Reseña Del Libro Expresion Oral Y Escrita
Enviado por maede • 14 de Mayo de 2013 • 1.486 Palabras (6 Páginas) • 541 Visitas
2.2.2 ENSAYO.
El término ensayo fue dado por Miguel de Montaigne (1533- 1592), a
quien se considera el iniciador de los mismos.
Proviene del latín exagium, es decir el arte de pesar algo. Se relaciona también con
el “ensaye”: prueba o examen de la calidad y bondad de los metales, tanto pesar
como probar, examinar y reconocer, son rasgos esenciales de éste.
Eva Lidia Oseguera en su libro de taller de lectura y redacción II,
recopila los siguientes conceptos.
1.El ensayo es una composición irregular y sin orden.
2. El ensayo es la forma más amable de comunicar responsablemente
algún punto de vista o alguna idea que, además de interesarnos, podemos
defender con criterios propios o ajenos.
3. El ensayo es una peculiar forma de comunicación cordial de ideas, en la
cual éstas abandonan toda pretensión de impersonalidad e imparcialidad para
adoptar valientemente las ventajas y las limitaciones de su personalidad y
parcialidad.
4 .El ensayo es un escrito que pretende interesar a un selecto grupo de
lectores, en un área determinada de conocimientos.
5.- El ensayo es un escrito en prosa que se concreta a un solo tema para
considerarlo desde muchos ángulos.
6. Escrito generalmente breve, en el que expone, analiza y comenta un
tema sin la extensión y profundidad que exige un manual o un tratado.
Los diferentes conceptos anotados nos dan la idea que los ensayos no
darán datos, ni hechos que puedan ser demostrables, ya que solo permiten la
exposición de datos y discusión de ideas sin un profundo análisis en los asuntos
tratados, quizá lo más importante sea la actitud reflexiva que el escritor asume al
elaborarlo, ya que más que conocimiento requiere de sabiduría.
Pueden ser escritos en pocas líneas o algunos centenares de hojas, es
polémico y encaminado a generar dudas e implica la posibilidad de derrumbar
viejas estructuras, aquello que se creía firmemente cimentado y sustituirlo por
cosas nuevas, diferentes.
Se caracteriza por ser subjetivo, porque plantea una visión particular del
escritor, una manera personal para enfocar un problema, aunque puede manejar
datos objetivos.
Los temas que puede tratar son tan variados y manejados con tanta
libertad como lo permita la imaginación del autor.
Es original, porque aunque ya se haya escrito mucho sobre un tema, el
escritor le dará un punto de vista diferente al usado hasta ahora, además el asunto
tratado no es acabado ni exhaustivo, ya que a partir de él , se podrá reescribir
nuevamente o estará sujeto a comprobación para análisis posteriores.
Comparte con la ciencia su carácter de explorar más a fondo la realidad,
lograr una aproximación a la verdad de las cosas y comparte con el arte, la belleza
y la intensidad de la expresión.
Por la misma libertad que otorga al expresarse se le clasifica en ensayos
humorísticos, expositivos, filosóficos, científicos, literarios, etc.
Es importante que cuando en la escuela se te pida la elaboración de un
ensayo, partas de la elección del tema, pregúntate qué vas a escribir, cuanta
información tienes en mente, lo que piensas del asunto, a partir de éste análisis
realiza lecturas, investigaciones, tanto documentales como de campo, recopila la
información para que puedas elaborar tu escrito con un sentido personal,
apoyándote en diversos ejemplos, anécdotas, citas textuales, etc. , relee tu trabajo,
modifica las veces que consideres necesario hasta llegar a la redacción final, esto
es “ensaya” tus ideas. Revisa tu ortografía.
Te presentamos un ejemplo de ensayo, escrito por José Manuel
Villalpando en “Amores Mexicanos”, léelo para que identifiques las características
que lo componen.
DEL AMOR NADIE SE ESCAPA.
La mayoría de los textos de historia parece ignorar que nuestros
antepasados fueron seres humanos, tan sencillos como cualquiera. La adoración
mítica de la historia nos ha llevado al convencimiento de que los prohombres jamás
tuvieron tiempo ni humor para cosas tan normales y tan comunes como puede serlo
el amor, y nos hemos formado la idea de un pasado lleno de estatuas, de personajes
buenos y malos, pero fríos, alejados de cualquier sentimiento humano, gozo o
pecado, por mínimo que sea. En los relatos sólo aparecen hombres impasibles,
serenos, patriotas, valientes, inteligentes, cultos o, por el contrario, cobardes,
traidores, infames, pero nunca nos enteramos de su vida real, no de la privada, sino
de sus vivencias como seres humanos, de lo que en verdad fueron. ¿Acaso fueron
distintos a nosotros?
Definitivamente, los hombres y mujeres de nuestro pasado histórico
también amaron, y esta afirmación, que pareciera una perogrullada, tiene
importancia porque en México hemos sido muy pudorosos y recatados con nuestros
ancestros; nos hemos olvidado de recordar sus andanzas en los terrenos de Cupido
para centrarnos sólo en sus vistosos y espectaculares logros o, también, en sus
terribles y estrepitosos
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