GRAN TORINO

EL GRAN TORINO

1.- Ordenar las imágenes: (En vertical de izquierda a derecha)

1) Es la séptima escena. El padre Janovich está confesando a Walk. Éste después de diez años atormentado por sus crímenes, le cuenta al padre todos sus remordimientos. Dice que le fue infiel a su mujer una vez, pero que sólo fue un beso y que no sabe por qué lo hizo. Su segundo pecado era haber vendido una barca y un motor y no haber pagado los impuestos, que según él, era como robar. Por último confiesa no conocer a sus hijos. Da a entender que no les presta atención y que se cree un mal padre. El padre Janovich lo único que hace es mandarle rezar diez avemarías y diez padrenuestros.

2) Es la octava escena. El cura había llevado a una patrulla de policías a la casa del primo de Tao, para que éstos detuviesen la masacre que creía que allí se produciría. Al final, los policías le dicen que se tienen que ir, que eran órdenes de un superior, y que el padre debía avandonar el lugar con ellos.

3) Es la quinta escena. Luego de que el padre Janovich llevara a Shu al hospital, ya que fue violada por uno de los de la banda de su primo, acude a casa del Walk. Hablan sobre lo sucedido y el señor Kowalski confiesa tener ganas de asesinar a esos muchachos. Al final de la conversación, cuándo el padre le pregunta “¿Y qué va a hacer señor Kowalski?”, éste le responde: “Llámame Walk”. Desde ese momento el párroco deja de tutear al señor.

4) Es la sexta escena. El señor Kowalski acude a la iglesia y le pide al párroco que lo confiese. Janovich se preocupa porque piensa que ha hecho algo malo o que tiene intención de hacerlo, pero acepta.

5) Es la cuarta escena. Luego de que Walk espantase la banda del primo de Shu y Tao, el padre Janovich acude a su casa a reprocharle no haber llamado a la policía, ya que dice que podría haber matado a alguién. Al señor Kowalski parece no importarle lo que dice, y el cura sigue insistiendo en que se confiese.

6) Es la segunda escena. El párroco pide al Walk que se confiese, ya que su mujer, antes de morir, le había encargado que lo cuidase. El hombre dice que no le importa la iglesia.

7) Es la tercera escena. El párroco Janovich acude a un bar en busca del señor Kowalski y charlan sobre qué es para cada uno la vida y la muerte. Wakl le cide al cura que él no tiene ni idea de lo que es la muerte.

8) Es la primera o la última escena. Si es la primera, es el inicio de la película, dónde el padre Janovich está dando el sermón en el entierro de la mujer de Walk. Si es la última, es el final de la película, donde el párroco está rememorando todo lo que él había vivido con el señor Kowalski, ya que ese, era el momento de su entierro.

La relación entre el señor Kowalski y el padre Janovich va cambiando a lo largo de la película. Al principio, el señor siente un gran rechazo y odio hacia la iglesia, pero al final, por diversas situaciones que vive, acaba cumpliendo una de las voluntades de su mujer antes de morir, que era que se confesase, y además, en su herencia, deja su casa a la iglesia.

2.1- Contrastar las figuras de: Saulo y el señor Kowalski.

2.2- Resume lo que dice Lucas en el libro de los Hechos de los Apóstoles 9.

2.3- Incluye dos nombres con biografías a la lista de conversiones.

Habla sobre que Jesús se le apareció a uno de sus discípulos al cuál le pidió ir en busca de un hombre llamado Saulo, para que lo llevase al buen camino. Saulo castigaba a todas las personas que creyesen en Jesús, pero una vez Ananías le tocó, el hombre recobró la vista y se combirtió en uno de los discípulos de Cristo. Cuándo sus jefes se enteraron de lo sucedido, planearon matarle, pero ese plan llegó a oídos de los discípulos, los cuales protegieron a Saulo para que siguiese con vida. En este Hecho también se narran otros milagros como el de un paralítico que luego de diez años vuelve a andar, o el de una mujer que resucita de entre los muertos.

El señor Kowalski y Saulo tienen en común su transformación. Al principio, ambos rechazaban la fe cristiana, pero una iluminación que en el caso de Saulo fue un milagro producido por Ananías, y en el de Walk fue la aparición de Tao en su vida, hacen que estos dos hombres cambien su parecer. Al final, ambos se dedican completamente a la iglesia.

Fiódor Mijáilovich Dostoyevski (Moscú, 11 de noviembre de 1821 -San Petersburgo, 9 de febrero de 1881) es uno de los principales escritores de la Rusia Zarista, cuya literatura explora la psicología humana en el complejo contexto político, social y espiritual de la sociedad rusa del siglo XIX. Es considerado como uno de los más grandes escritores de occidente y de la literatura universal. Su obra, aunque escrita en el siglo XIX, refleja también al hombre y la sociedad contemporánea. Dostoyevski no siempre se dedicó a la literatura. Por decisión de su padre, se formó en la Escuela de Ingenieros Militares de San Petersburgo. Su fascinación por la literatura surgió tras la muerte de su padre y su graduación. La primera obra de cuya publicación se tiene constancia fue Pobres gentes, publicada a comienzos de 1846 en formato epistolar, que recibió una buena respuesta por parte del público y la crítica. A esta obra le siguió El doble que, al igual que otros trece esbozos escritos por Dostoyevski en los tres años siguientes, centró su atención en la situación de los pobres y desheredados, en las humillaciones de las que eran objeto y sus reacciones ante ellas. Dostoyevski tomó como materia prima de sus obras las preocupaciones que tenía con respecto al futuro de la humanidad y las injusticias sociales de su época. La mayoría de sus novelas se centra en la condición humana y trata temas como la pobreza (Pobre gente, Humillados y ofendidos, Stepánchikovo y sus habitantes); las penumbras fantásticas (El doble); las relaciones amorosas (Noches blancas); o el amor, el egoísmo y la autopurificación por medio del sufrimiento (Niétochka Nezvánova). El escritor recurre al realismo psicológico y abarca áreas de la psicología, la filosofía y laética.

Tatiana Goricheva nació en Leningrado en 1947. En su escuela soviética sólo le fomentaron las cualidades externas y competitivas, y, como no, el ateísmo radical. Así, se reforzó hasta el límite su orgullo personal; su meta: ser más inteligente, más capaz y más fuerte que los demás. Nadie le dijo que el valor supremo no está en superar a otros, sino en amarlos. Durante el día, era el orgullo de la Facultad de Filosofía, trataba con intelectuales, asistía a conferencias

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