascender y cobrar valor gracias a la manera en que el narrador las describe. La norestina de Rodrigo es un personaje principal inusual con poca capacidad de transformación durante su historia, quien muere justo cuando está a punto de evolucionar, y es su mismo creador quien a pesar de los intentos por salvarla, la condena a la inexistencia total porque quizá con ella consiga la transformación de él mismo.
La historia que construye Rodrigo parece ser un grito de revelación en el que se evidencia cómo lo discreto, lo aparentemente fútil, posee un especial encanto; un grito en el que se profiere cómo a partir del carbón se puede sacar oro, para deducir que de igual forma se puede construir una obra sin necesidad de utilizar las palabras más esplendorosas a las que pueda verse animado un escritor, y por las que él mismo confiesa sentirse tentado. Es un grito a través del cual se exponen las situaciones que llegan a afectar al individuo en su condición de escritor y que no todos se atreven confesar, sin temor a dicha confrontación.
Rodrigo expresa la obligación de hablar del personaje entre miles de muchachas, refiriendo que ella tiene derecho al grito, uno a través de la voz de él ya que nunca fue proferido por la suya. Es también el grito ante la angustia de ver pasar el tiempo sin que pase nada, de llevar una vida vacía y sin pasiones; es el grito inexorable que se requiere para hacer de lo intrascendente algo transcendente, una voz que demanda la existencia de una mujer incapaz de advertir la insignificancia que conforma su mundo, y que ha nacido imposibilitada para gritar por ella misma. Todo esto motiva el grito de Rodrigo, porque a pesar de su severidad, es el único que logra amarla.
Para finalizar, deseo señalar que Clarice Lispector en La Hora de la Estrella, crea en Macabea como en Rodrigo, a dos personajes que se encuentran reducidos a sí mismos, pero que se requieren mutuamente para existir. Por su parte, Macabea nace de Rodrigo porque él necesita crearla para poder vivir, ella es una parte de él que lo ahoga a través de su nula existencia, del cansancio por la rutina de ser él mismo, la joven lo ataca constantemente
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