Tengo Miedo Torero

Tengo miedo torero-Pedro Lemebel

Esta historia se sitúa en el año 1986, el año del atentado que sufre Pinochet

Nos relata la historia de amor entre La Loca Del Frente un gay de 50 años aproximadamente y Carlos un joven perteneciente al Frente Patriótico Manuel Rodríguez que va a participar en la acción. También se cuenta sobre la relación entre Pinochet y doña Lucia, un dictador que tiene que lidiar en su intimidad todos los días con sus fantasmas y pesadillas.

Comenzaba la primavera en el Santiago del 86’ año marcado por el fuego de neumáticos humeando en las calles de Santiago, las noches con esos gritos del “Y va a caer” y los ecos radiales del “Diario Cooperativa”.

Así es como la Loca Del Frente relata su historia de amor, cuando llego a esa casita flacuchenta de la esquina, cuando todas las viejas copuchentas hablaban sobre ella por escuchar esas canciones tan pasadas de moda. Todas se juntaban en el negocio de la esquina para hablar de todo el mundo, pero que viejas más copuchentas pero a la hora de interrogatorios son unas tumbas. Ese negocio hay donde se cruza con aquel muchacho universitario que le pidió el favor de guardarle unas cajas con unos libros, y que no se que, ella solo pensaba en los lindos ojos del muchacho…en los ojos de Carlos parece que así se llamaba.

Así comenzaron a llegar y llegar cajas y mas cajas, pero a ella no le importaba le servían como muebles, para adornar el gran vació de esa casita flacuchenta, luego las juntas en su altillo y Carlos como siempre excusándose es que son mis amigos no tenemos donde estudiar, tu eres tan comprensiva y la terminaba convenciendo con esos ojos que la volvían loca.

La Lupe, La Fabiola y La Rana sus únicas amigas, mariconas como ella, la habían ido a visitar para conocer al misterioso chico que la tenia vuelta loca, pero al momento que veía que se acercaba la hora para que llegaran los amigos de Carlos ella las echaba diciéndole, espantarán a los amigos de Carlos ya váyanse. Vamonos mejor antes de que lleguen los hombres de la señora y asi era como se marchaban después de una calida tarde de puchos y café’s

En esas largas noches en las cuales Carlos tenia q entretener a la Loca del Frente para que no subiera al altillo a molestan a sus compañeros con su buena cortesía ofreciendo el cafecito, fue como ella le contó sobre su vida, sobre su familia que no existía…

Ese rencor que guardaba contra su padre por abusar de él, por decir que era un castigo que le había dejado su madre al morir, por tratar de meterlo a la fuerza al Servicio Militar y avergonzarse de él por su condición sexual. Ella arranco a los 18 años de su casa para librarse del Servicio Militar desde entonces q no sabia nada mas de su padre.

La primavera se podía oler por todos lados y mientras Santiago ardía por los neumáticos quemados y los ruidos eran insoportables por las infinidades de protestas, Pinochet partía a su casa en el Cajón del Maipo con toda su caravana.

Muy de mañana un auto se detuvo en la puerta de la casa de la loca del frente, y unos golpes muy bruscos amedrentaron su dulce sueño, al abrir, Carlos acompañado de dos amigos junto a un cilindro enorme la esperaban en la puerta, los amigos subiéndolo por las escaleras y como siempre el infaltable después te explico de Carlos lo dejaron y se marcharon.

Horas después Carlos regresa para pedirle disculpas por lo ocurrido, y la invita a un paseo al Cajón del maipo con el pretexto de hacer un trabajo sobre botánica, la Loca no podía creerlo, estaba apunto de explotar de la felicidad, y se imagino en esos típicos cuadros de “La Casita En La Pradera” ella con un vestido de ruedo gigante sentada en el pasto rodeada de flores y cosas cursis que se le vinieron a la mente.

Preparo un pollo, huevos duros y ese mantel divino bordado de pájaros y angelitos que estaba haciendo para Doña Catita la señora del General Ortúzar, no le importo lo mas mínimo que fuera un trabajo tan delicado que ya estaba a punto de entregar nada arruinaría su picnic con Carlos.

Casi no durmió la noche entera dando vueltas y excitada por la emoción, cuando llego Carlos al otro día estaba tan animada que casi se le olvida su sombrero amarillo con la cinta a lunares blancos y esos guantes también de color amarillo con puntitos blancos, se sentía tan cómoda en al auto junto a Carlos que en ese momento todo estaba bien, después, rumbo a la cordillera todo se iba tornando mas verde, y Carlos mas divertido que nunca, Carlos baja la velocidad. Carlos esto. Carlos esto otro.

Y en ese momento aparece un control policial, entonces Carlos se puso serio, varios militares controlaban el camino haciéndoles señas para que se subieran a la berma, en ese momento Carlos le pidió a la Loca que se colocara el sombrero, ella no comprendía y el se excuso que era para que se viera como una dama elegante.

Luego que los militantes revisaran los documentos de Carlos, y notaran que todo estaba bien le ordenaron seguir adelante, gritándoles un: “Feliz luna de miel maricones”.

Cuando ya habían avanzado unos kilómetros el se estaba mas tranquilo y volvió a sonreír luego pararon en un barranco, cosa que a la loca le pareció extraño y Carlos le respondió que ahí estaba lo que necesitaba para su trabajo de botánica.

Entonces ella se bajo del auto y arreglo todo para el picnic de mas tarde, empezó a imaginarse en un estudio de fotografía y comenzó hacer poses, cuando de repente Carlos le dice estas perfecta quédate así no te muevas y ella le decía pero dame mi sombrero amarillo lo quiero, después que me entregues el sombrero me sacas la

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