¿CÓMO SON Y QUÉ DEBEN HACER LOS ESTRATEGAS PARA QUE SUS ORGANIZACIONES SEAN EXITOSAS?
Enviado por gloria_orellana • 30 de Junio de 2019 • Ensayo • 1.641 Palabras (7 Páginas) • 157 Visitas
Universidad Andrés Bello[pic 1]
Facultad de Economía y Negocios
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MBA Ejecutivo
Ensayo
¿CÓMO SON Y QUÉ DEBEN HACER LOS ESTRATEGAS PARA QUE SUS ORGANIZACIONES SEAN EXITOSAS?
Nombre: Carlos Bravo
Felipe Fuentes
Gloria Orellana
Susana Pino
Joaquín Veliz
Profesor: Dr. Luis Araya Castillo
Asignatura: Planificación Estratégica
Fecha: Junio 2019
El presente ensayo tiene como objetivo responder a la siguiente interrogante: ¿cómo son y qué deben hacer los estrategas para que sus organizaciones sean exitosas? Se presentarán perspectivas sobre lo que son los estrategas o administradores estratégicos, como también el comportamiento y habilidades que deben desarrollar y/o potenciar los ejecutivos (as) que ocupan estas posiciones, incluyendo sus rasgos de personalidad, habilidades, competencias, destrezas, entre otras. Además será necesario lograr identificar aquellas actitudes que deben tomar los estrategas para lograr que sus organizaciones sean exitosas y puedan mantenerse a lo largo del tiempo. Sin duda que para abordar este tema es necesario comprender el comportamiento humano en las organizaciones, debido a que cada persona funciona con distintos mapas mentales, los cuales han sido adquiridos a través de experiencias previas incluso desde la infancia y se representan a lo largo de la vida adulta. Estos son utilizados a diario por los estrategas al enfrentarse a diversas situaciones que involucran el progreso y desarrollo del éxito en su organización.
El administrador estratégico debe desarrollar variadas habilidades, las que puede adquirir o ir perfeccionando a través del tiempo. Dentro de las habilidades que debe desarrollar se encuentra la resiliencia o mentalidad resiliente, es decir la capacidad para superar adversidades. Ésta proporciona la fortaleza emocional que permite afrontar retos diarios y sucesos inesperados. Tener una mentalidad resiliente conlleva una serie de características como: tener el control de su vida, ser resistente al estrés, ser empático y compasivo, saber comunicarse y hacerlo de manera efectiva, adquirir habilidades para tomar decisiones y solucionar problemas, fijar metas y expectativas realistas, aprender del éxito y del fracaso, tener disciplina y autocontrol, para así poder reescribir los “guiones negativos”, es decir identificar y hacerse responsable de aquellos obstáculos que se necesita superar para lograr el cambio de mentalidad. Si bien es un proceso de toda una vida, permite tener una imagen clara de los objetivos, valores y la forma en que se está conduciendo la organización.
Otra característica sumamente importante de ser adquirida por un estratega es el manejo adecuado del éxito, ya que muchas veces es el mismo éxito el que limita la posibilidad de seguir creciendo como estratega de una organización, es decir el éxito pasado no asegura el éxito a futuro. Ésto se da debido a que muchas veces se ignora al resto, no se escucha, se emiten comentarios destructivos, se aferra al pasado, la necesidad de ganar por sobretodo, negatividad, retención de información, no reconocer al resto, buscar excusas, hacer propio algo ajeno, no disculparse, no expresar gratitud, entre otros. Generando un estancamiento en el desarrollo y progresión tanto del individuo como de la organización simplemente por aferrarse a mapas mentales pasados. Si bien los mapas mentales que usamos para guiar nuestras acciones se desarrollan y fortalecen con los éxitos, éstos a su vez orientan nuestras conductas hacia donde ir y cómo llegar. Generando muchas veces un encandilamiento con los mapas mentales que se adquirieron en el pasado producto de un determinado éxito, lo cual hace muy difícil ver la necesidad de cambio y esto finalmente puede llevar al fracaso.
Por último, un estratega nunca debe olvidar ser proactivo, creativo, innovador, persistente, empático, sensible, capaz de motivar, verdadero, saber escuchar, ser flexible respecto del cambio, ya que no debemos olvidar que las personas y organizaciones están constantemente cambiando, debe ser capaz de autocriticarse, agradecido y saber cómo disculparse. Y por último debe ser un soñador; nunca debe dejar de soñar, ya que muchas veces soñando es como se alcanzan los objetivos. Para así lograr junto a todas las características mencionadas anteriormente un verdadero sinergismo con el resto de la organización y llevarla juntos al objetivo y expectativas deseadas.
Respecto al éxito de las organizaciones, los estrategas al mando muchas veces toman decisiones erróneas producto de elementos que distorsionan el juicio del líder, lo cual se ha podido explicar a través de la neurociencia de la decisión. Ésta señala que los estrategas toman decisiones a través de procesos inconscientes, denominados reconocimiento de patrones y etiquetado emocional. Lo que genera decisiones rápidas y eficaces, que en algunos casos pueden ser distorsionadas por intereses personales y variables emocionales, tales como apegos emocionales o recuerdos engañosos, con la consecuencia que la toma de decisiones se vea afectada por sesgos. Es por este motivo, que los administradores estratégicos deben estar atentos e identificar de forma sistemática las fuentes de estos sesgos, las señales de alerta y generar un mayor análisis y debate, de tal forma de llegar a mejores decisiones, sin juicios sesgados y evitando decisiones erróneas por la forma en que opera el cerebro del ser humano. El administrador estratégico, no sólo toma decisiones en base a factores racionales, sino que también en base a factores emocionales, características de personalidad e incluso por aquellos relacionados al inconsciente colectivo de las personas. Además, es importante que el estratega para lograr el éxito se centre en la búsqueda de diferentes alternativas para la resolución de problemas, sin obsesionarse con sólo una idea o meta, involucrándose en un proceso de constante mejoramiento. En este sentido puede incorporar en su acción el pedir comentarios y sugerencia, y hacer seguimiento a los procesos de cambio de forma sistemática y participativa.
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