MEMORIAS DE UN LOCO ANORMAL. (EL CASO DE GOYO CÁRDENAS)
Enviado por ip7258 • 7 de Diciembre de 2017 • Ensayo • 2.018 Palabras (9 Páginas) • 863 Visitas
MEMORIAS DE UN LOCO ANORMAL.
(EL CASO DE GOYO CÁRDENAS).
La presente es una reseña del libro Memorias de un loco anormal (El caso de Goyo Cárdenas), escrita por Andrés Ríos Molina, (1°, ed. 2010). En el mencionado libro, se expresa la vida y obra de Gregorio Cárdenas, el estrangulador de Tacubaya, tras asesinar a varias prostitutas y sepultarlas en el jardín de su casa, fue juzgado como un loco por las autoridades de su tiempo y confinado en el manicomio de La Castañeda hasta 1946, cuando decidió fugarse. Andrés Ríos Molina, escritor del libro, es Doctor en Historia por el Colegio de México, Investigador Titular para la UNAM, profesor de Historia Cultural de la Locura en la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM.
A pesar de que la literatura y el cine nos muestran historias de asesinos seriales y las vemos un tanto lejanas, en México también han surgido. El asesino serial es una persona que mata por placer, ya sea psicológico o sexual, los motivos que lo incitan a matar son variados, pero los científicos han identificado principalmente ese tipo de impulsos. Siempre escuchamos el término “Asesino serial”, pero ¿Qué es un asesino serial? También es conocido como asesino múltiple. La persona que asesina a tres o más víctimas en un lapso de 30 días o más, con un período de enfriamiento entre cada asesinato, y cuya motivación se basa en la gratificación psicológica que le proporciona dicho crimen.
Los asesinatos, de quien también fue llamado “El estrangulador de Tacuba”, se registraron entre agosto y septiembre de 1942. “Goyo” Cárdenas atacó principalmente a prostitutas, con las cuales primero tenía relaciones sexuales, después ahorcaba a las mujeres y finalmente las enterraba en el jardín de su casa.
Goyo Cárdenas perteneció a un selecto grupo de asesinos seriales, según un estudio estadístico de Estados Unidos, me llama la atención de sobremanera, como los medios difunden de tal manera la vida de un asesino, se supone, que su intención sería solo la de informar, lo que sucedió y dónde sucedió o a quién le sucedió, pero no es así, los medios hacen gala de sus mejores repertorios que tienen y terminan convirtiendo al asesino en víctima de la sociedad o el monstruo que asecha a la sociedad, puntos estratégicos en lo que los medios se centran para dar la información de manera que mejor les convenga, y, como bien lo mencionaba Carlos Monsiváis en Los mil y un velorios, “ En la nota roja, el crimen dura largo tiempo en la memoria colectiva de la gente”.
Según la sociedad moderna, los asesinos seriales reúnen un número de puntos, en los cuales Goyo Cárdenas encaja perfectamente en todos. Dicho esto, por los medios, pues se encargaron de hacer un exhaustivo trabajo de investigación y dieron con detalles de una sufrida niñez, hasta el día en el que lo apresaron, dándole a la historia tintes de una novela de horror.
Goyo, era un chico trabajador, pues los periódicos nos dejaron entrever eso, cuando en su investigación narraban su vida laboral desde los 17 años, lugares en los que se desempeñó y hasta el momento en el que de Veracruz se trasladaba a la ciudad de México e ingresó a la ENP, tenía una memoria inigualable, a consecuencia de ello era muy listo y su desempeño en la escuela era de lo mejor, por ello tenía mucha suerte para hacer amigos, pero no la misma con las mujeres, de ahí el primer indicio. Cuando Goyo ingresó a la preparatoria, conoció a Graciela, Goyo parecía estar profundamente enamorado de ella, la colmaba de regalos y de invitaciones, ella por su parte no se cansaba de negar que salía con él o que recibía regalos de él, vuelvo al contexto en el cual hablo de las mujeres interesadas, Graciela tiene todo el perfil de este tipo de mujeres, aceptan salir con hombres que no les interesan, por el hecho de que les dan ayuda económica o las llenan de regalos.
Se sabe que cuándo Goyo ingresó a la ENP, él trabajaba y ya era poseedor de un automóvil, cosa que, de alguna forma, le era atractivo para las mujeres (claro las interesadas). En abril de 1942 Gregorio rento una casa en la calle Tacuba, cosa que por su situación económica no era rara, allí estableció su laboratorio y su biblioteca. Si bien había una cama, no la usaba, ya que seguía durmiendo en casa de sus padres.
Como no es muy difícil de imaginar, al tener una casa propia, en la cual nadie lo molestaba ni se entrometía, a Goyo lo visitaban prostitutas, algo pasaba con Goyo, entre más lo alejaban las mujeres, el más se sentía ofendido, en su cerebro guardaba cada uno de los desplates que le habían hecho algunas mujeres, me hace pensar, con la forma en la que mató a las tres prostitutas, y a Graciela, que disfrutaba cuando las veía morir, solo de pensar en el sufrimiento que tenían cuando las estaba ahorcando, seme eriza la piel solo de imaginarlo, no puedo pensar en el dolor que sintieron, comprendo el odio que desarrollara contra Graciela, pero las prostitutas las mataba solo por ser mujeres, pagaban por un odio del cual ellas no eran culpables, además por otra parte, creo que no era asesino, ya que sentía remordimientos. En el punto que entierra a Graciela y le deja el pie afuera, ese es un cabo que un asesino consumado no dejaría suelto, sus culpas le llenaron la cabeza y perdió la cordura.
Que sentimiento llevará a las madres a cubrir a sus hijos cuándo sabes que asesino no a una sino a cuatro mujeres, además de hacerlo pasar por loco, y someterlo a las torturas de La Castañeda, aquí es donde los medios de comunicación vuelven a hacer su entrada triunfal, la realidad de la situación, nadie la sabe, pero ya se encargaron de hacerlo ver como el monstruo que en realidad es.
La industria cinematográfica no tardo en hacer su entrada, practicamente te dan a conocer la historia dándole la orientación que mejor beneficio a sus ganancias, y la verdad es que su historia daba para hacerlo, lo fantasioso de su laboratorio y la intención de revivir a su amada Graciela.
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