TENGO MIEDO TORERO - ENSAYOS

Si bien es cierto, nuestra sociedad ha abierto su mente en el ámbito de la sexualidad, de todos modos sigue siendo un tema tabú para la mayoría de los chilenos. Si es así como está la situación hoy en día, imaginemos como era en los años de la dictadura política del setenta y tres, en el gobierno de Augusto Pinochet, donde pensar, sentir y vivir de una manera distinta a los estándares establecidos en aquella sociedad sin democracia era sinónimos de rebeldía y degeneración.

En el libro ‘Tengo miedo torero’ del autor chileno Pedro Lemebel se da a conocer una realidad ignorada por el mundo, que es el continuo vivir de la sociedad homosexual, reflejada en ‘la’ protagonista, La Loca del Frente, quien llega a vivir a un barrio tranquilo de Santiago luego de vivir un sin fin de penurias sólo por ser lo que es: un travesti; o como ella de denomina, una estrella.

Al poco tiempo de estadía conoce a Carlos, un supuesto joven universitario que le pide como favor guardar cajas y hacer supuestas reuniones de estudio en su casa, pero que en realidad es un miembro del Frente Patriótico Manuel Rodríguez, y todas esas juntas que ella acepta eran para planear un atentado contra el dictador.

Poco a poco La Loca comienza a conocer mejor a Carlos, enamorándose perdidamente de él, con la ilusión de que el también pudiera amarla, por lo que todo lo que el le pida, ella lo hace sólo por él, sin hacer preguntas.

Al tiempo de conocerse y ella ya teniendo una idea vaga de sus tendencias políticas, Carlos se vuelve una especie de héroe, un príncipe azul para ella, quien, gracias a este amor de cuento de hadas abre los ojos, notando el mundo en el que vive y dándose cuenta de que no todo era color de rosa como las cortinas y manteles de su casa y que aquel despiadado tirano causaba mal a donde pisara; así mismo logra comprender que su situación no era nada fácil para la época en la que estaba viviendo, que las perdonas ya no eran valoradas por como eran interiormente, su esencia, sino que el exterior, dinero y estatus lo eran todo y que ser homosexual no era el camino fácil, sino que el laberinto más difícil.

La expresión ‘libre albedrío’ no estaba registrada en las mentes de aquellos ‘milicos’ despiadados y menos en la del general, quien intentaba traer a Chile una especie de gobierno Hitleriano a costa del bienestar del pueblo, sirviéndose de él. Las opciones sexuales en aquellos tiempos no eran, valga la redundancia, opciones; sino que se debía ser heterosexual o de otra manera no contabas como parte de la sociedad y eras tratado como la peor escoria que pisara la tierra.

A mi parecer, esto también tuvo que ver con que Carlos no quisiera ser nada mas que amigo de La Loca, pues en la obra en partes se infería que Carlos también la quería, pero tal vez por el miedo a que lo vieran como a un homosexual y que lo discriminaran tuvo que ver con no

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