Resumen del El grafo del deseo

El grafo del deseo[pic 1]

El grafo del deseo es un esquema, es un modo de situar al DESEO respecto a un sujeto que está definido por la articulación SIGNIFICANTE, es decir, que el deseo se ubica en relación a ese sujeto que es el sujeto como efecto del encuentro del viviente con la cadena de significante S.

• Sitúa distintos elementos relacionándolos entre sí a través de VECTORES, que son líneas que tiene un sentido (flecha), van de un lado a otro con una dirección.
• Elementos para la célula elemental: son escritos con letras

A →  El Otro con mayúsculas como tesoro de ste

S’→  Cadena de significante.

$ →  Sujeto barrado o dividido.

Δ→   Viviente mítico.

La construcción del grafo comienza con una interpretación de DOS VECTORES, empieza con Δ y termina en otro punto donde está el $. por otra parte en sentido opuesto va haber un vector son S y S’, es decir, el encuentro del viviente va a terminar siendo un sujeto barrado.

EL VIVIENTE MÍTICO Δ es aquel viviente  de la necesidad, que solo se construye con el orden del mito y termina con el sujeto barrado. La constitución subjetiva tiene que ver con el atravesamiento de la cadena de significante. Es el de la pura necesidad que se puede reconstruir en el orden del mito. Viviente Mítico

El concepto de "viviente mítico" es una noción desarrollada por Jacques Lacan en su enseñanza, y se refiere a una dimensión pre-simbólica y pre-lingüística del ser humano. Este concepto busca destacar la existencia de una dimensión arcaica que precede a la entrada del sujeto en el lenguaje y en el orden simbólico.

1. Dimensión pre-simbólica: Lacan plantea que el ser humano, en su estado primordial, existe en una dimensión pre-simbólica, donde no hay diferenciación entre el sujeto y el Otro, ni hay una estructuración simbólica que guíe la experiencia y la subjetividad. En esta etapa temprana, el individuo se encuentra en un estado de fusión indiferenciado con su entorno.
2. Conexión con lo mítico: El término "viviente mítico" se refiere a la forma en que el ser humano en esta dimensión arcaica está conectado con el mundo y con su existencia a través de un lenguaje mítico y simbólico. Este lenguaje mítico no es un sistema estructurado de significados, sino más bien una forma de comunicación que está arraigada en la experiencia directa y sensorial.
3. Experiencia sensorial y corporal: En esta dimensión pre-simbólica, la experiencia del individuo está más orientada hacia lo sensorial y lo corporal. No hay una diferenciación clara entre el sujeto y su cuerpo, y la experiencia se vive de manera más inmediata y directa, sin la mediación del lenguaje y la representación simbólica.
4. Entrada en el lenguaje: Lacan sostiene que el proceso de entrada en el lenguaje y en el orden simbólico implica una pérdida de esta dimensión mítica y una separación del estado de fusión indiferenciado. Con el desarrollo del lenguaje y la entrada en la cultura, el sujeto adquiere una identidad separada y se constituye en relación con el Otro y con las estructuras simbólicas del lenguaje.

Es importante destacar que el concepto de viviente mítico en la teoría de Lacan es un constructo teórico y no se refiere a un estado literal o histórico en la vida de un individuo. En lugar de eso, es una herramienta conceptual que busca resaltar la existencia de una dimensión pre-simbólica y pre-lingüística en la subjetividad humana y su relación con el lenguaje y la cultura

Grafo 2  es un esquema más complejo.

Elementos:

S (Ⱥ)→   Ste del otro barrado

S (A)→   Sdo del otro

d      →   deseo

($◊a)→   el fantasma

m     →    yo como imagen especular

i(a)   →    imagen especular

(s◊D)→ representa la relación entre el sujeto (s) y la demanda (D).

I (A)→     ideal del yo.

En el lugar del viviente mítico está el $, porque ya se supone que el sujeto está atravesado por el lenguaje, previamente desde que hay ese deseo del sujeto a advenir, antes de la concepción, está deseado, por ejemplo, la elección de un nombre. Ya está afectado por el lenguaje. Hay un sujeto que refiere a este viviente mítico.

