Por Qué Subestimar A La Literatura Juvenil

¿Por qué subestimar a toda la literatura juvenil?

El relato que está caracterizado por una temporalidad incoativa y progresiva; una matriz narrativa-que hace de la novela el género privilegiado- y el reconocimiento de una identidad – individual y colectiva- definida en tránsito de crecimiento es el relato de formación. Éste encontrará su metáfora en la subjetividad adolescente y hará del discurso literario su territorio más fértil en tanto la idea de formación ha estado unida a la de novela y narración desde el siglo XVIII a través del desarrollo del subgénero de la novela de aprendizaje o Bildungsroman.

La literatura dirigida a los adolescentes, llamada literatura juvenil, desencadena debates entre escritores, críticos y docentes en torno a su uso como texto de lectura escolar y por su creación pensada en función de la edad cronológica del receptor y destinada a satisfacer sus demandas. Una de las dudas planteada es si este tipo de literatura permite abrir puertas hacia la literatura a secas o simplemente trata de palear la incompetencia y el desinterés de los adolescentes. Por esta razón es posible preguntarse si todas las novelas de aprendizaje admiten estas cuestiones.

En este trabajo se realizará el análisis de la novela El año de la vaca de Márgara Averbach. El objetivo que se persigue es demostrar que ésta es una novela de aprendizaje pero con particularidades que no la limitan sólo a una literatura juvenil.

Para el desarrollo del análisis se tendrán en cuenta los artículos “La literatura de adolescentes: la psicoliteratura” de Gemma Lluch y “Literatura juvenil: entre la seducción y la condescendencia” de Fabiola Etchemaite y Ofelia Seppia

Gemma Lluch analiza los cuestionamientos que giran alrededor a esta literatura, principalmente si la novela de aprendizaje (psicoliteratura) es un género que acaba en sí mismo o funciona de puente para una literatura más compleja. Para intentar responder estos interrogantes, realiza una caracterización del género. (Lluch, 1996)

Respecto a los personajes y actantes sostiene que los que cumplen esta función de protagonista siguen un criterio descriptivo, es un joven de la misma edad del lector, de raza blanca, estudiante, de clase media. El relato gira en torno a él, que aspira un objetivo x: la búsqueda del equilibrio familiar, con la sociedad, con su grupo de amigos o consigo mismo. El espacio donde transcurre la historia es la escuela, la casa o bares. Son espacios reconocibles por los propios lectores. La función del oponente o ayudante es realizado por dos personajes colectivos: la familia o el grupo de amigos, y a veces, la sociedad. Del mismo modo, Etchemaite y Seppia hacen una caracterización del género y afirman que estos textos se escriben para seducir al lector y malcopian sus preocupaciones, el espacio y el tiempo son los mismos que en los que circulan los adolescentes, y los personajes son estructurados y polarizados y concuerdan con la edad de los lectores.(Etchemaite y Seppia,)

Estos aspectos llevan a pensar que El año de la vaca es una novela de aprendizaje. Porque todos los personajes son adolescentes, forman un grupo de amigos y compañeros de curso de una escuela secundaria de Buenos Aires. El relato gira en torno a las acciones que realiza el personaje de Juana apodada “la vaca”. Ella es la nueva que se incorpora al curso y es rechazada y humillada por la mayoría de sus compañeros por su obesidad y por su manera tan tranquila y rara de andar. Es la que desencadena el interés por conocer la verdadera identidad de Nadia (una adolescente, hija de desaparecidos). Las acciones, por lo general, transcurren en la escuela, y muy pocas en casas y la plaza.

También al analizar los tipos de paratextos que se emplean en este género, Gemma Lluch afirma que la psicoliteratura utiliza títulos temáticos que hacen referencia directa a la narración y al conflicto y en ocasiones lo hace con una frase exclamativa o interrogativa dirigida a un tú que se identifica con el protagonista. Además analiza la información de la solapa que a diferencia de los libros para edades inferiores, se dirige al lector -joven – y facilita datos sobre el contenido del libro y en ocasiones del autor.(Lluch, 1996)

En El año de la vaca puede observarse estas características del género en los paratexxtos. Su título hace referencia a la relevancia de uno de los personajes, y en la solapa hace un breve resumen y facilita datos al lector como por ejemplo de cómo surge la intriga en torno a la chica nueva del colegio, y cómo se estructura la obra, por medio de los relatos.

"Fue así: la foto sale volando de la mano de Laura y flota por debajo del banco hacia adelante, hacia la Vaca, que no se da vuelta para nada... No es el único gesto que intriga a Sebastián. Todos comienzan a descubrir que hay algo intenso y raro en ella, "la nueva". Y lo contarán de muchas maneras. Porque cada uno es testigo sólo de su propia experiencia.” (Averbach,2010: 14)

Otro rasgo de psicoliteratura que encontramos en la novela es en lo temático. Este género utiliza temas de supuesto interés juvenil como la droga, el amor, la amistad, conflictos sociales, ecología, etc. Que según Gemma Lluch son incluidos desde las editoriales y desde la promulgación de los llamados temas transversales en las escuelas. A partir de estos temas se desarrolla todo el conflicto, que pretenden transmitir una ideología antirracista, feminista, respetuosa de la diversidad, de la democracia o del medio ambiente. .(Lluch, 1996)

En esta novela el conflicto gira en torno a la búsqueda de identidad del personaje de Nadia. Ella se entera que es hija de desaparecidos, que vivió engañada con una familia que se apropió de ella de pequeña. Luego decide buscar e ir a vivir con su abuela verdadera. Los demás personajes, adolescentes, también experimentan una superación con respecto a este tema. Esto se ve reflejado en los dichos de Sebastián que nota cambios de un año a otro.

“Fue un año raro, un año con vueltas, como el laberinto ése de Córdoba que fuimos

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