La niña y la botella.

La niña y la botella

Había una vez una pequeña niña llamada Camila, una niña de 9 años, pequeñita, de tez oscura y unos grandes y hermosos ojos cafés, ella vivía con su madre María una mujer de 50 años, algo enferma, muy amable. Ellas vivían en el pequeño pueblo de San Gabriel, Camila se encargaba de ayudarle a su mama que era cocinera y con ese dinero se mantenían día a día ya que vivían las dos solas, un día Camila se dio cuenta de que llegaba la feria su ciudad, ella estaba muy emocionada debido a que ella nunca había ido a un feria ella muy emocionada le conto a su mama sobre la llegada de la feria a su pequeño pueblo                                                                                                                                                                                  -Madre he escuchado que llego la feria a la ciudad, me gustaría mucho ir, si tú me das permiso, es que me encantaría ir- exclamo Camila con mucho entusiasmo                                                                                       -Hija no creo que sea bueno que vayas ya sabes que no tenemos mucho dinero- le respondió María a su hija.

Camila muy triste y decepcionada por no poder ir a la feria se fue a su habitación y puso a llorar, cuando de repente entro su madre a su habitación y le dijo:                                             -Hija está bien debajo del colchón tengo 20 pesos para que vayas y te des una vuelta a la feria-

Camila muy emocionada se dirigió a la feria y le impresiono ver tantos juegos, y puestos los cuales ella nunca había podido ver, entre todas las luces y colores logro ver una pequeña carpa de muchos colores con un letrero gigante que decía que era un adivino así que Camila le llamo mucho la atención y decidió entrar. Al momento de estar dentro de la pequeña tienda observo a un hombre ya anciano sentado en una mesa  y frente a él una pequeña botella en la cual se podía observar un movimiento frecuente y muy llamativo dentro de ella.                                                         –Que deseas pequeña, podrías decirme tu nombre- Le pregunto el anciano                -Me llamo Camila y me gustaría conocer mi futuro- Exclamo Camila                                  -Pues yo me llamo Javadd, podrías decirme porque tienes tanta curiosidad de conocer tu futuro si tan solo eres una pequeña niña, ¿Por qué tanta curiosidad?-                                                                                                          -Quisiera saber si algún día podre tener dinero para curar a mi madre y poder comprar una casita para vivir juntas-

-Y si te dijera que tengo el remedio para todos tus males, esta botella que tengo aquí podrá concederte todos tus deseos si decides comprármela-

-Eso es imposible!!!! Esas cosas no existen, además solo tengo 20 pesos y una botella como esa debe valer miles usted solo quiere engañarme- le dijo Camila                                                                                   -Hay mi pequeña niña estoy dispuesto a vendértela por ese precio, esta lámpara es maravillosa, cumplirá todos tus deseos pero tiene una condición de que su dueño, si la tiene al morir pagara una purga en el infierno, y yo ya soy un pobre anciano que se está muriendo y me gustaría descansar.–Está bien señor acepto comprársela-

En ese momento Camila se dirigió a casa y se encontró con la terrible noticia de que su madre había muerto y ella se había quedado sola, ella pensó en desearle a la botella que reviviera a su madre, pero ella pensó que a lo mejor su mama ya estaba en un lugar mejor. Ella solo se encontraba con su pequeña lámpara a la cual después de unos minutos decidió pedirle su primer deseo:                                                                          - Lámpara de los deseos, desearía que fueras una persona y me acompañaras en estos momentos- Dijo sollozando Camila

En ese momento la lámpara empezó a dar giros y Camila vio a el demonio salir de la botella y convertirse en un hombre de carne y hueso, Camila no podía creerlo su deseo se había hecho realidad.

-Algún otro deseo Camila- El demonio le pregunto con una voz aterradora                           -¿Cuál es tu nombre? Le pregunto Camila con mucho entusiasmo y curiosidad                                                                                                   -Mi nombre es Azael y soy un demonio que fu desterrado a la tierra para poder concederle sus deseos a las personas, entonces que te gustaría pedir primero          -Lo único que gustaría tener una casa muy grande y muy hermosa donde  pudiéramos vivir juntos, tu serías como el padre que nunca tuve.                          

Entonces Azael construyo una casa muy hermosa y grande, de muchos colores podría considerarse la casa perfecta para cualquier niño; Pero él no estaba de acuerdo con fungir obligaciones de padre con Camila así que le dijo:                        -Pequeña es imposible que yo pueda fungir como tu padre, date cuenta de que yo solamente soy un demonio y solo estoy hecho para complacer tus necesidades y deseos y así encuentres tu felicidad, es para lo que fui creado.

-Pues mi felicidad seria esa tener una casa donde vivir con un padre que me quiera y me cuide, ya que a mi verdadero padre nunca lo conocí -                                                                                                                                         - Tan solo eso buscas pequeña, podrías tener cualquier cosa que desees, date cuenta que soy muy poderoso, podría cumplirte tus mas grandes caprichos, podrías ser millonaria, tener todos los juguetes que desees y no volver a trabajar.  –Ese tipo de cosas no tienen sentido para mi, a lo largo de mi vida he tenido que trabajar duro, estudiar mucho, para ayudar a mi mama, y me he dado cuenta que las pequeñas cosas son las que te otorgan placer, entre más dinero y más cosas tengas, cada vez vas a querer más y más hasta que llegue el punto en que nada te va a satisfacer, por esa razón prefiero disfrutar mi vida en una casa acompañada de alguien que me otorgue el cariño del padre que nunca tuve.             –Lo siento niña pero no podre ayudarte, que no te das cuenta de que soy un demonio, que no has escuchado que los demonios somos malos y perseguimos a niñitas como tú, no puedo ser tu padre, puedo cumplirte cualquier deseo excepto ese.

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