La Ultima Niebla

María Luisa Bombal es una de las primeras narradoras que logró ingresar al canon narrativo chileno. Sin embargo, pese a su incuestionable calidad literaria, ésta pertenecía a una “elite literaria femenina” a la cual no se le hizo fácil ni inmediata su aceptación. Al momento de ser publicados algunos de sus textos fueron calificados por la crítica como “desagradables” aunque no se ha profundizado en las razones del malestar que producían. La narrativa de Bombal puede leerse como reflexiones realizadas desde el discurso literario sobre los modos en que la violencia se mezcla al erotismo en la cultura chilena y en la que los géneros sexuales, asumen, las máscaras de víctimas y victimario. Estos críticos colocan la narrativa de Bombal en un lugar en donde el espacio de la “mujer” no era el mismo que el del “hombre”. Pedro Nolasco Cruz reconoce que la igualdad de derechos y de atributos respecto a las mujeres implica la propia degradación, lo que convierte el posible cambio social en una inviabilidad del orden social. Desde la ideología de género, la única salida para seguir siendo “hombre” y “mujer” pasaría por la degradación de lo entendido como femenino.

Mientras que Díaz Arrieta habla sobre el verdadero paradigma de esta mujer rica, joven y bonita a la vez que describe su escritura como masculina. Este traza la feminización de los cuerpos y la masculinización a través de la adjetivización de la escritura. De este modo, ella seguirá siendo la mujer auténtica, la que habla por su clase social, étnia y belleza física. Su escritura también seguirá siendo la real: la masculina (un travestismo literario). Esta novela relata la vida de una mujer que se casa con su primo, Daniel, convirtiéndose en el segundo matrimonio de éste. Viven en el campo y reciben una visita del primo de su esposo, Jaime, su mujer, Regina, y un amigo que resultó ser el amante de Regina. En esa situación la protagonista se da cuenta que tal vez con otro hombre pueda liberarse, ya que vivía oprimida al modelo de la anterior mujer de su marido. Una noche en un viaje a la ciudad ella decide caminar, recorre muchas calles y avenidas hasta que se encuentra con un hombre que la lleva a su casa, desatándose una pasión instantánea. Luego de este hecho ella vive ensoñada en que su hombre volverá e incluso lo ve una o dos veces más, pero según sus declaraciones está siempre a su lado. Finalmente siguiendo el ejemplo de Regina decide tratar de suicidarse, sin los mejores resultados, aunque sirvió para que abriera los ojos respecto de su modelo de vida actual, prefiriendo la muerte a la opresión.

La niebla es una metáfora misma de la condensación. Tanto en el sentido literal, de las gotas de las nubes, como en el sentido figurado de la condensación o metáfora que conduce al sueño. A otro nivel, alude a la realidad de la ficción, al “ensueño” literario que ha dejado en la fijeza de las letras el trazo del inconsciente femenino. Por eso, el relato de Bombal está teñido de niebla que borra metafóricamente los límites imprecisos entre la vida consciente e inconsciente. La transición imprevista se cifra por las contadas alusiones al sueño en la novela; por ejemplo, es precisamente un sueño lo que prepara la inserción de la protagonista es un mundo de ensueño.

La niebla se presenta como evasión de la realidad, al hastío de la protagonista, a la insatisfacción de su vida sin amor representado en Regina y su amante. La niebla se interna en los ambientes de la novela como una presentación del inconsciente de la protagonista, es decir, la niebla invade lugares cuando el personaje principal cruza el umbral entre la realidad concreta que ella vive y el espacio interior, de sueños. Este fenómeno físico se presenta como un manto que transita en la casa y que cubre la realidad.

Hace desaparecer los elementos del mundo real concreto nublando todo, mostrando un espacio de placeres y deseos de la protagonista:

“la niebla se estrecha, cada día más, contra la casa. Ya hizo desaparecer las araucarias cuyas ramas golpeaban la balaustrada de la terraza. Anoche soné que por entre las rendijas de las puertas y ventanas se infiltraba lentamente en la casa, en mi cuarto y se esfumaba el color de las paredes, los contornos de los muebles y se entrelazaban a mis cabellos y se adhería al cuerpo y lo deshacía todo, todo.”

La niebla constituye un nexo entre la realidad y la ensoñación. La niebla juega un importante rol ya que representa un escape de la protagonista hacia lo inconsciente. Es importante este elemento ya que se puede comparar con una cortina que separa, de manera muy fina, dos ambientes que separan el mundo descrito por la autora en esta novela.

Esta novela además de haber incursionado con los elementos del inconsciente, rompe con los cánones de la literatura en Chile. Esta ruptura define a la novela dentro de las características de lo que se llama el surrealismo hispanoamericano. El surrealismo propone que la realidad se subordine al sueño y para esto ellos desarrollan espacios

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