La trama "El Hombre que Calculaba"
Enviado por anelkys • 3 de Diciembre de 2012 • Reseña • 1.414 Palabras (6 Páginas) • 491 Visitas
El Hombre que Calculaba”
Introducción
El Hombre que Calculaba es, pues, una obra evidentemente didáctica que cumple con aquel consagrado aforismo de que es preciso instruir deleitando. Su protagonista se nos hace inmediatamente simpático porque es sencillo, afable, comunicativo, interesado en los problemas ajenos y totalmente sensible al encanto poético el cual ha de llevarle a la consecución del amor y, lo que es más importante, al conocimiento de la verdadera fe.
La acción transcurre entre el fasto oriental, sin dejar por ello de darnos a conocer los aspectos menos halagüeños de aquellos países en los que la diferencia social, de rango y de riqueza, eran considerables y completamente distanciadas. Tiene, además, el encanto poético que nos habla de la sensibilidad árabe en todo lo concerniente a la belleza y por último la estimación del ejercicio y dedicación intelectuales al presentarnos un torneo, en el que juegan tanto el malabarismo matemático, como la poesía y la sensibilidad.
El Hombre que Calculaba
Capitulo I
Un señor regresaba de una excursión de Samarra con su camello, cuando de repente vio a otra persona sentado en una piedra pensativo y aparentemente fatigado de algún viaje, se acerco y el sujeto sentado se levantó y exclamó con voz fuerte “Un millón cuatrocientos veintitrés mil, setecientos cuarenta y cinco, y así varias veces se levantaba y exclamaba grandes números, hasta el momento que se levantó el hombre que calculaba y esta vez lo miró y le dijo que entendía su curiosidad y le procedió a contar lo siguiente.
Capitulo II
Le contó que él era Beremis Samir, nació en Persia, él contaba de niño la ovejas, así, contándolas llegó a tener una gran habilidad para calcular, calculaba desde hormigas, hasta la s abejas de un enjambre, enterado de esto su patrón lo puso a trabajar en sus negocios y luego el patrón satisfecho y muy contento por los resultados, le dio unos cuantos meses para que viajara y descansara. Él Bagdalí, que lo escuchaba, estaba sorprendido, y para estarlo aun más, el hombre que calculaba le contó con una sola mirada las ramas y hojas de un frondoso árbol, Bagdalí, asombrado le dijo que así podía hace mucho dinero y que se fuera con él hacia Bagdad y así fue, se montaron el único camello que tenían y se fueron; en el camino, Bagdalí se esforzaba por no perturbarlo en los momentos que el calculista se ponía a hacer sus extraordinarios cálculos,
Capitulo III
Ya en camino de Bagdad, ambos no pudieron evitar inmiscuirse en un problema de tres hermanos que discutían con respecto a la herencia de su padre, porque tenían 35 camellos, al mayor le tocaba la mitad, al segundo le tocaba un tercio de los camellos y al menor le tocaba un noveno y como las divisiones no eran exactas, sucedía la pelea, el hombre que calculaba rápidamente propuso una solución, el pondría el camello de su amigo y como serían ya 36 camellos sean más fácil, al mayor le tocaba la mitad, o sea 17 y medio, pero come eran ya 36 camellos, recibiría 18 camellos, como él salía ganando, no podía quejarse, al segundo le tocaba un tercio, o sea 11 camellos y pico, y como eran 36 camellos recibiría 12 camellos, como él salía ganando, no podía quejarse, y al tercero le tocaba un noveno, o sea 3 camellos, pero ahora recibiría 4 camellos, como él salía ganando, no podía quejarse, pero como 17 + 11 + 4 es 34 sobraba un camello, que tomaría el por derecho de haber solucionado el problema y también tomaría el camello que le prestó su amigo Bagdalí (Esta contradicción matemática proviene de la suma de 1/2 + 1/3 +1/9 = 17/18, o sea que sobraba 1/18 que vendría ser un camello más, más el que le prestó su amigo completaban los 36). Los hermanos asombrados admitieron la solución y el Bagdalí también estaba asombrado, y así podrían continuar su viaje cada uno en su camello.
Capitulo IV
Tras días después de el viaje, se encontraron con una persona tirada y casi moribunda, resultó que él era un negociante rico de Bagdad, se llamaba Salem y
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