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Resumen Dias Del Venado


Enviado por   •  10 de Agosto de 2011  •  10.896 Palabras (44 Páginas)  •  1.344 Visitas

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Primera parte I

Vuelven las lluvias:

La vieja kush y las niñas habían tejido mantas de lana.

La raza Husihuilke se había forjado a la guerra. Las mujeres Husihuilkes se vestían con túnicas claras q bajaban de las rodillas, sandalias y según la estación mantos de lana.

Ese día los lulus regresaron a la casa de vieja kush por comida, pero esta vez el lulu de cola amarilla tenia la misma mirada que cuando murió Shampalwe (esposa de Dulkancellin).

Los lulus siempre huían (corriendo velozmente en 4 patas) de los hombres, pero si eran sorprendidos los lulus permanecían inmóviles. El color de sus colas indicaba el tiempo de vida de ellos, son más viejos mientras más blanca sea la luz de sus colas.

Los lulus venían a la casa de vieja kush en busca de comida, desde que murió Shampalwe (esposa de Dulkancellin).

El día del nacimiento de Wilkilén, ella dejo los niños al cuidado de su abuela y partió hacia el lago de las mariposas. La joven iba a sumergirse en las aguas. Pero una serpiente gris de las q ya no se veían por el lugar la mordió en el tobillo. La madre había estado cortando unas flores. De allí la trajeron los lulus con el poco tiempo de vida que tenia lo uso para besar a sus hijos y pedirle a vieja kush que los cuidara por ella. Pero ni los remedios de Kupuka pudieron salvarla. Fue la primera vez que vio a los ojos de un lulu de cerca, esos ojos decían "no pudimos hacer nada por ella"

Fue por eso que vieja kush le pidió a los lulus que regresaras cada atardecer para obsequiarles algo.

Dulkancellin le comenta a su familia q esa tarde había escuchado un tambor de Kupuka y parece que también provenían de la isla de los lulus.

Los husihuilkes se reunían antes de empezar las lluvias en el valle de los antepasados. Para despedirse de los vivos y de los muertos.

La noche del guerrero:

Dulkancellin no se podía dormir y pensó: "el sueño jamás va donde lo llaman, y siempre donde lo desairan" esa noche soñó:

[***]Decenas de lulus giraban alrededor sin sentido, haciendo vivorear sus colas luminosas. Un lulu muy viejo se adelanto unos pasos. Este señalo hacia el oeste el lago Lalafke; para cuando el husihuilke giro la cabeza el mar estaba allí tapándole el cielo, derrumbándose sobre su casa, su bosque y su vida. Dulkancellin prolongo un grito salvaje, y levanto su escudo. Por 1era vez en su vida, retrocedió. Dulkancellin vio una tierra de muerte. Kupuka caminaba hacia atrás y tenía las manos cortadas. En algún lugar Wilkilén lloraba como el llanto de un pájaro. Y kuy-kuyen picada de manchas rojas, miraba de un viento de polvo. El guerrero despertó. Otra vez resultaban verdad los decires de vieja kush.

Él desde la muerte de Shampalwe se había vuelto áspero y silencioso. Antes, decían que el peleaba sin miedo a la muerte. Ahora se lamentaban de verlo pelear sin apego a la vida.

Donde esta kupuka?:

En los confines, Dulkancellin y su familia se acercaban al valle de los antepasados la mañana del día que recomenzaban las lluvias.

A mitad del viaje Thungür pidió permiso para adelantarse en el camino. Casi llegaban cuando vieron a Thungür que traía algo con él. Era una pluma de oropéndola. -escuche mi nombre, me tape los oídos levante la cabeza y vi caer la pluma y en ese momento cantó la oropéndola. Cayó en mis manos, Y luego volvió a cantar. Si la pluma de oropéndola caía en manos de un joven husihuilke como forma de anunciarle que pronto caería una gran responsabilidad de procurar sustento y protección a la familia.

Kupuka no estaba en el valle, los husihuilkes se preguntaban el motivo de su ausencia.

Piukemán era el más parecido entre los varones a su madre. De ella venia esa urgente curiosidad x todas las cosas. El empezó a preguntarse que había del otro lado de la puerta y quien prohibía a los Husihuilkes llegar allí. Decido averiguarlo por sí mismo. Años anteriores ya había intentado cruzar pero fue mayor el miedo. Esta vez lo haría y como Wilkilén lo había seguido, Piukemán la agarro de la mano y siguió su marcha. Ya habían llegado a la puerta de la lechuza; atravesaron la puerta prohibida. No alcanzaron a internarse demasiado en el lugar porq detrás de una curva estaba Kupuka. El brujo no pareció escucharlos. Los 2 hermanos se escondieron. Y miraban lo q hacia Kupuka. Pero las hormigas rojas le estaban picando las piernas. Antes de q pudieran sacárselas una manada de mariposas pasaba sobre ellos. Los 2 intentaron salir dando manotazos para correr al enjambre. Cuando lograron cruzar la puerta ninguna de las mariposas traspasó el límite. El resto del camino fue fácil. La fiesta seguía…

Un viajero:

Un hombre abandonaba Beleram al amanecer. El hombre se detuvo a comprar una tortilla envuelta de hojas. Consigo llevaba una bolsa llena de objetos insólitos. Los supremos Astrónomos le exigieron que reduzca la carga. "Recuérdenme que las reclame al regreso".

Paso el puente que cruzaba sobre el río, siguió hasta Amarilla Ciempiés, luego, camino hasta Los Montes Ceremoniales, Después atravesó por un atajo difícil hasta llegar a trece veces siete mil pájaros ( ¡he llegado al valle mas lindo del mundo!)

Los astrónomos le habían ordenado q esperara en la orilla que a las mujeres- peces que le dejarían una pequeña embarcación, donde el viajero pudo alcanzarla sin dificultad.

Navego por el lago Lalafke luego desembarco. Desde ese momento tendría q ser sigiloso nadie podía ver a un zitzahay caminando por esos lados del continente. Los Astrónomos le indicaron q valla por la orilla del lago. Los pastores jamás se acercaban al mar.

Desde que piso la tierra sin sombra un águila lo anduvo rondando.

El mapa de viaje indicaba caminar tierra adentro para cruzar el pantanoso. Alejarse del mar significaba exponerse a ser visto por los pastores. Los hombres del desierto llevavan a sus animales a que pastaran y bebieran en el pantanoso. Los llamellos (bestias rojizas de cuerpos pesados y con largas patas).

El viajero recién iniciaba el cruce cuando el águila se puso a graznar insistentemente. Un gran rebaño de llamellos avanzaba en dirección al Pantanoso; donde hay llamellos hay pastores. El hombre decidió que era urgente redoblar la ventaja que les llevaba y se puso a caminar con toda rapidez de sus cortas piernas. Termino de atravesarlo y siguió andando, noto que el águila no lo habías seguido. Por esquivar las poblaciones Husihuilkes tuvo que seguir una ruta enrevesada, llena de desvíos, serpenteos y contramarchas, sin embargo, jamás se equivoco sus pasos "tanto me guió el paisaje que, como hacia en mi tierra, camine cantando".

Dos visitantes:

Kume era de carácter taciturno. Pasaba largas

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