Visón de Anahuac

Visón de Anahuac; es un breve ensayo sobre como veían la ciudad de México en aquella época, tal y como la encontraron los conquistadores españoles. La sensibilidad con la que esta descrito este libro es muy extensa ya que muestra detalladamente de lo sucedido en aquel gran hallazgo.

Gracias a este y a otros libros, podremos interpretar como sucedió la conquista de Tenochtitlan. En su calidad de texto pareciera responder mas a los intereses de un poeta delirante, acosado por ampliar un trazo de esa vasta “pintura de civilizaciones”. El famoso texto de Alfonso Reye, escrito durante su larga estancia en Europa, en uno de los momentos más productivos, según revelan sus biógrafos, fusión con partícula fuerza tanto el sentido poético de este.

Este libro dedicado a uno de los momentos estelares de la historia de México; Hernán cortes llega al valle de Anahuac, en compañía de sus hombres aguerridos, luego de que partiera de puerto de santiago de cuba el 18 de noviembre de 1518, autorizado meses antes por Diego Velazquez, gobernador de la isla con quien entro mas tarde en conflicto por asuntos de poder. Cortes decidió emprender un tercer viaje, cuyo objetivo era la exploración de nuevas tierras mexicanas.

En abril del año diecinueve, siglo XVI, los expedicionarios moldearon con sus huellas el barro de San Juan de Ulúa y el grave Cortés recibió a los mensajeros del emperador Moctezuma, ataviados con inusuales y ricos presentes, mientras éste exhibía como trofeo a su bella amante e intérprete, la nativa maya Malintzin, natural de Tabasco. Desde entonces la visión del continente americano tomó otra luz acaso densificada por el asombro del ojo permeado en otros ámbitos.

Es una evocación artística de la imagen de la antigua ciudad de México o Tenochtitlán tal como apareció en 1519 a los ojos de los conquistadores españoles. Fue una constante incitación a abrir nuestras puertas interiores, que de manera tan persistente nos han impedido a los mexicanos la comunicación de nuestra intimidad a la que sólo consentimos que se manifieste en explosiones. Su prosa es todavía la más flexible y rica dentro de la lengua española, en una modalidad inconfundiblemente mexicana. Su obra nos aclara y nos ilumina porque es la expresión de un hombre de espíritu armonioso. 

Desde España, país invadido por turcos y moros, que abrió las puertas de sus cárceles a muchos maleantes y caballeros de poco fiar con el fin de ofrecerles el perdón si emprendían rutas marinas hacia lugares inimaginados, a la busca de tierras y riquezas en nombre de la Corona, decide Alfonso Reyes volver su vista atrás, con el interés de aprehender y recrear, bajo el velo poético de su palabra desbordante, no ajena a la vitalidad sensorial que acapara por entero el movimiento y la forma del cuadro.

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