Bloques Regionales

Un bloque regional es un espacio en el cual las relaciones entre países vecinos se desarrollan más que las relaciones con el resto del mundo, con o sin acuerdos de integración económica. Los bloques europeo, asiático y norteamericano son los bloques principales y cada uno representa un modelo diferente de región.

El bloque europeo, el bloque asiático y el bloque norteamericano, representan los bloques regionales mayores en la economía global tanto por su propio peso como por el peso especifico de sus metrópolis respectivas Alemania, Japón y Estados Unidos. Sin embargo sus características, su formación, su organización y su alcance son totalmente diferentes, a tal punto que cada uno de ellos representa un modelo especifico de regionalización dentro de la economía mundial.

El Bloque Europeo.

La Unión Europea (UE) empezó en 1957 con el tratado de Roma con seis países: Francia, Alemania Occidental, Italia, Bélgica, Holanda y Luxemburgo. Se extendió a Gran Bretaña, Irlanda y Dinamarca en 1973, a Grecia en 1981, a España y Portugal en 1986 y a Finlandia, Suecia y Austria en 1994.

La Unión Europea ha sido desde el principio un bloque políticamente inducido, y las etapas sucesivas de su integración han sido también el fruto de una voluntad política. Es la única región que tiene instituciones políticas, administrativas y técnicas comunes.

La Unión Europea es el único bloque regional en el mundo que es a la vez un bloque económico y un bloque político, y que tiene instituciones políticas comunes, el Parlamento de Estrasburgo -directamente electo- el Consejo de los Ministros, y la Comisión de Bruselas, además de varias instituciones de carácter administrativo y técnico.

El papel y el involucramiento directo de los estados han sido muy importantes en la constitución de mercados sectoriales comunes. La formación del mercado único en 1992, tanto para los bienes y servicios como para los capitales y los trabajadores, y luego, el Tratado de Maastricht de 1993-1994, que prevé la creación una moneda única, y de un solo banco central, así como la adopción de políticas exteriores y de defensa comunes, son la concreción de tal proceso.

Paradójicamente, las estrategias nacionales no han desaparecido y cobran ahora más importancia después de la reunificación de Alemania en 1989, y la formación de un gran país de 80 millones de habitantes y la economía más potente de la región.

Hasta el Tratado de Maastricht, había un consenso entre los países miembros de la comunidad Europea sobre la necesidad de profundizar la integración de la Europa de las Doce. Este consenso era basado sobre un equilibrio relativo entre las grandes cuatro potencias del conjunto: Francia, Alemania, Gran Bretaña e Italia. Pero, Alemania empezó a desarrollar una conciencia y un comportamiento de gran potencia. Y de forma muy previsible, la nueva Alemania pronto expreso más interés por la ampliación de la Comunidad Europea, es decir, su extensión hacia el Este y el mundo eslavo-magyar y hacia el Norte y el mundo escandinavo que por la profundización de la Europa de las Doce.

Frente a este cambio, los demás países, y especialmente los grandes tienden a desarrollar estrategias que a largo plazo debilitarían el proyecto de integración.

La ampliación de la Unión Europea no solo da una posición más preeminente a Alemania, si no, también se vuelve incompatible con su profundización, en la medida en que acentúa las diferencias entre los niveles de desarrollo y las estructuras económicas y posiblemente políticas y culturales.

Por esto, el proyecto original de integración económica y política de "la pequeña" Europa de los Doce está dando paso a un proyecto que es totalmente diferente pero que corresponde más a las ambiciones de gran potencia de la nueva Alemania. Es un proyecto más ambicioso en términos de unificación política, en el sentido que Alemania empuja hacia una verdadera federación europea. Y es seguro debido a su peso demográfico y económico, que Alemania será el poder dominante en el marco de un sistema federal, pero dominaría una Europa mucho más heterogénea y mucho menos integrada.

Un factor que debilita la integración de la UE en un verdadero bloque económico es la ausencia de un poder económico europeo.

El Bloque Asiático.

Asia Oriental representa el otro gran bloque regional de la economía mundial, pero a diferencia de lo que sucedió en Europa, la regionalización aquí fue el saldo no de un proyecto político, sino de la convergencia de procesos nacionales de desarrollo más o menos basados sobre el mismo modelo económico y las mismas políticas económicas.

La gran particularidad de este bloque asiático respecto al bloque europeo es su carácter predominantemente económico sin ningún proyecto político regional y sin ninguna institución política común.

Es cierto, que la formación de la ASEAN (Asociación Nacional del Sudeste Asiático) fue determinada por la estrategia de Estados Unidos y las burguesías locales para impedir el avance en esta región del comunismo, mejoraron la distribución de la riqueza y ayudaron a desarrollar los mercados nacionales.

Sin embargo, esta estrategia política solo tuvo efectos a nivel de cada país y no a nivel regional, en la medida que no había contemplado un proyecto de integración económica en el Asia del Sudeste. El proceso de desarrollo fue basado en un sistema capitalista estatal, en la medida que el estado tenía y todavía tiene el papel determinante y no solo en la creación de las condiciones del desarrollo nacional sino también en su orientación más o menos autoritaria.

El proceso de desarrollo estuvo abierto hacia el exterior al mismo tiempo que estuvo siempre basado principalmente en el mercado nacional y el ahorro nacional. Por otra parte, el crecimiento secuencial de los países del área y las políticas de desarrollo tecnológico implementadas implicaron una creciente complementariedad de las economías Asiáticas.

El dinamismo económico del área tanto a nivel nacional como a nivel regional se explica también por el papel de los mercados de Japón y Estados Unidos, a tal punto que se puede hablar de una verdadera alianza económica de la región con estas dos potencias, las mayores del mundo.

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