S[pic 2]

El concepto de "sujeto barrado" o "sujeto dividido" es un elemento central en la teoría de Lacan y se refiere a la estructura fundamental de la subjetividad humana. Esta noción se basa en la idea de que el sujeto está atravesado por una división primordial que tiene implicaciones significativas para la formación de la identidad y el funcionamiento psíquico. A continuación, desarrollaré el concepto de sujeto barrado en la teoría de Lacan:

1. La barra o el corte: Lacan utiliza el término "barra" para representar la división primordial en el sujeto. Esta barra se representa gráficamente con una línea oblicua (/) que atraviesa el sujeto y lo divide en dos partes: el S1 y el S2. El S1 se refiere al significante y el S2 al significado. Esta división se considera inherente a la estructura del lenguaje y al proceso de simbolización.
2. La falta y la incompletitud: La división del sujeto implica una falta o una carencia fundamental. Lacan sostiene que esta falta se origina en el momento en que el sujeto entra en el lenguaje y se aliena en relación con el Otro. El sujeto experimenta una sensación de pérdida y de falta en su ser. Esta falta genera un deseo constante de completitud y de satisfacción que impulsa al sujeto en su búsqueda.
3. El sujeto del significante: Lacan plantea que el sujeto está subordinado al lenguaje y a las estructuras simbólicas. El sujeto no es un sujeto pleno y autónomo, sino que está constituido por significantes y se construye en relación con los significantes y las normas sociales. El sujeto está siempre en proceso de ser hablado por el lenguaje y de ser definido por el Otro.
4. El sujeto del inconsciente: Lacan sostiene que el sujeto no tiene un acceso directo a su propio inconsciente. El inconsciente se manifiesta a través de formaciones simbólicas, como sueños, lapsus y actos fallidos. Estas formaciones simbólicas revelan los deseos inconscientes y las pulsiones que operan en el sujeto y que están relacionados con la falta y la división.

A, el Otro con mayúsculas

En la teoría de Lacan, el término "Otro" con mayúsculas se utiliza para referirse a una dimensión fundamental en la construcción de la subjetividad y el proceso de socialización. El Otro, en este contexto, no se refiere a una persona específica, sino que se trata de una entidad abstracta que representa el campo del lenguaje, los significantes y las normas sociales.

1. El Otro como campo simbólico: Lacan plantea que el Otro es el campo simbólico que se establece a través del lenguaje y las estructuras sociales. Es el dominio en el cual se inscriben los significantes, las palabras y las normas que constituyen la cultura y la sociedad en la que el sujeto está inmerso. El Otro simboliza la dimensión colectiva y simbólica en contraposición al individuo.
2. La función del Otro en la formación del sujeto: Lacan sostiene que el sujeto se constituye en relación con el Otro. Desde el nacimiento, el sujeto se encuentra inmerso en el lenguaje y en las normas sociales que le rodean. El Otro juega un papel fundamental en la formación de la identidad y en la construcción del sentido de uno mismo. El sujeto se define y se posiciona en relación con las expectativas, los roles y las demandas que el Otro le impone.
3. La alienación en el Otro: Lacan plantea que la relación con el Otro implica una forma de alienación del sujeto. El sujeto se ve influenciado y condicionado por las normas y los significantes del Otro, lo que puede generar una sensación de pérdida de autonomía y de falta en el ser. La identificación con el Otro y la internalización de sus normas pueden llevar a la alienación y a la sensación de no ser completamente uno mismo.
4. El deseo del Otro: Lacan introduce la noción de "el deseo del Otro" para referirse al impacto que las expectativas y las demandas del Otro tienen en el sujeto. El sujeto busca satisfacer al Otro, responder a sus expectativas y obtener su reconocimiento. El deseo del Otro es una dimensión que influye en la construcción del propio deseo y en la forma en que el sujeto se relaciona con él.

Es importante destacar que, para Lacan, el Otro no es una entidad fija y concreta, sino que es una construcción simbólica y cultural que se modifica y transforma en diferentes contextos y relaciones. El Otro está en constante interacción con el sujeto y su deseo, y su influencia se manifiesta en la construcción de la subjetividad y en la búsqueda de sentido y reconocimiento.

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