Los 7 Habitos De La Gente Altamente Efectiva
Enviado por junior_tgp • 17 de Julio de 2014 • 4.123 Palabras (17 Páginas) • 375 Visitas
INTRODUCCIÓN
Este libro escrito por Stephen R. Covey tiene como propósito enseñarnos a conducir la vida de manera efectiva, entendiendo por efectividad, la capacidad de lograr un efecto deseado, esperado o anhelado, la idea es que mediante estos 7 hábitos logremos nuestras metas, haciendo que seamos altamente efectivos al igual que las organizaciones a las que pertenezcamos, además una vez se consiga el cómo producir lo que deseamos debemos tener la capacidad para continuar haciéndolo, de manera que logremos el bienestar continuo propio y de otros que se puedan ver afectados por nuestras acciones.
La efectividad tiene que venir por los principios, estos son los que nunca cambian, el libro está enfocado en que estos son más importantes que las técnicas y, en que, lo que somos comunica más elocuentemente que lo que decimos.
RESUMEN
Los 7 hábitos de la Gente Altamente Efectiva (Stephen R. Covey)
DE ADENTRO HACIA AFUERA
De adentro hacia fuera significa empezar por la persona, más fundamentalmente, empezar por la parte más interior de la persona: los paradigmas, el carácter y la actitud. Es por eso que primero debemos hacernos promesas a nosotros mismos y después ante los demás.
Por el contrario existe el paradigma de afuera hacia adentro, el cual genera personas infelices que se sienten sacrificadas e inmovilizadas, incomprendidas, no valoradas, buscando los defectos de los demás y atribuyéndoles la causa de su desgracia.
LOS HABITOS
Son factores poderosos en nuestras vidas, dado que se trata de pautas consistentes, a menudo inconscientes de modo constante y cotidiano expresan nuestro carácter y generan nuestra efectividad… o inefectividad. Los hábitos no son irrompibles, pueden aprenderse y olvidarse; pero esto requiere de un proceso y compromiso tremendo, lo cual no es fácil ni rápido.
PRIMER HÁBITO: “SEA PROACTIVO”
Principios de la visión personal
Proactividad, no solo significa tomar la iniciativa, sino también que, como seres humanos, somos responsables de nuestras propias vidas, nuestras propias conductas, de nuestras propias decisiones. Por el contrario, si otorgamos poder a las cosas para que nos controlen, nos volvemos reactivos, y se debe a que nosotros les hemos dado ese poder. El carácter de las personas reactivas se ve influenciada por los factores físicos, sociales o psicológicos, en cambio las personas proactivas realizan un trabajo de calidad, sin importar que haga un buen tiempo o no, que se les revise el trabajo o no. Las personas proactivas también son influenciadas por esos factores, pero la diferencia es que su respuesta es una elección basada en valores.
Tomar la iniciativa no significa ser insistente, molesto o agresivo o tener siempre la razón o ser siempre el que habla primero o habla más. Significa reconocer nuestra responsabilidad de hacer y poner lo mejor de nuestra parte para que las cosas sucedan.
SEGUNDO HABITO: “EMPIECE CON UN FIN EN MENTE”
Principios de liderazgo personal
Consiste en empezar hoy con la imagen, el cuadro o el paradigma de vida como marco de referencia o criterio para el examen de todas las otras cosas. Significa comenzar con una clara comprensión de nuestro destino. Significa saber adónde se está yendo, de modo que se pueda comprender mejor dónde se está, y dar siempre los pasos adecuados en la dirección correcta. Podemos estar muy atareados, podemos ser muy eficientes, pero solo seremos también verdaderamente efectivos cuando empecemos con un fin en mente.
El hábito de empezar con un fin en mente se basa en el principio de que todas las cosas se crean dos veces. Siempre hay primero un creación mental, y luego una creación física. Si comprendemos este principio y aceptamos ambas creaciones, ampliaremos nuestro círculo de influencia. Todas las cosas se crean dos veces, pero no todas las primeras creaciones responden a designios conscientes, pues si no desarrollamos autoconciencia permitiremos que otras personas actúen sobre nosotros.
Este hábito se basa en principios de liderazgo personal, por lo cual el liderazgo es la primera creación, y la administración es la segunda creación. Liderazgo no es administración. El liderazgo aborda el límite superior, determina si la escalera está o no apoyada en el lugar correcto; en cambio la administración se centra en el límite inferior y busca la eficiencia en el ascenso por la escalera del éxito. La metamorfosis que tiene lugar en todas las industrias y profesiones requiere liderazgo primero y administración después.
El mercado empresarial está cambiando con tanta rapidez que muchos de los productos y servicios que satisfacían los gustos y necesidades del consumidor hace unos pocos años ahora se han quedado obsoletos. El liderazgo proactivo enérgico debe controlar constantemente el cambio ambiental, en particular los hábitos y motivos del cliente, y proporcionar la fuerza necesaria para organizar los recursos en la dirección correcta.
Si las industrias no controlan el ambiente, sus propios equipos de trabajo y el ejercicio del liderazgo creativo para seguir avanzando en la dirección correcta, ningún tipo de administración experta podrá impedir que fracasen. Ningún éxito administrativo puede compensar el fracaso del liderazgo.
Los dos privilegios humanos adicionales que nos permiten ampliar nuestra pro-actividad y ejercer el liderazgo personal en nuestras vidas son la imaginación y la conciencia moral. Estas dos nos permiten escribir nuestro propio guión. Ya que vivimos con los guiones transmitidos, podemos escribir nuestros propios guiones, lo cual es un proceso de reescritura o cambio de paradigmas básicos que tenemos. Cuando reconocemos los paradigmas incorrectos o incompletos que están en nuestro interior podemos empezar a rescribir proactivamente nuestros guiones.
Todos tenemos un centro, aunque por lo general no lo reconozcamos como tal. Los centros o paradigmas típicos son:
Centrarse en el cónyuge.- En algunos matrimonios existe una fuerte dependencia emocional, es decir dependen del matrimonio. Su estado de ánimo depende de la conducta del cónyuge y de las cosas con las que puede tropezar el matrimonio (un nuevo hijo, parientes políticos, reveses económicos, éxitos sociales, etc. Cuando aparece una dificultad, se dan las diferencias y se tratan de mostrar los errores del otro y justificar los propios.
Centrarse en la familia.- Como centro, paradójicamente, destruye los mismos elementos necesarios para el éxito familiar. Las personas que se centran en la familia se vuelven vulnerables
...