Sinfonía fantástica

Sinfonía fantástica

La Sinfonía fantástica, es una sinfonía compuesta por Héctor Berlioz en 1830. El nombre bajo el que se la conoce habitualmente es, es en realidad: “de la vida de un artista”. Esta obra posee un argumento muy detallado. Por esta razón se dice que es un ejemplo de la música programática. La Sinfonía Fantástica consta de cinco movimientos: Sueños y pasiones, Un baile, Escena en el campo, La marcha del cadalso y el Sueño de una noche de aquelarre.

El primer movimiento empieza con un largo, un movimiento lento a modo de introducción, escrito en do menor, una tonalidad un poco triste. Finalmente, aparece un dúo por la flauta y los violines. En general, la melodía está compuesta de notas largas, combinadas con notas cortas que dan fuerza y atrevimiento. Los violines responden con sus propias variaciones de un carácter rápido y perverso. Por último, está el consuelo religioso. El violín toca las primeras notas y después se une a la orquesta, que toca el fin del movimiento en una textura homofóbico, composición eclesiástica.

Las arpas desempeñan un importante papel de acompañamiento y de contra melodía. Es éste uno de los encuentros orquestales más encantadores de Berlioz en esta sinfonía. Este movimiento acaba con un allegro vigoroso, pero justo antes de que empiece oímos al clarinete. Las flautas y el oboe exponen el tema, dando la sensación de tranquilidad, de paz interior, usando figuras rítmicas cortas, puntillos y articulaciones que producen elementos melódicos pequeños. Los instrumentos graves de la orquesta, el fagot en los vientos y los violonchelos y los contrabajos en las cuerdas cantan un contramotivo que contrasta con el carácter del tema.

Tras el cortejo fúnebre y con un crescendo entramos en la gran marcha triunfal. Vientos de todo tipo, flautas, clarinetes, trompas, cornetas, trombones, más la potente percusión de los timbales, se unen en un gigantesco complemento para hacer sonar la mas enloquecida marcha funeral.

El último movimiento tiene un fuerte sentido de la parodia. Comienza con estremecimientos en las cuerdas, encima de los cuales suena un tema tenebroso. Todo esto es parte de la introducción del movimiento, en la cual Berlioz quiere crear el ambiente del aquelarre.

El ambiente de aquelarre se rompe de una manera ridícula, cómica diríamos. Aparece el tema de Harriet como una melodía para bailar vulgar y grotesca; El tema, obviamente, ha sido reelaborado. Ahora está escrito en ritmo triple, con muchas notas de adorno y trinos entre medias, que sugieren risas alocadas y deshonestidad. Al principio, canta el tema el clarinete en mi alteración y luego le añade el flautín; más tarde entra el fagot con un motivo que añade más parodia al conjunto.

Aida. Marcha triunfal y coro final (acto II)

“Aida”, un nombre femenino que significa "visitante" o "regresando". Es una ópera en cuatro actos con música de Giuseppe Verdi y libreto en italiano de Antonio Ghislanzoni, basado en la versión francesa de Camille du Locle. “Aída, una princesa etíope, es capturada y llevada a Egipto como esclava. Un comandante militar, Radamés, lucha al dividirse entre su amor por ella y su lealtad al Faraón. Para complicar la historia aún más, Radamés es objeto del amor de la hija del Faraón, Amneris, aunque él no corresponde a sus sentimientos”.

A Verdi le pidieron componer una oda para la apertura del Canal, pero declinó la petición discutiendo que no escribía "piezas ocasionales", pero comenzó a barajar la idea de componer una ópera, he aquí el comienzo de una obra armoniosa muy importante en su colección musical.

Verdi, originalmente eligió no escribir una obertura para la ópera, sino meramente un breve preludio orquestal. Luego compuso una sinfonía de la variedad, una serie de canciones o trozos de canciones unidas en una sola interpretación larga para reemplazar al preludio original. Sin embargo, al final decidió que no se interpretara la introducción debido a su -en sus propias palabras- "insipidez pretenciosa".

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