"Un cuento de dos ciudades" Dickens
Enviado por rmoreno • 29 de Julio de 2013 • 883 Palabras (4 Páginas) • 505 Visitas
La historia comienza en los últimos años del siglo XVII, cuando están empezando a germinar los brotes de la Revolución Francesa. En medio de tremendas injusticias y abusos por parte de la nobleza, los campesinos y artesanos toman buena nota de las injurias, conocedores de que el tiempo de la venganza está cerca.
Una de estas víctimas inocentes es el doctor Manette, al que un noble manda encarcelar durante años en una de las oscuras celdas de la Bastilla hasta convertirse en un símbolo de la opresión soportada por el pueblo de Francia.
Cuando al fin recupera la libertad, el doctor Manette viaja a Londres donde su hermosa hija Lucía intentará hacerle olvidar todas sus penurias.
Cuando Lucía contrae matrimonio con un apuesto joven y la vida parece sonreírles, en París estalla la revolución con una inusitada violencia y la familia Manette se verá obligada a viajar a Francia donde los fantasmas del pasado les deparan una desagradable sorpresa.
Considerada un clásico de la literatura inglesa del siglo XIX, trata paralelamente las realidades de Inglaterra y de la Francia revolucionaria.
Dickens toma como punto de referencia la revolución francesa para mostrar los problemas sociales y políticos de Inglaterra, ya que temía que la historia se repitiera en su país natal cuando él escribía esta novela.
Aquí, Inglaterra se presenta como la confianza, la tranquilidad, el futuro asegurado, mientras que Francia se vuelve más y más peligrosa a medida que avanza el relato. Los actos de violencia realizados por el pueblo francés están dentro de las escenas más memorables del libro.
Dickens, en el libro, describe dos ciudades, una que entendía y conocía y la otra que no entendía ni conocía. Lo notable es que su descripción sobre la que no conocía es casi mejor que la que sí conocía.
Historia de dos ciudades es la historia pero con el sentimiento agregado, es el relato que te atrapa y te sumerge en los hechos revolucionarios de Francia en el siglo XVIII.
La mirada lúcida de Dickens describe admirablemente ambientes, caracteres de la época y el país sobre que se escribe. No alcanza, sin embargo, a comprender el significado profundo y la importancia del proceso del que se ha convertido en intermediario.
El terror se le impone, y ante la sangre caóticamente derramada retrocede y rechaza. Su visión de la insurrección de las masas es apocalíptica y, en definitiva, condenatoria.
Dickens logra en su obra retratos graves y emotivos sobre las injusticias descargadas sobre el pueblo inerme en el anterior régimen feudal.
Su bondad y generosidad se vuelcan sobre las tragedias y las humillaciones personales, condenando el orden derrocado, sus lujos vanos levantados sobre el nombre de los siervos, su ausencia de humanidad y fraternidad.
"Todas las referencias sobre el pueblo francés, antes y durante la revolución, están
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