Padre Rico, Padre Pobre

“La basura de algunos es el tesoro de otros.” Dice la popular frase, en boca de todo aquel que apoye la relatividad. Y es que la riqueza, económica específicamente, depende directamente de la percepción del rico. Los bienes materiales tangibles e intangibles que hacen a un individuo sentirse rico o afortunado, constituyen su riqueza emocional. Esta riqueza, varía de persona a persona, ya que no todos los individuos necesitan las mismas cosas para sentirse satisfechos económicamente. La mayoría de las personas buscan la riqueza utópica, es decir, tener más dinero de lo que se pueda gastar. No obstante, los hay otros que sus intereses no se basan en lo económico y sus objetivos se enfocan en aspectos sociales, políticos o espirituales. Ahí reside la relatividad de la riqueza. El libro de Robert Kiyosaki en colaboración con Sharon L. Lechter, “Padre Rico, Padre Pobre”, retrata como ven, el mundo de la riqueza económica, los ricos, es decir, la clase económicamente alta y como la ven los pobres, también llamados de la clase media o baja. Los autores afirman, en su libro, que la riqueza depende de la percepción del individuo sobre ella misma, por lo tanto, su riqueza emocional será la que defina su riqueza económica.

Suena complicado pero es muy sencillo. El individuo promedio, genera sus expectativas de vida de acuerdo a su vida misma, es decir, un hombre que siempre ha pertenecido a la clase alta, comúnmente no espera terminar siendo de la clase baja; por el contrario, espera asegurar su permanencia en este estatus social. Por otro lado, una persona que siempre a pertenecido a la clase baja, desea pertenecer a la clase alta; sin embargo, su verdadera expectativa, apegándose a su realidad, es la de mantenerse en su misma clase o mejorar solo un poco su estatus social. El libro critica este comportamiento. Establece que los pobres, cegados por el miedo a perder dinero, buscan la seguridad económica sin importar lo reducida que esta sea y gastan su dinero en pequeños bienes materiales. Cada vez que necesitan otro bien, necesitan trabajar por más dinero. Mientras que los ricos, al no temer a perder dinero, se arriesgan y lo apuestan en inversiones grandes que generen más dinero. De tal modo, que el dinero se incremente solo y no se tenga que seguir trabajando para generar más dinero. Ahí radica el papel de las expectativas influenciadas por el miedo. Por miedo al fracaso, las expectativas de un pobre, de acuerdo con el libro, se mantienen dentro de lo seguro. Mientras que las expectativas de un rico son muy altas, influenciadas por la experiencia de manejar grandes cantidades de dinero y la abundancia de éxitos sobre los fracasos. En otras palabras, los bienes o facilidades que constituyan la riqueza emocional de un individuo, serán los responsables de la riqueza económica que el individuo genere.

Existen dos formas de generar dinero según el libro; la de los ricos y la de los pobres. Describe como los ricos mantienen sus expectativas lo más altas posibles, lejos de buscar la seguridad económica a través de un sueldo, la buscan a través de activos. Según la definición del libro, los activos son procesos financieros que generan dinero, es decir, bienes tangibles o intangibles que aumentan su valor monetario

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