¡AH QUE MUERTE TAN VIVA!
Enviado por Marquinhos Cruzao • 17 de Abril de 2016 • Apuntes • 952 Palabras (4 Páginas) • 4.094 Visitas
¡AH QUE MUERTE TAN VIVA!
Personajes:
El Viejito (velador)
Señora (viuda)
Primitivo (difunto)
Calaverita (Hijo de primitivo)
INICIO:
El viejito va de salida del panteón y se topa con la señora viuda.
Viejito: ¡Aaaayyyy, Dios mío, Santo Dios, Santa María! (Se arrodilla).
Señora: ¡Ay Dios mío! ¡Qué susto me dio!
Viejito: ¡No, no, no, no! ¡El susto me lo dio usted! Yo pensé que era el difunto.
Señora: Que difunto ni que nada, ¿Por qué trae mis cosas?
Viejito: Mire, mire, mire, momento, ya vamos a cerrar el panteón y ando haciendo mis rondas y al pasar por este lado del panteón andabas unos muchachos por aquí; que voy llegando y que veo que agarran las cosas y se echan a correr, y hay voy tras ellos y, ¡tómala! Que los agarro y, ¿sabe qué? Ellos nunca pensaban que aquí, pues en este panteón esta ¡supeeeeeeeeeeer… viejito!
Señora: Oiga, ¿vino a ver un muerto o qué?
Viejito: ¿Qué?
Señora: Que si vino a ver al muerto.
Viejito: No señora, no; yo los veo todos los días, yo los entierro y también cuido al panteón ya lo vamos a cerrar, eh.
Señora: Oiga, pues que chambita más fea se consiguió, eh.
Viejito: Ni se crea, tiene sus cosas agradables, mire los inquilinos nunca se quejan, la zona es tranquila y aunque las flores suban de precio, yo las tengo siempre frescas en mi casa. Oiga, ¿y quién era el muertito?
Señora: Era mi marido, se llamaba Primitivo.
Viejito: ¿Cómo se llamaba?
Señora: ¡Primitivo!
Viejito: Pues, no era muy bien parecido el señor.
Señora: Ah, que tiene, pero tenía harta personalidad. Cantaba muy bonito.
Viejito: Oiga, no se vaya a enojar, ya que estamos aquí, ¿de qué se murió su marido?
Señora: Por comer sandia.
Viejito: Ah chingao, chingao. Pues ¿Qué se la comió entera sin masticarla, o qué?
Señora: No como será.
Viejito: Como le ha de a ver quedado el ojo.
Señora: Lo que pasa es que andaba bien crudo y se la comió fría en rebanadas en el desayuno; y empezó con un chorro.
Viejito: ¡Ay Dios Santo! Pues yo pensé que era puro mito eso de andar comiendo sandia cuando uno anda en el agua.
Señora: No, mire, esta es la prueba fehaciente.
Viejito: ¡Ay pobrecito su marido!
Señora: Oiga, y apoco hace ratito, ¿si pensó que era un difunto?
Viejito: Como cree, como cree.
Señora: Pues pego un gritote.
Viejito: Lo que pasa es que me agarro desprevenido.
Señora: Lo que pasa, es que lo pesque comiéndose lo que le traje a mi marido.
Viejito: Total, su marido ni se lo va a comer, además, yo le hago compañía aquí en el panteón todo el año, pues que se moche.
(Agarra cosas que están en la tumba).
Señora: Mire, mire, mire, traiga para acá. (Lo persigue)
Viejito: Aquí se le va a echar a perder todo, se lo van a venir a comer los animales.
Señora: Que no ve que es para los difuntos.
Viejito: Pero ellos no lo disfrutan, mejor vamos a comérnoslo usted y yo.
Señora: Le van a venir a jalas las patas en la noche.
Viejito: Que me vengan a jalar otra cosa. Oh, ya se, ya se, mire no se enoje regáleme una calaverita.
Señora: Calaverita es usted. Ya sé lo que le voy a dar (saca de la bolsa un plátano y se lo enseña).
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