El proceso.
Enviado por juanhrz • 24 de Mayo de 2016 • Síntesis • 458 Palabras (2 Páginas) • 175 Visitas
Esta pelicula, tiene lugar en una localidad no especifica, comprende la narracion de un empleado timido, que vive la mas atros pesadilla de un sueño sin fin., mientras una madrugada ve interrumpido el sueño por unos policias, los cuales le informan que esta detenido e involucrado en un proceso judicial, sin ninguna acusacion explicita, sin delito y sin arresto preventivo, el abogado Anthony Perkins asume la defensa de este hombre, pero desiste ante la falta de probarse, esa lucha perdida entre el protagonista inocente y un superior que domina su pesimo destino.
El autor muestra su narrativo barroco, con espacios exhuberantes, claustrofobicos y tenebrosos, creando una atmosfera gris de un poder caotico e impugne,“En la representación o simulacro de proceso que solemos llamar vida humana, no hay jueces, no hay acusados, ni mucho menos inocentes y culpables, sólo hay verdugos.
Tambien se puede observar un proceso misterioso, inseguro y con un prisionero desesperanzado, donde no se tiene aceso o se conoce un juez o a un Magistrado y donde por lo menos mantienen bajo llave a un simple acusado.
En la narracion se observa la dimension de un año, de tragedia, una interpretacion y un toque magistral fundado en una lucha por conocer la verdad, en la parte escenica se alcanza a deslumbrar la escaces economica y los decorados enmarcan la falta de recursos.
Se resalta el poder y la critica al sistema judicial, al concepto de justicia el hombre actual y la perdida de identidad, este hombre nos lleva a tener una vision angustiosa y opresiva llegando plenamente al espectador.
Kafka muestra en esta obra como un dia al guien es acusado de algo que nunca se supo, pero lo cierto es que no importa lo que haga y cuanto haga, por que el autor trata de representar esa atmosfera que solo un autor de esta talla puede representarla., y sobre todo que halla alcanzado estimular al espectador con la literatura
Acusado de un delito que desconoce y que nadie parece querer revelarle, el procesado no puede evitar considerar que tal vez sí haya hecho algo, que a fin de cuentas sí sea culpable. El sentido común se recompone y, con furia, no acepta este sometimiento, intenta revocar la sentencia. Todo aquel al que acude, todo aquel que acaba conociendo su desdichado destino, le presta una solícita ayuda, una comprensión tierna e infinita, pero algo en sus gestos les delata: no confían en realidad en la reversibilidad del proceso. Así, en esa suerte de escalera hacia el cadalso que es la travesía del Sr. K., cada uno de sus escalones (los compañeros de oficina, la súbitamente interesada vecina, la criada del abogado) cumplen la misma y ejecutoria función.
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