Las Ventajas De Ser Invisible
Enviado por Benitezv • 3 de Noviembre de 2013 • 8.441 Palabras (34 Páginas) • 598 Visitas
INTRODUCCION
Las ventajas de ser invisible es una novela juvenil que según el autor Stephen Chbosky, esta basada en la vida de cualquiera de nosotros.
Contrario a lo que se ha establecido como cierto, la palabra “adolescente” no significa “adolecer o sufrir falta de algo”, con lo que además resulta simple la explicación de los conflictos propios de esa etapa. “Adulto” y “adolescente” derivan del verbo latino adolescere: crecer o desarrollarse hacia la madurez. Más específicamente “adolescente” es el que está creciendo, “adulto” el que ya creció.
La novela nos ubica en el año de 1991, y se centra en Charlie, un chico de 15 años que esta apunto de entrar a la preparatoria. Charlie es un joven introvertido, muy inseguro, bondadoso, aniñado e ingenuo; lee muchísimo, no sale con amigos, es más, ni siquiera los tiene; tampoco sale con chicas y reflexiona sobre el mundo de una manera muy particular. Su incapacidad para relacionarse normalmente le crea muchos conflictos y tristeza, y mas después e que su único amigo Michael se ha suicidado., Charlie se siente fatal y después de esto empieza a escribir sobre su vida.
Vive con sus padres, su popular hermana y un hermano mayor que esta apunto de comenzar la universidad he iniciar una exitosa carreara en el futbol americano.
Charlie busca desesperadamente “pertenecer” pero la crueldad de sus compañeros de clase lo hacen desenvolverse con un bajo perfil para pasar desapercibido, ser invisible.
El único amigo que logra hacer el primer día de clases es su maestro de literatura Bill, con quien se identifica y quien alimenta el sueño del chico de algún día convertirse en un gran escritor.
Un día conoce a dos hermanastros de último año. Sam y Patrick no son como el resto de los estudiantes y sienten simpatía inmediata por Charlie convirtiéndose en sus protectores; están por terminar la prepa, se quieren muchísimo, ambos son muy inteligentes, sus padres brillan por su ausencia y junto con otros compañeros: Craig, Brad, Bob, Mary Elizabeth, Alicia; han formado su propio grupo en el que por fin Charlie logra lo que necesitaba: pertenecer.
Sam es una joven de carácter, con sus “horas de vuelo”, brillante y sensible. Le gusta divertirse y junto con Patrick, que no oculta su homosexualidad y no se anda con doble moral ni hipocresías, llevan a Charlie a comprender lo que es crecer y hacerse adulto. Junto a ellos recorrerá caminos nuevos e inesperados: descubrirá música nueva, empezara a beber, a fumar, a salir de fiesta, la exploración de la sexualidad e incluso se enamorara por primera vez.
Charlie es el narrador de su propia vida. Lo descubrimos vulnerable y desorientado y la adversidad ha golpeado severamente su frágil equilibrio mental pero su complicidad con Sam y Patrick, dos espíritus libres enamorados de la vida, le permitirán descubrirse y reconstruirse para ingresar en el mundo real
PARTE 1
Charlie está a punto de entrar a la preparatoria, es un chico en tanto raro, introvertido, tímido, no es bueno haciendo amigos, y el único que tenía se ha suicidado sin motivo aparente. Charlie se encuentra muy mal por este acontecimiento y sumado a la preocupación comenzar una nueva etapa en su vida, Charlie se encuentra fatal, y en verdad espera que las cosas cambien.
Querido amigo:
Te escribo porque ella dijo que escuchas y comprendes y que no intentaste acostarte con aquella persona en esa fiesta aunque hubieras podido hacerlo. Por favor, no intentes descu¬brir quién es ella porque entonces podrías descubrir quién soy yo, y la verdad es que no quiero que lo hagas. Me referiré a la gente cambiándole el nombre o por nombres comunes por¬que no quiero que me encuentres. Por la misma razón no he adjuntado una dirección para que me respondas. No pretendo nada malo con esto. En serio.
Solo necesito saber que alguien ahí afuera escucha y com¬prende y no intenta acostarse con la gente aun pudiendo hacer¬lo. Necesito saber que existe alguien así.
Creo que tú lo comprenderías mejor que nadie porque creo que eres más consciente que los demás y aprecias lo que la vida significa. Al menos, eso espero, porque hay gente que acu¬de a ti en busca de ánimos y amistad. Por lo menos, eso he oído.
Bueno, esta es mi vida. Y quiero que sepas que estoy al mismo tiempo contento y triste y que todavía intento descu¬brir cómo eso es posible.
Intento pensar que mi familia es una de las causas de que yo esté así, sobre todo después de que mi amigo Michael deja¬ra de ir al colegio un día la primavera pasada y oyéramos la voz del señor Vaughn por el altavoz:
—Chicos y chicas, lamento informarles de que uno de nuestros estudiantes ha fallecido. Haremos una ceremonia por Michael Dobson en la asamblea escolar de este viernes.
No sé cómo se extienden las noticias por el colegio ni por qué a menudo no se equivocan. Quizá fuera en el comedor. Es difícil de recordar. Pero Dave, el de las gafas raras, nos dijo que Michael se había suicidado. Su madre estaba jugando al bridge con una de las vecinas de Michael y oyeron el disparo.
No me acuerdo demasiado de lo que pasó después de aquello, salvo que mi hermano mayor vino al colegio, al despa¬cho del señor Vaughn, y me dijo que parara de llorar. Luego, me rodeó los hombros con el brazo y me dijo que terminara de desahogarme antes de que papá volviera a casa. Después fui¬mos a comer patatas fritas a McDonald’s y me enseñó a jugar al pinball. Incluso bromeó con que gracias a mí se había librado de las clases de la tarde y me preguntó si quería ayudarlo a arreglar su Chevrolet Camaro. Supongo que yo debía de estar hecho un desastre, porque hasta entonces nunca me había de¬jado arreglar su Camaro.
En las sesiones de orientación, nos pidieron a los que apreciábamos de verdad a Michael que dijéramos algunas pa¬labras. Creo que temían que algunos intentáramos matarnos o algo así, porque los orientadores parecían muy tensos y uno de ellos no paraba de tocarse la barba.
Bridget, que está loca, dijo que a veces pensaba en el suici¬dio cuando ponían anuncios en la tele. Lo decía sinceramente, y esto desconcertó a los orientadores. Carl, que es muy amable con todo el mundo, dijo que estaba muy triste, pero que nunca podría suicidarse porque es pecado.
Uno de los orientadores fue pasando por todo el grupo hasta que al final llegó a mí:
— ¿Tú qué piensas, Charlie?
Lo extraño de esto era que yo no había visto nunca a este hombre porque era un “especialista”, y él sabía mi nombre aun¬que yo no llevara ninguna tarjeta identificativa, como se hace en las jornadas de puertas abiertas.
—Pues… a mí Michael me parecía un chico muy simpático, y no entiendo por
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