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La Muerte Y El Niño


Enviado por   •  14 de Agosto de 2014  •  608 Palabras (3 Páginas)  •  147 Visitas

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LA MUERTE Y EL NIÑO.

El título del capítulo se enfoca a dos temas: la muerte propia de un niño y la muerte de un familiar o alguien cercano a un niño.

La muerte siempre será un tema demasiado fuerte o demasiado doloroso y más tratándose de un hijo, esa es probablemente la muerte más dolorosa que puede enfrentar una familia. Por eso mismo el tanatólogo debe ser alguien preparado para ayudar a enfrentarlo y poder vivir. Se debe el mismo cuidado a una familia que ha perdido a un hijo que para un niño que perdió un ser querido.

Un niño tiene un concepto bien definido de lo que significa la muerte, por ejemplo cuando está en el vientre y es expulsado es enviado a un mundo que no conoce y no sabe qué hacer, pero en el nacimiento es rápidamente impregnado de amor así que su perdida es reparada de inmediato. Cuando van creciendo los niños van tomándole otro significado a la muerte, en cierta etapa llegan a creer que la muerte tiene un sentido de irreversibilidad, esto gracias a las caricaturas, cuando juegan a las escondidillas e incluso gracias a que sus propios padres le dicen cuando alguien muere como “está dormido” o “esta con los angelitos”

Es importante que los niños se formen con una conducta de doctor, religioso, terapeuta y sobretodo tanatólogos para no crear temor hacia la muerte y así prepararlos para cualquier momento.

Cuando el niño es el enfermo

Cuando el niño es el enfermo suele ser más complicado para un tanatologo no porque el niño exprese tanta ternura sino más bien por las necesidades y exigencias que el niño exige.

La presencia de un tanatologo es fundamental debe estar siempre que el niño o el familiar lo necesite. Y debe fijarse exclusivamente en ellos y no en angustias personales.

Un niño sabe que se está muriendo, nosotros no podemos protegerlos de la muerte. A veces tratamos de cuidarlo tanto que le negamos la ayuda que él requiere como por ejemplo cuando le negamos temas que él quiere tocar como: su enfermedad y muerte. Los niños moribundos necesitan hacer sus despedidas, y en ocasiones lo hacen de forma oculta tratando de evitarles el dolor a sus familiares un ejemplo es cuando empiezan a regalar sus cosas favoritas aunque no lo hacen personalmente y le encargan a alguien más que lo haga por ellos.

Kuykendall sugirió alunas maneras prácticas de ayuda al niño que está padeciendo una enfermedad terminal:

• Hablarle siempre de manera totalmente honesta.

• Permitir que reaccione según su propio modo de ser

• Responderle de manera directa sus preguntas

• Hay que darles tiempo y oportunidad de despedirse

• Siempre hay que mantener viva la esperanza.

Cuando el enfermo es un ser querido para el niño

El niño sufre, como toda persona, por la enfermedad y la muerte de un ser amado; por supuesto que este sentimiento dependerá de diferentes

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