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“Los crímenes de Oxford”


Enviado por   •  22 de Octubre de 2015  •  Reseña  •  1.990 Palabras (8 Páginas)  •  486 Visitas

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Valoración del libro:

 “Los crímenes de Oxford”

Autor: Alejandro Trujillo Moreno

Clase: Grupo 2, 1º de ingeniería informática

Profesor: Mateo Ramírez Galiano

Asignatura: Cálculo

La historia comienza cuando el protagonista, un joven matemático Argentino, recibe desde Escocia una carta en la que lee la noticia de la muerte de su amigo Seldom, lo que provoca que este se vea con los ánimos necesarios para contar la realidad de lo que sucedió el verano del 93.

El recuerdo de la historia comienza cuando, 22 años de edad, el joven argentino, se mudó desde Buenos Aires a Oxford gracias a una beca de un año.

El primer consejo que recibiría en su estancia en Inglaterra marcaría el rumbo de todos los acontecimientos acaecidos durante ese año. Este consejo provenía de Emily Bronson, la que sería su directora allí, quién le sugirió que, si el dinero de su beca se lo permitía, podía alquilar una habitación en la casa de Mrs. Eagleton, una mujer mayor en silla de ruedas que había participado durante la guerra en el concurso nacional de crucigramas (juego que años después abandonó por el scrabble), quién vivía con su nieta, Beth, una joven atractiva de ojos azules que impresionó al chico desde el primer momento.

La habitación del protagonista dentro de aquella casa era amplia y ordenada y,  gracias a dos ventanas recibía bastante luz.

Días más tarde, recibió una invitación para jugar al tenis, deporte que le apasiona y, su sorpresa, fue encontrarse al otro lado de la pista a Lorna, una chica que, como él mismo dice, no sólo era hermosa parte por parte, sino que tenía golpes de fondo seguros y elegantes.

El primer acontecimiento que marcaría su estancia en Inglaterra se produciría algunos días después cuando, estando en la puerta de la casa en la que había alquilado la habitación y, tras haber tocado el timbre sin haber recibido noticia del otro lado de la puerta, se percató de que llegaba un hombre alto, de unos 55 años, Arthur Seldom, un matemático que había pasado a ser leyenda y a quien el joven argentino admiraba. Viendo que Mrs. Eagleton no habría la puerta y ante la cara de preocupación que presentaba Seldom, decidieron entrar por otra puerta sin permiso de la propietaria. La sorpresa llegó cuando vieron a Mrs. Egleton tumbada, con los ojos cerrados y un hilo de sangre que circulaba desde su nariz hasta la babilla. La anciana propietaria estaba muerta.

Llego la policía y, tras un breve análisis de la escena se produjo la primera hipótesis, que apuntaba a una persona que había tratado de asfixiar a la mujer con un cojín pero, ante la resistencia que opuso ésta y la fuerza superior del asesino, acabó rompiéndole la nariz. El punto de inflexión en la investigación lo marcaría una nota que le había llegado a Seldom, en la que se leía la dirección de Mrs. Eagleton y una hora, las 3 pm., además de un dibujo de un círculo.

Las primeras hipótesis sobre el extraño símbolo dibujado en la nota (el círculo) apuntarían a una especie de serie lógica de la cuál estuvieron discutiendo Seldom y el joven matemático durante el camino de ida al lugar donde estaba ensayando Beth, para darle la triste noticia de la muerte de su abuela.

El primer sospechoso en el que pensó el inspector Petersen fue en Beth, quién más tarde descartaría, ya que demostró que en ese preciso instante se encontraba realizando un ensayo con su orquesta, aunque también el inspector habría dudado del estudiante y de Seldom, pero sus pataderos también habrían sido comprobados.

Días más tarde, Seldom llevó al chico al hospital Dino Buzzati, de siete plantas, y que recibía el nombre de un escritor, que fue ingresado debido a un desmayo durante su estancia en Oxford, para que conociera a un amigo del profesor. Ese amigo era Frank Kalman, el continuador de los trabajos de Wittgenstein y a quién Seldom no quería abandonar.

Una vez hubo conocido al amigo de Seldom, el protagonista se dirigió al último piso a hacerle una visita a Lorna. Ésta estaba metida en un cubículo de cristal, acompañada por Caitlin, una niña pequeña que necesitaba un trasplante de pulmón y, fuera, se encontraba un hombre, el padre de la pequeña, que tras mantener unos minutos de conversación que perturbaron al chico, se marchó.

Seldom también le contó al protagonista la trágica muerte de su esposa y los padres de Beth, que habían fallecido debido a un accidente mientras que el profesor iba al volante del vehículo. Seldom, tras el accidente, se habría recuperado en ese mismo hospital de todos los daños que le había causado el anteriormente mencionado accidente, coincidiendo su estancia con la del escritor que le da nombre al hospital.

Días más tarde, mientras el protagonista entraba en el edificio en el que se encontraba su despacho, se percató de que había un papel pegado en la cristalera del edificio, por lo que se apresuró a preguntarle a Kim, la asistente nueva, para intentar averiguar quién había sido el que había pegado el papel. Éste papel era otro aviso sobre un nuevo asesinato. Junto la hora y el lugar (el hospital Dino Buzzati) en el que éste iba a ser cometido, había dibujado un pez, que mantuvo embobado al profesor Seldom durante un rato, esa era la continuación de la serie a la que estaban tratando de dar una solución.      

La primera idea que se le pasó por la cabeza a Seldom tras haber leído el aviso del asesinato fue que podrían haber matado a su amigo Fank, por lo que se apresuró a llamar a Lorna, para ver si podía decirles quién había sido la persona asesinada, a lo que esta le respondió que la persona asesinada había sido su compañero de habitación, Clark.

El anciano que había muerto en el hospital poseía una señal en el brazo, como si se hubiese tratado de una aguja, lo que alimentaría aún más los indicios de que lo ocurrido habría sido un asesinato.

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