La Reina Del Sur
Enviado por cardosaesture • 11 de Febrero de 2014 • 890 Palabras (4 Páginas) • 373 Visitas
La Reina del Sur de Arturo Pérez-Reverte narra la historia de Teresa Mendoza, una joven sinaloense y humilde que le toca vivir una realidad dura, cruel y brutal que, finalmente, la lleva a inmiscuirse en el mundo del narcotráfico. A lo largo de la historia, Teresa se descubre y evoluciona, pero sin que se dé una transmutación de su esencia. La novela desarrolla una trama apasionante, que atrapa al lector y lo transporta al bajo mundo con sus intrigas, aventuras, traiciones y decepciones. A pesar de lo apasionante de la historia de Teresa, hay algo más, que se ve reflejado en la historia y que queremos destacar a lo largo de estas líneas: la situación, nuestra situación social e institucional. Y decimos que es nuestra esa situación, porque la descomposición social y el debilitamiento institucional que subyace a la trama y que en gran medida la determina se ha convertido en una realidad de muchos países latinoamericanos y Guatemala, lastimosamente, no es la excepción.
«Sonó el teléfono y supo que la iban a matar». (pág. 11)
Es con esta oración que Pérez-Reverte da inicio a la novela. Es una revelación brutal e irracional que para muchos lectores puede resultar incomprensible. Sin embargo, sería una sorpresa mayúscula que muchos lectores guatemaltecos realmente sintieran la contundencia de esa afirmación en lugar de percibirla como algo relativamente normal y hasta cotidiano. Sólo para un individuo que pertenece a una sociedad inmersa en la violencia, donde el asesinato forma parte del diario vivir, puede existir relación alguna entre la muerte y el timbre de un teléfono. ¿A cuántos de nosotros nos sorprendió esa primera oración? Me atrevo a especular que a muy pocos. ¿Cómo una sociedad puede llegar a ese punto?
«En aquella ciudad, donde a menudo lo ilegal es convención social y forma de vida […] ». (pág. 28)
Cuando se cae en el conformismo e indiferencia, cuando los hombres caen presa de su cobardía, cuando en lugar de luchar en contra de la situación para enderezar el rumbo de la vida se ignora la problemática, cuando se prefiere la comodidad al sacrificio, cuando se cree ilusamente que de esa forma se podrá seguir adelante en la vida sin ser molestado o sin verse afectado, nos adentramos indefectiblemente en un mundo que dejamos se llene de inmundicia y, más temprano que tarde, se contamina y se descompone con todos nosotros dentro. Ese es el cuadro que Pérez-Reverte ha esbozado como telón de fondo de su historia, o quizás, sea esa la verdadera historia que ha pretendido contar.
« Muchos agentes locales […] ejercían el sano principio de vive, cobra tu mordida y deja vivir si no quieres dejar de vivir». (pág. 30)
El proceso de descomposición, una vez iniciado, sigue adelante, afecta todas las esferas de la sociedad, se adentra en cada rincón del Estado y sus instituciones,
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