Musica
Enviado por lizzy_juarez • 14 de Diciembre de 2014 • Tesis • 1.838 Palabras (8 Páginas) • 146 Visitas
I. CARACTERIZACIÓN
La música está aquí todos los días, entre nosotros, pero tardamos en
abarcarla y comprenderla. No hablemos de la historia tradicional, que hasta
hoy es una historia fragmentaria de la música superior; no hablemos de
una filosofía de la música, ni de realizar especulaciones acústicas, ni de
métodos pedagógicos, ni de la sociología de la interrelación, ni de las técnicas...
Conviene que demos otras vueltas a la música; muchas vueltas, a ver
si mirando bien hallamos algo que merezca consideración en la música
misma. 259
166 LOS ORÍGENES DEL TANGO ARGENTINO
1) Nombres
Hay muchas clases de música y pocas palabras de valor general para
distinguirlas con la precisión que requiere el estudio ilimitado.
El concepto “música superior” se refiere a la altura del pensamiento,
a la hondura del sentimiento y a la maestría de la técnica; alude principalmente
a las grandes formas y evoca por asociación las altas clases sociales.
La expresión “música culta” se relaciona con el esfuerzo de los estudios e
indica también una jerarquía elevada con el énfasis en la técnica. Comúnmente
la música culta generalizada suele llamarse “música clásica”, en un
sentido general que incluye un nexo con la idea de “modelo perdurable”,
digno de la historia.
Las expresiones “música moderna”, “música actual”, “música del porvenir”
y “nueva música”, son cronológicas; se asocian en su momento con
las concepciones más recientes y es clara su alusión a los grupos técnica y
sensorialmente más avanzados. En resumen, las ideas “superior-culta-clásica-
moderna-actual-nueva” conciernen directamente a la música conceptual
y técnicamente más avanzada y aluden al grupo de realizadores y aficionados
de élite y al grupo social adinerado (entendido o no) que apoya y
costea los últimos movimientos superiores y otros movimientos culminantes
de la historia. En todo caso, alto nivel.
A estas especificaciones de nivel elevado se opone la expresión
“música popular”.
La voz “popular” es múltiple, pero en casi todas sus acepciones se
relaciona con las clases sociales medias e inferiores y hasta con los grupos
rurales o folklóricos. Desde que se contrapone a las clases cultas, alude a
los grupos semi letrados e iletrados comunes, llanos, no cultivados. En cas-
En la Segunda Conferencia Interamericana de Musicología –Universidad de Indiana,
abril de 1965– diserté sobre el tema Aculturación y Tradiciones Musicales en Sudamérica
y, a manera de complemento, dije palabras sobre un tema que me ha ocupado mucho
estos años: la música “media”, la música de todos, la “mesomúsica”. Charles Seeger, el
decano de los musicólogos americanos, presente en la sesión, me comunicó su propósito
de aceptar el nuevo término y su contenido. Su decisión se añade a la de varios
musicólogos hispanoamericanos que ya lo han adoptado.
Un extenso ensayo con el mismo título de “Mesomúsica” aparecerá en inglés en el
Yearbook, anuario del Inter-American Institute for Musical Research. Nos ha parecido oportuno
escoger algunos párrafos o capítulos de ese trabajo y publicarlos en castellano y
en Polifonía, mi vieja y dilecta revista.
Se trata nada más que de agrupar mentalmente productos musicales afines que oímos
todos los días, valuar su presencia y su influjo, iluminar sus caminos, examinar su
pasado, calcular su cifra atroz y darle un nombre al grupo. Se trata de distinguir y de
nombrar lo distinto para entendernos mejor.
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tellano, “popular” es, además, sinónimo de “plebeyo” (opuesto a hidalgo
o noble), y tanto “pueblo” como “plebe” equivalen ocasionalmente a “populacho”,
que sería “lo ínfimo de la plebe” (R.A.E.). Parece que las raíces
de “vulgo” y de “folk” son una misma.
Con frecuencia “popular” es voz despectiva, en el sentido de inferior.
En el orden musical indica ideas y técnicas mediocres y, si la intención es
peyorativa, sugiere medios o elementos de mínima calidad. “Música popular”,
en castellano (no en francés), significa también “música difundida”,
y es en este caso donde interviene esa desusada acepción de pueblo
que incluye a todos los habitantes de una región o país. Es la acepción política,
extraña a nuestros problemas.
La expresión “música popular”, en el sentido de “música difundida”,
no determina jerarquías. Cierta “música clásica” puede ser “popular”, es
decir, “difundida”. “La donna è mobile” es clásica y es popular, pero no es
mesomúsica; tampoco es mesomúsica la música folklórica, aun cuando suele
llamarse “música popular”, música del pueblo. Repetimos que la voz “popular”
carece de nitidez para los estudios musicológicos.
“Música vulgar”, si se refiere a la del “vulgo” define una música todavía
inferior a las otras: ordinaria, plebeya, baja, de técnica rudimentaria,
con el énfasis puesto en el mal gusto. En cambio “música ligera” señala un
carácter melódico agradable, una técnica media y géneros o especies simples.
“Música melódica” (desacertada expresión) se refiere a la “música
ligera” en un orden vocal menor, el del “cantante melódico”.
De todo lo antedicho se desprende que esta generalizada discriminación
empírica y tradicional distingue con más o menos vaguedad lo
siguiente:
a) Música superior. Las creaciones que se manifiesten en los niveles
artísticos más elevados: las experimentales, las de vanguardia y
las escuelas pasadas vigentes (modernas, centrales, clásicas o históricas),
todas en relación con la élite sensorial y con las clases superiores
(adineradas).
b) Música popular. Las creaciones menores fuertemente asociadas con
la vaga idea de “pueblo”: clases medias, clases bajas, clases menos
ilustradas y, por extensión de la voz “pueblo”, clases rurales, esto
es, grupos folklóricos.
c) Música ligera. No define con precisión un grado jerárquico sino
una selección de creaciones breves, entre superiores y populares,
expresivas, amenas, alegres, sentimentales. 260
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