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Los Dias Del Venado I


Enviado por   •  15 de Noviembre de 2011  •  10.271 Palabras (42 Páginas)  •  752 Visitas

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Decenas de lulus giraban alrededor sin sentido, haciendo vivorear sus

colas luminosas. Un lulu muy viejo se adelanto unos pasos. Este señalo

hacia el oeste el lago Lalafke; para cuando el husihuilke giro la cabeza

el mar estaba allí tapándole el cielo, derrumbándose sobre su casa, su

bosque y su vida. Dulkancellin prolongo un grito salvaje, y levanto su

escudo. Por 1era vez en su vida, retrocedió. Dulkancellin vio una tierra

de muerte. Kupuka caminaba hacia atrás y tenía las manos cortadas. En

algún lugar Wilkilén lloraba como el llanto de un pájaro. Y kuy-kuyen

picada de manchas rojas, miraba de un viento de polvo. El guerrero

despertó. Otra vez resultaban verdad los decires de vieja kush.

Él desde la muerte de Shampalwe se había vuelto áspero y silencioso.

Antes, decían que el peleaba sin miedo a la muerte. Ahora se lamentaban de

verlo pelear sin apego a la vida.

Donde esta kupuka?:

En los confines, Dulkancellin y su familia se acercaban al valle de los

antepasados la mañana del día que recomenzaban las lluvias.

A mitad del viaje Thungür pidió permiso para adelantarse en el camino.

Casi llegaban cuando vieron a Thungür que traía algo con él. Era una pluma

de oropéndola. -escuche mi nombre, me tape los oídos levante la cabeza y

vi caer la pluma y en ese momento cantó la oropéndola. Cayó en mis manos,

Y luego volvió a cantar. Si la pluma de oropéndola caía en manos de un

joven husihuilke como forma de anunciarle que pronto caería una gran

responsabilidad de procurar sustento y protección a la familia.

Kupuka no estaba en el valle, los husihuilkes se preguntaban el motivo de

su ausencia.

Piukemán era el más parecido entre los varones a su madre. De ella venia

esa urgente curiosidad x todas las cosas. El empezó a preguntarse que

había del otro lado de la puerta y quien prohibía a los Husihuilkes llegar

allí. Decido averiguarlo por sí mismo. Años anteriores ya había intentado

cruzar pero fue mayor el miedo. Esta vez lo haría y como Wilkilén lo había

seguido, Piukemán la agarro de la mano y siguió su marcha. Ya habían

llegado a la puerta de la lechuza; atravesaron la puerta prohibida. No

alcanzaron a internarse demasiado en el lugar porq detrás de una curva

estaba Kupuka. El brujo no pareció escucharlos. Los 2 hermanos se

escondieron. Y miraban lo q hacia Kupuka. Pero las hormigas rojas le

estaban picando las piernas. Antes de q pudieran sacárselas una manada de

mariposas pasaba sobre ellos. Los 2 intentaron salir dando manotazos para

correr al enjambre. Cuando lograron cruzar la puerta ninguna de las

mariposas traspasó el límite. El resto del camino fue fácil. La fiesta

seguía…

Un viajero:

Un hombre abandonaba Beleram al amanecer. El hombre se detuvo a comprar

una tortilla envuelta de hojas. Consigo llevaba una bolsa llena de objetos

insólitos. Los supremos Astrónomos le exigieron que reduzca la carga.

"Recuérdenme que las reclame al regreso".

Paso el puente que cruzaba sobre el río, siguió hasta Amarilla Ciempiés,

luego, camino hasta Los Montes Ceremoniales, Después atravesó por un atajo

difícil hasta llegar a trece veces siete mil pájaros ( ¡he llegado al

valle mas lindo del mundo!)

Los astrónomos le habían ordenado q esperara en la orilla que a las

mujeres- peces que le dejarían una pequeña embarcación, donde el viajero

pudo alcanzarla sin dificultad.

Navego por el lago Lalafke luego desembarco. Desde ese momento tendría q

ser sigiloso nadie podía ver a un zitzahay caminando por esos lados del

continente. Los Astrónomos le indicaron q valla por la orilla del lago.

Los pastores jamás se acercaban al mar.

Desde que piso la tierra sin sombra un águila lo anduvo rondando.

El mapa de viaje indicaba caminar tierra adentro para cruzar el pantanoso.

Alejarse del mar significaba exponerse a ser visto por los pastores. Los

hombres del desierto llevavan a sus animales a que pastaran y bebieran en

el pantanoso. Los llamellos (bestias rojizas de cuerpos pesados y con

largas patas).

El viajero recién iniciaba el cruce cuando el águila se puso a graznar

insistentemente. Un gran rebaño de llamellos avanzaba en dirección al

Pantanoso; donde hay llamellos hay pastores. El hombre decidió que era

urgente redoblar la ventaja que les llevaba y se puso a caminar con toda

rapidez de sus cortas piernas. Termino de atravesarlo y siguió andando,

noto que el águila no lo habías seguido. Por esquivar las poblaciones

Husihuilkes tuvo que seguir una ruta enrevesada, llena de desvíos,

serpenteos y contramarchas, sin embargo, jamás se equivoco sus pasos

"tanto me guió el paisaje que, como hacia en mi tierra, camine

cantando".

Dos visitantes:

Kume era de carácter taciturno. Pasaba largas horas sin ninguna compañía,

y desde su soledad, miraba el mundo con un sentimiento repartido entre la

melancolía y la hostilidad.

Cada Husihuilke conservaba un cofre, heredado por generaciones, que los

mayores tenían consigo. En él se guardaban recuerdos de todo lo importante

que le había ocurrido a la gente del linaje familiar a través del tiempo.

Los recuerdos que un linaje a perdido viven en las casas de otros linajes.

Dulkancellin le pregunta a vieja Kush ¿Por qué no ah estado Kupuka en el

valle de los antepasados? Ella le responde- el extraño comportamiento de

los lulus, los tambores del bosque, la pluma de oropéndola y la ausencia

de Kupuka

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