Universidad Nacional Abierta Dirección de Investigaciones y Postgrado Maestría en Ciencias de la Educación

Universidad Nacional Abierta Dirección de Investigaciones y Postgrado 
Maestría en Ciencias de la Educación
Mención Administración Educativa

Centro Local Monagas

“Liderazgo directivo y desempeño laboral de los docentes”.

   Curso: (975) Investigación I

   Facilitador: Doctora Bisneida                 Josefina de Hernández.

  Participante: Lic. Carolain Nava

C.I: V-13896823

Maturín, 12 de Marzo de 2017

INTRODUCCION

El reconocimiento y atención generado en torno al recurso humano además de su administración, actualmente adquiere importancia en las organizaciones, pues hace necesario como requerimiento en las instituciones educativas la presencia de un directivo con características de líder a fin de garantizar condiciones favorables en el entorno de trabajo, garantice el logro de los objetivos de los centros educativos.

En ese sentido, la excelente conducción del proceso educativo esta inevitablemente vinculada al estilo de liderazgo que posean los directivos de las instituciones educativas, pues son el vínculo u obstáculo para el funcionamiento adecuado, factor de distinción e influencia en el comportamiento de quienes la integran; por tanto, su conocimiento proporciona un estímulo en los procesos para promover la educación; esto, permite además, introducir cambios planificados tanto en las conductas de los miembros y satisfacción como en la estructura organizacional.

En efecto, las organizaciones en el contexto global afrontan continuos cambios para responder ciertas exigencias del entorno, de esa manera el rendimiento humano es indispensable para el funcionamiento de la institución, por ello las acciones del líder corresponden estar dirigidas específicamente a la gestión del recurso humano como estrategia fundamental para el éxito.

En ese orden de ideas, la inquietud en cómo debe ser y actuar el directivo, cuáles deben ser las características personales – profesionales que le configuran, son interrogantes que aún permanecen abiertas. Sea cual fuere el perfil del docente como profesional de la educación, así como sus competencias y funciones, ocupan constantemente la teoría – práctica educativa.

En consecuencia, el éxito institucional es imposible sin excelencia individual, pues es requerida especialmente en puestos gerenciales,

demanda mucho más que competencia técnica, requiere un sofisticado tipo de destreza social: Liderazgo, que lo capacite para movilizar grupos de personas a fin de lograr importantes objetivos a pesar de los obstáculos; unir a la gente en la persecución de un propósito significativo a pesar de las fuerzas que lo separan; en definitiva, mantener las organizaciones educativas libres de la mediocridad caracterizada por conflictos burocráticos, además de luchas de poder.

Con base a lo expuesto, corresponde al directivo ser líder, capaz de utilizar técnicas administrativas para alcanzar metas institucionales, como la habilidad de resolver problemas en el menor tiempo posible, en diferentes circunstancias, además poseer habilidades administrativas, técnicas, humanas y conceptuales para actuar acertadamente. De igual manera, corresponde al docente en su desempeño ejercer un rol integral, donde converjan competencias como promotor social, promotor de experiencias e investigador, lo cual tiene por objeto el estudio del hecho educativo, donde se integren factores humanos, psicológicos, sociales, culturales, religiosos, entre otros, que permita al docente ejercer su labor con efectividad.

En ese orden de ideas, la inquietud en cómo debe ser y actuar el directivo, cuáles deben ser las características personales – profesionales que le configuran como profesional son interrogantes aun abiertas. Sea cual fuere el perfil del docente como profesional de la educación, así como sus funciones, ocupan constantemente la teoría – práctica educativa. En consecuencia, el éxito institucional es imposible sin excelencia individual, requerida especialmente en puestos directivos, el cual demanda mucho más competencia técnica; requiere un tipo de destreza social: liderazgo, capacitándolo para movilizar grupos de personas, lograr importantes objetivos a pesar de los obstáculos, unir a la gente en la persecución de un propósito significativo a pesar de las fuerzas que lo separan; en definitiva, mantener las organizaciones educativas libres de la mediocridad caracterizada por conflictos burocráticos y luchas de poder.

En ese mismo sentido, para que el docente se desempeñe como facilitador efectivo en el contexto educativo, es propio sostener una formación y actualización constante con el propósito de desenvolverse efectivamente en tan importante rol. En tal sentido, es necesario evaluar el docente permanentemente a través de la auto reflexión, autoconocimiento para mejorar su perspectiva del hecho educativo; así como también, a través del compromiso asumido, comprender situaciones diversas en la que constantemente se encuentra inmerso.

Por tanto, es relevante la actualización del profesional que ejercen la función docente, pues este proceso aporta herramientas necesarias para que pueda canalizar efectivamente los intereses, saberes y requerimientos del estudiante; de esta forma, una vez promovidos, se encuentren en capacidad de enfrentar las exigencias de la sociedad moderna. De esta manera, a través de la actualización, está en condiciones de afianzar, enriquecer conocimientos, además de modificar, reemplazar, reedificar factores de conocimiento que representan debilidades en el aprendizaje del estudiante, las cuales una vez reconocidas podrá rectificarlas en pro de optimizar su función como facilitador.

Por lo planteado anteriormente, es evidente que dentro de las instituciones educativas, de carácter tanto público como privado, el desempeño laboral del docente que las conforman, constituyen el recurso fundamental para el logro de los objetivos propuestos. Por ende, las cualidades, talentos y potencialidades del recurso humano, son la fortaleza más resaltante en el ámbito institucional, más aun, si se trata de recintos académicos donde el propósito primordial representa egresar estudiantes de calidad, capaces y preparados para ingresar al sistema educativo del país.

En ese mismo orden de ideas, puede afirmarse entonces, es el docente en su desempeño quien coadyuva al logro de objetivos en las instituciones educativas, orientando el complejo proceso formativo de niños, niñas y adolescentes en situación de aprendizaje; es decir, formar la generación de relevo en la prosecución educativa que requiere la sociedad de hoy. Sin embargo, son los roles del docente y sus competencias, esto permite llevar a cabo su labor de formación académica de excelencia; es su comportamiento manifiesto en actitudes y aptitudes, además del compromiso educativo En consecuencia, el desempeño docente se convierte en procedimiento estructural, sistemático, el cual es medido y evaluado sobre particularidades del conocimiento, comportamientos, resultados relacionados con el avance del estudiante, con el fin de descubrir en qué medida es productivo el educador; además, si podrá mejorar su rendimiento futuro. De ese modo, la función del docente es compatible con la aplicación de conocimientos teórico – práctico aportados por las diferentes asignaturas que conforman la enseñanza del educador; en ese sentido, el docente desempeña un papel de líder natural, donde su mayor responsabilidad la tiene ante el grupo de estudiantes que conforman los cursos a su cargo; además, es imprescindible ser reconocido, aceptado; igualmente, el rol del docente, diseñado, organizada y desarrollada, es el incentivo pedagógico en el contexto de la institución en la cual se desenvuelve.

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