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La acción psicológica


Enviado por   •  13 de Julio de 2014  •  Ensayo  •  1.142 Palabras (5 Páginas)  •  230 Visitas

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La acción psicológica se justifica, evidentemente, por su necesidad, y el conocimiento científico y social acumulan ya suficientes datos como para demandarla en el tema que nos ocupa. El gran número de seres humanos que se hallan en situación terminal, y la compleja problemática en que se encuentran inmersos, son factores que necesariamente han de llamar nuestra atención como psicólogos y motivarnos a la búsqueda de soluciones eficaces que contribuyan a hacer de esta situación, tal y como plantea Sanz (1986), una etapa natural de la vida y no la prolongación de una agonía. En cuanto al número de personas que se encuentran o encontrarán en breve en dicha situación, baste tener en cuenta (al margen de la creciente incidencia del SIDA) que la esperanza de vida en la población general, debido al avance de la ciencia, tiende a aumentar cada vez más, que el 20% de los españoles muere de cáncer y una gran parte de ellos son ancianos (Cairns, 1981) que han sufrido un largo proceso de enfermedad. Por ello, es obvio que cada vez habrá más ancianos en situación terminal y que gran parte de ellos habrá sufrido un proceso neoplásico.

Pero, ¿qué se entiende por enfermo en situación terminal? Creemos que merece la pena aclarar este concepto puesto que no siempre los profesionales de la salud están de acuerdo en el significado de esta expresión y sobre todo, si pretendemos avanzar el conocimiento, es importante definir lo más precisamente posible nuestro campo de estudio. Dada la experiencia científico-clínica de sus autores, el presente trabajo se refiere funda-mentalmente al enfermo terminal afectado de cáncer. No obstante, en nuestra opinión, la mayor parte de las cuestiones que aquí se plantean son asumibles para todas aquellas situaciones en que el objetivo principal de la asistencia no es ya la curación del enfermo, sino su bienestar.

En la definición de enfermedad terminal, es importante distinguir entre fase terminal biológica y fase terminal terapéutica (Sanz, 1988). La primera se refiere al momento en que las constantes vitales de la persona (pulso, presión arterial, temperatura, respiración y consciencia) están por debajo de los límites normales y son irrecuperables por las vías terapéuticas disponibles, y la segunda, al momento en que la enfermedad ha progresado hasta tal punto que los tratamientos o se han agotado o son ineficaces. En otras palabras (Holland, 1982), enfermo terminal es aquél no susceptible de tratamiento activo sino paliativo.

Las características fundamentales de la situación terminal (Gómez-Batiste y Roca, 1990) son las siguientes:

• Presencia de una enfermedad avanzada, incurable y progresiva sin posibilidades razonables de respuesta al tratamiento específico.

• Aparición de numerosos y diversos síntomas, multifactoriales, cambiantes y a menudo intensos, siendo algunos de los más frecuentes: debilidad, dolor, anorexia, ansiedad y depresión.

• Un gran impacto emocional sobre el enfermo, sus familiares y el equipo que lo asiste.

• Muerte previsible en un periodo corto de tiempo. Se habla de una media de vida de ± 3 meses.

• Presencia -explícita o no- de la muerte como causa fundamental de dicho impacto.

• Todos los factores mencionados implican una gran demanda de atención y soporte al enfermo, familia y equipo terapéutico.

Tal como planteamos en otro lugar (Barreto et al., 1990) en esta situación, el paciente debido a la duración habitualmente larga de su enfermedad, tiene una gran consciencia de la gravedad de la misma, pues se incrementa el número de complicaciones, los tratamientos se prolongan y se reajustan con gran frecuencia, se aumentan las dosis de medicación,

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