La corrosión del caracter capitulo II

La sociedad moderna se rebela contra la rutina. El problema de Rico es qué hacer con él cuando triunfa la rebelión.

En el capitalismo industrial no se veía mal la rutina. Para mitad del siglo XVIII el trabajo repetitivo tiene dos direcciones: positiva y destructiva. Diderot: forma de memorización, Smith embotaba la mente. Hoy todos con Smith.

Hasta mitad del siglo XVIII la casa como centro de la economía. En el campo la familia fabricaba muchas cosas que utilizaban y los oficios también eran en casas. EJ: Casa del panadero. Sefert lo denomina economía del domus.

Diderot describe un nuevo orden separado del domus: la fábrica no aloja. EJ: Francia toma empleados que viven lejos. Reina el orden, trabajos sucios, pero lugar limpio.

Esto es porque hay rutinas exactas. L´Anglée fábrica donde todo tiene lugar fijo y todos saben que hacer. Diderot buscaba encontrar las virtudes de la repetición (como memorizar un poema).

Según él, gracias a la repetición y ritmo el trabajador alcanzaría la unidad de la mente y la mano.

No importa lo exigentes que sean las tareas, los rostros están serenos. Según Diderot, gracias al trabajo el hombre está en paz con nosotros mismos. Él creía que al dominar la rutina la gente domina su trabajo y se calma al mismo tiempo.

Para Smith esta evolución ordenada es imposible. La rutina ahoga el espíritu, de forma capitalista niega cualquier conexión entre el trabajo corriente y la repetición. 1776 escribe ¨La riqueza de las naciones ̈ se lo veía como nuevo apóstol del nuevo capitalismo por la declaración del libre mercado que hace. Pero era también consciente del lado oscuro del mercado, la organización rutinaria del tiempo en el nuevo sistema.

El libro se basa en que la libre circulación de dinero, bienes y trabajo hace que la gente haga trabajos más especializados. El crecimiento del libre mercado va acompañado de la división del trabajo.

La fábrica de Smith es un lugar para trabajar no para vivir. Esa separación es la más importante de todas. La fábrica trabaja de forma ordenada por una rutina: cada trabajador cumple una función. El mundo donde vivió Smith estaba familiarizado con la rutina y la programación del tiempo.

El libro era muy largo y los defensores de la nueva economía hacían referencia solo al comienzo. Pero más adelante se ve que la fábrica era un lugar siniestro. Él reconoce que dividir tareas hace un día aburrido para el trabajador. La rutina se vuelve autodestructiva. Creía que el capitalismo del momento tiene una gran línea divisoria, los que más trabajan menos ganan. El obrero que fabrica clavos se vuelve una persona estúpida por culpa de la división del trabajo, la repetición lo entorpece.

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