Los coros tradicionales en Bulgaria.
Enviado por rokonauta • 16 de Mayo de 2016 • Síntesis • 2.579 Palabras (11 Páginas) • 468 Visitas
MÚSICA TRADICIONAL EN BULGARIA:
LOS COROS FEMENINOS
Gorka Gómez Clemente
Conservatorio Profesional de Zaragoza
ÍNDICE
Introducción…………………………………………………………………3
¿Cómo surgen los coros femeninos en Bulgaria?............3
¿Cómo y cuándo se comercializaron estos coros en occidente?.......................................................................5
El lugar de la música coral búlgara hoy………..………………7
World music vs música contemporánea……………………….8
Conclusión……………………………………………………………………8
Introducción
La música de Bulgaria es conocida normalmente en el mundo por sus maravillosos coros femeninos. Sin embargo esta música no siempre fue la música tradicional de este país, y hasta hoy no es considerada así dentro del mismo.
Mi encuentro con esta música ha sido a través de la televisión, en programas americanos e ingleses que mostraban coros de mujeres con trajes tradicionales interpretando una música extraordinaria. El aparente origen de esta música era muy claro: era música que venía de una tradición ancestral búlgara y que se popularizó en el resto del mundo con la globalización y el boom mercadotécnico de la world music. Pero no es tan sencillo; como en muchos casos fuera de las corrientes musicales principales, para las personas que no son especialistas, es muy difícil saber qué y quién es lo que están escuchando o interpretando.
En este ensayo hablaré del surgimiento de esta tradición coral y de su popularización en occidente y haré un análisis breve del papel de esta música hoy en el ámbito de la world music y de la música contemporánea.
¿Cómo surgen los coros femeninos en Bulgaria?
Bulgaria es un país con una gran tradición musical. El propio mito griego de Orfeo dice que éste venía de Tracia, región que hoy forma parte del territorio búlgaro. Debido a la influencia de la cultura eslava, la otomana y la turca, cada región del país tiene una música propia. El estudio de la música tradicional búlgara y de sus canciones folkóricas empezó desde la segunda mitad del siglo XIX, la música atraía a los etnomusicólogos por sus ritmos complicados, sus modos poco usuales, sus registros limitados, y por el tipo de canto tan especial. Los estudiosos viajaban a las diferentes regiones del país recopilando textos, melodías y cualquier material que podían pues el acceso a la música impresa era prácticamente nulo y las grabaciones también.[1]
Sin embargo, el pronunciado interés internacional se debe al fenómeno que surgió en la Bulgaria socialista en la segunda mitad del siglo XX . En la década de los cincuenta el compositor Filip Koutev se dedicó a recopilar canciones tradicionales de aldeas y arreglarlas a cuatro o más voces en la armonía occidental pero conservando la emisión de voz de garganta de la música tradicional de los pueblos y aldeas.[2] Koutev también reclutó cantantes para formar un ensamble que cantara estas canciones. Las cantantes eran mujeres porque la tradición del canto en Bulgaria está mayoritariamente ligada a las mujeres. Las canciones de trabajo y de ritual eran casi exclusivamente cantadas por mujeres, a demás de que debido a la emigración de los hombres de las aldeas a las ciudades, las mujeres eran consideradas las portadoras y responsables de conservar las tradiciones y la cultura.[3]
Sin embargo, la música coral como cual no era un género de música tradicional específico de ninguna región del país, a pesar de que en algunas regiones como Pirin o Svogen en el centro del país existían las canciones polifónicas, solamente se cantaban a dos o máximo tres partes y no necesariamente en coro.[4]
También en esta década las mujeres eran reclutadas de las aldeas para otros tipos de labores industriales y de agricultura. Muchas familias se negaron a dejar ir a sus hijas porque era mal visto que una mujer cantara por dinero, pero muchas otras familias dejaron que sus hijas fueran reclutadas para los coros. Pronto después del coro de Koutev, conocido como el Coro Femenino de la Televisión del estado búgaro (The Bulgarian State Television Female Vocal Choir) surgieron otros ensambles como el Ensamble de Canciones Folklóricas de la Radio y Televisión del Estado Búlgaro (The Bulgarian State Radio and Television Ensamble for folk songs) y con el establecimiento de Bulgaria como nación socialista ser cantante se volvió una profesión aceptada y la competencia por entrar a los coros aumentó.
Este fenómeno fue contemporáneo a una institucionalización de los estilos musicales por medio del establecimiento de una cadena de administración cultural hegemónica creada por instituciones políticas como el Instituto de Musicología y el Folklore en la Academia de Ciencias. Estas instituciones establecían los estándares nacionales por medio de los cuales las formas culturales eran “estética” y “socialmente” de valor para la sociedad búlgara[5]. Lo tradicional fue reformado en oficial, moderno, simbólico, neotradicional y representativo del estado social búlgaro. Esta nueva tradición musical fue apoyada y patrocinada por el estado en muchos niveles, desde grabaciones, estudios, pagos a los compositores, directores y arreglistas hasta crear Instituciones educativas para enseñar a cantar en ensambles. Con la formación de los coros, se unieron por primera vez cantantes de todo el país a cantar la misma música en lugar de que cada cantante cantara la música de su región. Sin embargo había una contradicción entre la tipificación de Bulgaria como una nación mono-étnica y la realidad multi-étnica del país por lo cual la música coral no fue del todo aceptada, ni lo es hasta la fecha.
Los coros funcionaban de la siguiente manera: las cantantes cantaban sus propias canciones y los compositores las arreglaban a cuatro o más partes, los promotores y los compositores recibían las regalías y las cantantes tenían un sueldo fijo como empleado del estado. En ningún momento se reconocieron las aportaciones de repertorio de ninguna de las cantantes.
Fue también en la década de los cincuenta que el ingeniero y etnomusicólogo suizo Marcel Cellier viajó a Bulgaria en búsqueda de música tradicional que pudiera grabar y se encontró con estos ensambles maravillosos, que eran cada vez más profesionales y que interpretaban una música exctraoirdinaria, casi mística para los oídos occidentales. Cellier pudo grabar los coros y en 1975 público una serie con sus mejores grabaciones bajo el título Le Mystère des Voix Bulgares 1. [6] Este fue el principio de un frenesí mercadotécnico y de una gran difusión de la música vocal búlgara que coincidió con el boom global de la world music.
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