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Teatro Romano


Enviado por   •  10 de Diciembre de 2012  •  2.543 Palabras (11 Páginas)  •  2.035 Visitas

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TEATRO ROMANO

INTRODUCCIÓN:

Los griegos eran apasionados del teatro. Los dirigentes romanos decidieron utilizar ese mismo teatro, y así los romanos enloquecieron con este espectáculo, consagrándole cada vez más días a su representación, interpretando su propia vida y su sociedad a través de los modelos teatrales. La primera representación teatral en Roma, a cargo de actores extranjeros, tuvo lugar en el año 346 a.C., como uno de los ritos a ejecutar para conjurar una epidemia de peste. Habría de pasar más de un siglo para que los escenarios romanos pudieran ver los primeros dramas latinos: el año 240 a.C. es el año de nacimiento de este género literario.

Es un edificio originario de la Grecia clásica y surge con la necesidad de representar obras de tragedia y comedia .Su nacimiento está ligado al culto que hacían los griegos al dios Dioniso aunque con el tiempo se fueron apartando a la divinidad.

ORIGEN:

El origen del teatro y de las representaciones dramáticas regladas debe vincularse a la helenización general de la cultura romana tras la primera guerra púnica; la presencia de tropas romanas en el sur de Italia y en Sicilia no es ajena a este helenización. El teatro es el más claro ejemplo, aunque no el único, de esta habilidad de la civilización romana para apropiarse de manifestaciones artísticas de otros pueblos impregnándolas de su propio espíritu. Según la tradición las primeras representaciones dramáticas se deben a Livio Andrónico (c.284/204 a. de C.), a quien se le encargó, al parecer en el 240, la puesta en escena de un tragedia y una comedia traducidas del griego para celebrar los "ludi Romani" con motivo del fin de la primera guerra Púnica.

El teatro era el único género literario que en época de la helenización de cultura latina se había enriquecido ya en Roma con una rica tradición popular. Efectivamente, el carácter itálico se distinguía por una tendencia a la chanza, a lo grotesco y a lo mordaz (el italum acetum a que se refirió Horacio) que desde antiguo se plasmaba en representaciones improvisadas de gran raigambre popular. Desde época muy antigua, según transmite Tito Livio, los romanos imitaron a los histriones etruscos representando, criticando y ridiculizando a personajes políticos. Estos son los versos fesceninos, improvisaciones, no siempre de buen gusto, generalmente obscenas, en versos saturnios y las sátiras (saturae), representación total de música, baile, canto, mimo y farsa dramática.

Estas representaciones satíricas romanas evolucionan desde las primitivas formas etruscas a variantes más autóctonas y originales romanas. Entre éstas destaca la fabula atellana, una especie de comedia con personajes estereotipados de los mismos perfiles: un fanfarrón, una especie de bocazas, un insulso e inocente enamorado, un personaje orgulloso, un viejo avaro, etc.

También es popular y de mayor pervivencia en el mundo romano el mimo literario, un género en el que los papeles femeninos son representados por mujeres. Destaca además la pantomima, donde la expresión corporal juega un papel predominante.

HISTORIA:

La historia del teatro en Roma se inicia en el año 240 a C., precisamente cuando los magistrados encargan a un griego llamado Andronikos la organización de los primeros LVDI SCAENICI. Es decir, un representación teatral en lengua latina. Pero, toda historia comporta una prehistoria, y en el caso de la romana nos encontramos con dos prehistorias. La primera se sitúa en Roma y en la Italia central. Tomando como punto de partida a Tito Livio ( Ab Vrbe condita, VII; 2) es preciso establecer el origen del teatro en roma, en el año 361, cuando, para combatir una epidemia, se recurrió a nuevos rituales, a las danzas sagradas de los etruscos. Las evoluciones sin palabras, que no comportan ningún elemento imitativo de los danzarines extranjeros, fueron establecidos por el historiador como los verdaderos primeros juegos escénicos.

En una segunda fase, los jóvenes serán los encargados de realizar una imitación paródica de estas danzas, pero modificado profundamente su carácter, usando la palabra, expresada a través de los versos fesceninos, poesía improvisada y jocosa. Este nuevo género, creación espontánea de no profesionales, fue muy pronto apropiada por los actores, a los que se les llamaría Histriones, palabra derivada del etrusco Hister. Estos actores abandonarían los versos fesceninos y colorearían los espectáculos con cantos y danzas a ritmos diversos, dirigidos por un flautista. Tito Livio llama Sátiras a estos espectáculos. El teatro llegará a su pleno desarrollo con Livio Andrónico, el primero en crear, en latín, obras de intriga.

Durante los años 364 y 363 a. C., siendo cónsules C. Licinio Pético y C. Licinio Estolón, hubo una peste en Roma. Por este motivo no tuvo lugar en la ciudad nada digno de recuerdo, salvo que para impetrar la paz a los dioses, por tercera vez desde su fundación se celebró un lectisternium. Consistía esta celebración en un banquete que ofrecían los romanos a sus dioses, poniendo los manjares sobre una mesa en el templo y, alrededor de ella, las estatuas de los dioses invitados, que se representaban inclinados en una especie de triclinio llamado lectus, el brazo izquierdo descansando sobre un cojín (pulvinus), con viandas ante ellos como si tomaran parte en el banquete. En lugar de estatuas también podían ser figuras portátiles de madera, con cabezas de bronce, cera o mármol y cubiertas con sus ropajes.

Como la violencia de la enfermedad no se había mitigado ni por las medidas humanas ni por los auxilios de los dioses, los espíritus fueron dominados por la superstición. Los juegos escénicos fueron entonces instituidos entre los medios de aplacar la cólera celestial. Constituían toda una novedad para un pueblo belicoso que no había conocido más que los espectáculos del circo. Por lo demás, sus orígenes fueron modestos y hubo que importarlos de fuera. Sin canción alguna, sin imitar siquiera los gestos de un cantor, bailarines traídos de Etruria danzaban al son de la flauta, y a la manera etrusca ejecutaban movimientos no sin gracia.

La juventud romana dio después en imitarlos, al tiempo que se cruzaban entre los bailarines versos licenciosos, y acomodaban sus movimientos en cierta armonía con sus palabras. Y así fue adoptada la diversión, y su empleo frecuente la mantuvo con vida. Al actor se le llamaba ister en etrusco. Ya no se intercambiaban como antes gestos groseros,

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