Patriotas De La Rambla (LA RAMBLA PARALELA)
Enviado por Olivopasso1 • 13 de Septiembre de 2013 • 2.416 Palabras (10 Páginas) • 487 Visitas
LOS “PATRIOTAS” DE LA RAMBLA
Jesús David Olivo Passo
Universidad Popular del Cesar
Cada integrante de un grupo tiene, de algún modo (directa o indirectamente) sentido de pertenencia por este o esta adherido a él por algún aspecto común y es así como se manifiesta el patriotismo en el individuo al momento de enfocarlo en el plano global. Este fenómeno descrito anteriormente juega un papel axiomático en la obra de Fernando Vallejo: La Rambla Paralela, sometiendo al lector a un juego de mundos, dimensiones, tiempos e incluso personajes –digo juego por la manera polifónica en que es narrada la obra-. Hace una crítica social no solo a la realidad colombiana sino también a la modernidad, sus absurdas evoluciones, avances y cambios; reprochando así desde una perspectiva bastante desapacible muchos aspectos como la muerte, la vida, lo fantasmal y -de lo que tomaré posición- el patriotismo y/o anti-patriotismo presente en esta novela. Somos habitantes del mundo y no puede delimitarnos un espacio geográfico, en este sentido el patriotismo no nos obliga a ligarnos de manera subyugada a un territorio específico sino mas bien a ser libres como los el universo en su regular infinidad y aunque nos enmarquemos en el anti-patriotismo debe considerarse que siempre habrá algo que nos adhiera al universo por ejemplo, la fuerza de gravedad, el pretexto para justificar que somos patriotas del universo –analizado de La Rambla Paralela-. Con esto no se pretende juzgar a Vallejo como postura personal sino más bien, valorar objetivamente su visión de patria orientada desde el nihilismo.
La Rambla Paralela es una obra con momento de enunciación contemporáneo que trasciende por su complejo nivel literario, característico de Fernando Vallejo, es una de las ultimas del escritor; la polifonía se hace manifiesta ya que aparecen en escenas más de un actante y el fenómeno de la muerte está presente como un aspecto protagónico de la trama,
Y entonces vi en el espejo al hombre que creí que estaba vivo, pero no: como le acababan, en efecto estaba muerto. Y cómo no si era un viejo y todos nos tenemos que morir, queramos o no queramos, gústenos o no. […] El viejo se apoyó en el espejo para no caerse y al hacerlo dejó en él las huellas de los dedos ensuciándolo.
[…] ¿Fatigadamente? Pensé en los largos adverbios en “mente” del español, tan torpes, tan tontos, tan sonsos, y en ese instante supe cómo me iba a morir : como Oudin, resolviendo un problemita pendejo de gramática (Vallejo, 2002: 4)
Vemos como se presentan las múltiples voces entorno a un hecho a veces suelen despistar al lector en las apreciaciones sobre la realidad aunque lo que queda claro es que se trata de un viejo gramático que de joven fue tímido y prudente, ahora está plenamente desligado de este mundo y el único pretexto para justificar su existencia es la fuerza de gravedad ya que lo que de algún modo le motivaba a vivir se los ha llevado la muerte, ciento de personas se encontraban en su "libretica de los muertos" e incluso animales pues los amaba más que a las personas. De hecho era un ateo que odiaba a los musulmanes, a los negros, a los médicos, a los abogados, a los políticos, a los pobres, en fin a la humanidad –digo era pues “Era un gramático muerto a quien la muerte sólo le podía volver como un pleonasmo idiota” (76). “La frente ancha de inteligencia, la cabeza coronada de nieves eternas como un volcán, los bigotes enhiestos, los ojos vivaces... Haga de cuenta usted un káiser alemán salido de un retrato” (26) lloraba por que le incomodaba aire del mar o más bien era un efugio suyo para llorar su desgracia, lloraba también con los boleros, un colombianismo vulgar y grosero..
La historia está enmarcada en Barcelona, el viejo gramático recibe en México una llamada desde Colombia para que se haga participe de la feria de libros que tendrá como país invitado a este ultimo. La feria resulta un desastre y toda la historia gira en torno a un ir y venir que mantiene el viejo no solo en los caminos geográficos que emprende en El Paralelo (según el mapa; para él es La Rambla Paralela) sino en sus viajes memoriales, desde sus íntimos pensamientos -que son el medio que utiliza el narrador o el autor para atrapar al lector- por el tiempo y el mundo (espacio). La Rambla paralela aquí se interpreta no como un lugar, es un estado anímico del ser humano en el cual se hunde cuando interioriza y es allí donde –según mi opinión- se hace sublime pues constituye una unidad existencial en sí mismo, es capaz de exhortarse y poder corresponder a su propia conversación. Aunque, al parecer para este viejo la unidad existencial es la no existencia pues anhela fervientemente el momento de su muerte. Es entonces La Rambla ese estado de interiorización puesto que:
Los que vamos por las Ramblas entre la multitud nos sentimos acompañados pero no, vamos solos. Somos islas ambulantes que nos arrastramos sosteniendo en nuestro interior oscuro, interminables diálogos con nosotros mismos. Esos diálogos turbios, sordos, necios en la oscuridad de adentro han de ser los que llaman el alma. El viejo se la imaginó como el espíritu de la trementina metido en un frasco tapado con un corcho. ¡Ah, si eso era iba a experimentar! Y sin pensarlo mucho quitó el corcho destapando el frasco y el espíritu de la trementina se esfumó. (82).
En esta rambla el viejo no hace más que renegar de su país Colombia y de todo lo que se le ha ido. El autor; apropósito muy cuestionado por muchos, parce dibujarse en este personaje pero sin convertirlo en una autobiografía para no restarle rigor literario -pues reúne muchos datos paralelos a los que se conocen sobre su vida y que han sido contados por él en otras obras, en algunas entrevistas o investigaciones sobre su vida y refleja de una manera áspera la cruel realidad en la que está sumida Colombia- áspera, es quizás por esa razón que sus escritos son muy cuestionados, lo que pasa es que estamos acostumbrado a darle masajitos a lo que es áspero, la violencia es áspera, la muerte es áspera el dolor sangriento es áspero e incluso, lamentablemente la Patria es áspera. “¿Masajitos para la muerte? Gira el mundo y se mueven los continentes no se va a secar un río y no se va a morir un viejo...” (21). Es por esta razón que el patriotismo de Fernando Vallejo es cuestionado; la forma en que se refiere a Colombia, por lo menos en esta obra, sugiere que está resentido y totalmente desligado de su País. No obstante su visión de patria –a mi simple juicio- va mas allá de los limite geográficos de un territorio puesto que su postura implícita en esta obra deja claro que es un habitante del mundo y aunque perezca que ya nada lo adhiere él, reconoce de manera disimulada
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