Monografia Martín Fierro
Enviado por mariantenenbaum • 8 de Junio de 2013 • 1.842 Palabras (8 Páginas) • 1.748 Visitas
Introducción
A continuación intentaremos mostrar la visión de los gauchos de la época con respecto a las distintas medidas tomadas por Adolfo Alsina y Julio Argentino Roca -como ministros de guerra argentinos- durante la presidencia de Nicolás Avellaneda. Nuestro propósito es mostrar la opinión de José Hernández, autor del Martín Fierro (1872) y La vuelta de Martín Fierro (1879), entre otros, acerca de las injusticias sufridas por los gauchos y sus desgracias, como portavoz de esta clase marginada por las autoridades y como visionario de un futuro con igualdad y justicia. Diferenciaremos ambas campañas realizadas, marcando el pensamiento del escritor con respecto a las decisiones políticas y cómo afectaron en la redacción de ambas partes del Martín Fierro, la vida de los gauchos y sus consecuencias sociales y políticas.
Para lograr el objetivo propuesto, recurriremos a distintas fuentes bibliográficas como material utilizado en clase, enciclopedias históricas, el libro Martín Fierro, utilizando además citas críticas de autores especializados en la temática.
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Desarrollo
La vida de la época
Hacia mediados del siglo XIX en Argentina la situación política atravesaba grandes cambios, se había establecido una República constitucional y las nuevas tecnologías y el desarrollo de la educación, harían crecer al país. Avellaneda llegaba al gobierno en 1874 e imponía leyes que permitirían la entrada de masas de inmigrantes que poblarían el territorio, entre ellas la Ley Avellaneda.
Un problema que acaecía y que perturbaba a la sociedad en ese momento, eran las extensas zonas ocupadas por indígenas que no permitía la expansión del territorio, para el poblado y la agricultura. Los indios, "pues donde dentra roba y mata cuanto encuentra y quema las poblaciones" sádicos asesinos que mediante lanzas, arcos y flechas, montados a caballo, realizaban feroces malones donde saqueaban campos y asesinaban a quien se cruzara en su camino. Éstos salvajes, "Hacían el robo a su gusto y después se iban de arriba, se llevaban las cautivas y nos contaban que a veces les descarnaban los pieses, a las pobrecitas, vivas" , amenazaban el estilo de vida "civilizado" más acá de la frontera que los separaba del peligroso integrante del malón. La vida rural de entonces era compartida por blancos, indios sometidos y amansados, negros, mestizos y mulatos que atravesaban la misma situación. Los recién llegados al país, junto con los indígenas, eran considerados el escalón más bajo de la sociedad, inútiles para el trabajo en fortín, brutos, amanerados “No hacen más que dar trabajo pues no saben ni ensillar; no sirven ni pa carniar, que ni volitadas las reses se les querían arrimar” .
Como solución a éste problema, el ministro de guerra, Adolfo Alsina, decidió mandar a excavar una larga y profunda zanja que ocuparía setecientos treinta kilómetros desde Bahía Blanca hasta el sur de la provincia de Córdoba, realizarían sucesivos avances que mantendrían con la instalación de fortines cada cinco kilómetros. Éstos últimos evitarían los ataques de los indios mediante una política defensiva. Pero la escasez de soldados, para proteger dichos lugares, conllevó a que se promulgara la "ley de leva", una disposición que permitía a la policía de campaña detener a todo aquel gaucho que no estuviera trabajando en una estancia de peón y enviarlo a luchar contra los indios en la frontera como le ocurre a Martín Fierro en la primera parte de la obra.
Hernández, en contra del fracaso de esta campaña expresa su descontento desde el federalismo progresista y se muestra abiertamente antiporteño. El autor se crió en una estancia junto a su padre donde pudo tomar contacto con las tareas que implicaba el campo. Pudo conocer sus costumbres, su cultura y comprendió las dificultades que debían sortear en la vida cotidiana.
El gaucho
En El gaucho Martín Fierro, se hace notable el mal estado de vida que llevaban estos hombres que eran forzados a dejar sus casas y sus familias, para ir a luchar contra los indios; los fortines "Ni envidia tenía el ratón en aquella ratonera” , eran lugares en los que trabajaban duro, carecían de alimento, vestimenta, armas, caballos, eran maltratados y, como en el caso del protagonista de la obra, no eran pagos por su labor. Se les prometía un regreso al plazo de seis meses, aunque no cumplían con lo pautado, eran engañados y las familias esperaban algo que nunca iba a llegar.
Los gauchos formaban parte de la sociedad y se caracterizaban por su laboriosidad, eran vistos como una víctima de abusos y desgracias por pertenecer a una clase desdichada; eran ignorante por su escasa educación, decían metáforas sin conocerlas, hacían comparaciones extrañas y reflexiones originales; tenían una filosofía propia, eran supersticiosos, disimulaban sus afectos y muchas veces eran erróneamente juzgado. Vivían en libertad, alejados de las ciudades. Eran hábiles para la caza.
Hernández los considera indispensables para impulsar el desarrollo de la ganadería, industria rural, que es la base del bienestar de la población argentina. Pero planteaba a su vez, que este gaucho debía poseer derechos y deberes, una base educativa y que amaparo legal, en otras palabras, debe ser considerado un ciudadano.
Tras la caída del régimen rosista, el gaucho vivió su marginación definitiva, ya que la adopción de un modelo económico liberal implicó la división y el alambrado de las tierras, los terratenientes aumentaron su patrimonio y convirtieron al gaucho en peón asalariado. Previo a esto, el gaucho vivía lejos de las estancias y de las poblaciones donde criaba pequeños rebaños y satisfacía sus propias necesidades "Yo he conocido esta tierra en el que el paisano vivía
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